Amor Sobre Ruedas

Después de dejar a Valeria en su casa, Maik fue directo a dónde sus padres en dónde lo esperaban para celebrar el triunfo.

- Hasta que te dignas a aparecer, mira la hora.

- Lo importante es que ya estoy acá papá.

- La carrera estuvo perfecta, el auto tuvo un buen rendimiento, pareciera que fuera nuevo.

- Para nada papá, es el nuevo mecánico.

- Sin consultarme lo contrataste.

- Es mi equipo.

- Y yo soy el dueño de ese equipo así por favor la próxima vez me avisas de cualquier cambio.

- Claro que sí papá.

Los hermanos respetaban mucho a su padre, él había sido una gran leyenda en las competencias de monoplaza, y el señor Víctor esperaba el mismo rendimiento de su hijo mayor, por eso en cada competencia en la que él participaba, la presión era bastante grande.

- Que paso con Valeria.

- Ella va a estar bien, se va a comprometer con nosotros.

- Hay algo más que no me estás diciendo.

- Eso solo queda entre ella y yo, solo tienes que saber que ella no nos va a abandonar.

- Si tú lo dices.

La cena en la casa de sus padres era algo aburrido, solo tocaban temas de autos y competencias.

Maik aunque estaba feliz de seguir los pasos de su padre, pensaba muy a menudo que la vida no era siempre vivir en torno a una profesión o disciplina.

En el día de hoy tenemos un chisme muy grande, la actriz y modelo Gabriela Lauder, se encuentra comprometida con el también actor y modelo Dorian Koch, este anuncio se da después de que los dos actores firmarán un nuevo contrato para su próxima película.

El vaso que tenía en la mano, cayó al piso dejando un reguero impresionante, sus padres no dijeron nada al igual que si hermano, ellos sabían lo que pasaba en ese momento.

Gabriela fue la novia de Maik, durante muchos años, se pensaba que ellos se iban a casar, pero ella decidió viajar a los Estados Unidos para estudiar actuación, dejándolo con el corazón completamente roto.

Por ese motivo, nunca había vuelto estar con alguien, sus conquistas siempre tenían alguna característica de aquella mujer.

- Estás...

- Nos vemos padre.

Nadie se atrevió a decir una sola palabra, era un tema bastante delicado para él y para ellos.

Al salir, condujo su auto a toca velocidad, solo había pasado un año y ella ya estaba comprometida con alguien.

- Asi de fácil me reemplazaste.

Su voz sonaba bastante dolida, en el auto, él ya había llorado bastante tiempo su partida y su desprecio, no era momento de volver a caer en ese pozo sin fondo.

Al llegar a casa, fue directamente a su habitación se bañó, y se acostó a descansar, pero no pudo, su mente la recordaba, los bellos momentos que pasaron.

A la mañana siguiente, con un fuerte dolor de cabeza y con ojeras en los ojos fue hasta el taller en dónde se encontró de frente con Valeria quien estaba teniendo una discusión bastante acalorada.

- Alan, que está pasando, anoche no llegaste a la casa.

- No pasa nada hermanita, Lorenzo me dejó ahí, pero tenía otras cosas que hacer.

- Como irte a jugar al casino de James. - Alan se puso pálido al escuchar las palabras de su hermana. - Dime qué no es verdad, dime qué lo que me dijeron ayer todo es mentira.

- No sé que te dijeron, no tengo nada que ver con ese tipo. - alzó los hombros y estaba dispuesto a irse.

- No me vas a dejar acá hablando sola, sabes lo que sufro para conseguir el dinero para pagar. Y ahora parece ser que tú también pides a mi nombre y no solo eso eres un maldito adicto al juego y a las drogas.

- Es mi maldita vida, tú no eres nada, solo una persona que me cuido. Es una maldita lastima que te dieras cuenta por qué te lo dijeron. - esas palabras golpearon duramente a Valeria. - Yo hago lo que quiero, ganó mi dinero y lo gasto como Puedo.

- Tu dinero, entonces también es tu maldita deuda, no me arrastres con ella. Y en cuanto a lo otro no me culpes por trabar y ayudarte a ti a salir adelante dejando de lado mis propios sueños.

- Nadie...

- Nadie que, ayer estaba dispuesta a entregar mi cuerpo por una deuda de mi ex, y me entero que también hay una deuda contigo, que dijiste que me la cobrarán a mi.

- Para eso estás no, para pagar las deudas de los demás. La verdad no sé porque aguante tanto tiempo contigo.

- Me preguntó lo mismo. Si tan aburrido estabas porque no te cargaste y me dejaste.

- Y dejar a la gallinita de los huevos de oro, no.

Valeria estaba a punto de perder la cordura, pero antes de que eso ocurriera Maik le puso una mano en el hombro.

- Salgamos de este lugar.

- Ahora te vas detrás de mi enemigo. - esa fue la gota que derramó el vaso.

- Tu enemigo, si no fuera por él seguirías metido en carreras de segunda categoría, si no fuera por él, yo estaría en este mismo instante destrozada, si no fuera por el yo...

Un silencio se instaló, Valeria no dijo ni una sola palabra, salió del taller dejando a todos atrás, como era posible que Alan pensara de esa manera, ¿cuándo había cambiado tanto?, ¿si no le importaba ella, por qué le pidió ayuda a Maik la noche anterior?.

A esta historia le faltaba una parte, Pero como conseguiría que su hermano le hablara o le contará la verdad.

Tanto ella como Alan estaban bastante alterados, ambos tenían que calmarse para poder hablar, sin gritos y sin insultos.

- Detente, deja de correr.

- ¿Qué haces detrás de mí?

- perseguir te para que no cometas una maldita locura.

- Crees que haré algo estúpido. - ambos se quedaron cayados hasta que Valeria volvió a hablar. - No digas nada.

Ambos caminaron sin ningún rumbo fijo, solo hasta que llegaron a un pequeño parque en el cual ella se sentó en un banco.

- Piensas mucho las cosas, dime qué es eso que tienes en esa cabecita.

- Nunca creí que mi hermano fuera a hacer algo así, pensé que le estaba dando lo mejor.

- Nadie es perfecto, no eres mala hermana, siempre lo ponías delante de todo. Incluso cuando trate de reclutarte, siempre pensaste en él. Sé que tomaste la decisión de trabajar conmigo, solo por él hecho de que tu hermano entró en mi equipo.

Y en eso Maik no se equivocaba, eso era lo que más le dolía a Valeria, haber dado todo por una persona para después recibir una puñalada en la espalda.