La Autora Maldita

El reloj marcó la hora fatídica: la cena. Esa dichosa obligación que mis padres insisten en llamar "evento familiar". Me dirigí al comedor, apoyándome en Leonor. La mesa ya está dispuesta, y mi familia, esperándome. La sonrisa de mi hermanita no alcanzó a ocultar la expresión de desaprobación en el rostro de mis padres.

__Buenas noches, familia__. Dije al sentarme en mi puesto, aunque la tensión en el ambiente me hizo presentir que mi llegada no es del todo bienvenida.

__No tiene nada de 'buenas' esta noche__. Espeto mi padre.__Cuando una de nuestras hijas llegando tarde a la cena, sabiendo que nuestro tiempo es oro y que nos lo está haciendo perder. Tu falta de consideración nos roba un tiempo valioso, un tiempo que podríamos estar dedicando a cosas más importantes. Y en este mundo, el tiempo es dinero__.

Cada palabra de mi padre es un latigazo, una herida invisible que me quema por dentro. Comprendí entonces que las palabras, como fantasmas afilados, pueden causar un daño mayor que cualquier golpe físico. La diferencia entre mis padres de mi primera vida y estos es inmensa, inconmensurable. Ahora comprendo el dolor de Zephyr, su inseguridad, su tristeza. Su compromiso impuesto fue la estocada final a sus sueños de amar y ser amada libremente. La tristeza y la depresión la ahogaron hasta que la muerte, a manos de las bestias, se presentó como un escape a su existencia miserable, regida por normas e imposiciones.

__Tranquilo, duque__. Dije con una sonrisa irónica.

__La pesadilla de tenerme como hija está por terminar. Mi boda se acerca, el acuerdo está hecho. Un hombre poderoso, y rico, un matrimonio conveniente, una hija sacrificada. No importa si ese hombre pueda ser un monstruo o si las bestias me reclaman. Lo importante es el dinero, ¿verdad?__.

Los sentimientos de Zephyr me invadieron, quebraron mi voz mientras hablaba. Siento su dolor, su impotencia, la rabia que la carcomía por no poder defenderse. Pero yo no soy ella, y mi futuro prometido es la pieza clave para escapar de esta escoria que se hace llamar mi familia. La incredulidad y la rabia se dibujaron en los rostros de mis padres y mi hermanita. Esperaban que, como siempre, bajara la cabeza, les diera la razón y saliera corriendo a encerrarme en mi habitación.

__Mira, padre, lo insolente que está__. Dijo con evidente molestia Raven.

 __La semana pasada me habló muy feo__. Raven es una actriz nata. Si estuviera en la Tierra, se ganaría el Oscar a la mejor actuación sin el menor esfuerzo. De hecho, si no la conociera tan bien, me creería sus lágrimas de cocodrilo sin dudarlo.

__Esposo, no puedes permitir que Zephyr se meta con nuestra hija. Eso es inaceptable__. Expreso la duquesa con firmeza.

__Parece que a la duquesa se le olvidó que ambas somos sus hijas. O, perdón, la memoria también me falla a mí. La duquesa no es mi madre biológica. Tú eres la gemela que siempre le tuvo envidia a su hermana hasta el punto de convertirs en la amante de mi padre, la que le dio una hija. Y luego, de una manera misteriosa, la verdadera duquesa desapareció y tú tomaste su lugar haciéndote pasar por tu hermana__.

La visión de los rostros distorsionados de mi familia me llena de una satisfacción increíble. Amo ver cómo se envenenan con su propio veneno al quitarles las máscaras que ocultan su siniestro ser. Zephyr ya no es la presa, sino la cazadora, y caerán solo aquellos que carguen con oscuras culpas.

__¿De qué estás hablando?__. Preguntó la duquesa con la voz temblorosa.

__No me vengas con esas mentiras. ¿Acaso tu vida es tan miserable que necesitas inventar historias para sentirte importante?__. Una carcajada se escapó de mi garganta al escuchar a la duquesa, tan patética en su negación. Pero no tengo ánimos para seguir discutiendo con ella sobre algo que jamás aceptará. Y como por ahora no tengo pruebas de que ella no es la verdadera duquesa, por ahora me hará la loca y dejaré la fiesta en paz.

__Les pido disculpas, familia__. Dije con una sonrisa irónica. __Parece que el encierro me ha nublado la razón. No se preocupe, sus secretos están a salvo conmigo__.

Nadie dijo nada más. Al parecer, no soportan que les respondan, y eso que apenas estoy empezando. "Quien siembra vientos, cosecha tempestades", dice el dicho, pero mi familia solo sabe sembrar dolor y humillación. No están contentos con la idea de probar su propia medicina. Nuestra "agradable" cena llegó a su fin tras nuestro breve intercambio de palabras. Con las caras largas, mis queridos familiares abandonaron el comedor, dejándome sola con mi plato. Sonreí, disfrutando de cada bocado, porque nada ni nadie iba a arruinar mi apetito, mucho menos ellos. Después de cenar, Leonor me acompañó hasta mi habitación. Apenas hubo bajado la comida, me sumergí en la bañera, disfrutando del agua tibia. Me puse un pijama nuevo, suave y fresco, y me dejé caer en la cama. ¡Qué felicidad poder dormir sin sentirme sofocada!.

Cuando Leonor se retiró a descansar, yo también lo hice. El día de mañana se presenta largo y lleno de incertidumbre. La llegada de mi prometido me llena de ansiedad, pero estoy consciente de que no hay marcha atrás. Además, una preocupación mayor me ronda en la cabeza: la necesidad de contactar al líder del templo para iniciar mis clases de magia. No puedo permitirme otra explosión descontrolada, otro episodio de inconsciencia, otra semana perdida. La idea de morir por no saber dominar mi poder me aterra.

La luz del sol me despertó bruscamente. Con un suspiro, abrí los ojos y me encontré con Leonor, de pie junto a mi cama__Señorita buenos días, espero haya podido descansar, pero debe prepararse.__. Me dijo con dulzura.

__Tu prometido llegará hoy, y no sabemos a qué hora__. La ansiedad comenzó a apoderarse de mi nuevamente, porque estoy más cerca de lograr mi objetivo de sobrevivir en este mundo o terminal de firmar mi sentencia de muerte.

Entrar al baño fue un abrir y cerrar de ojos. En un momento estoy en el baño, y luego estoy nuevamente sentada en mi habitación, esperando la llegada de mi prometido. Y con los nervios de saber ¿Cómo cambiará mi vida a partir de ahora?.