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Amor Bajo Las Escamas Del Dragón De Hielo

Amor Bajo Las Escamas Del Dragón De Hielo

Status: En proceso
Genre:Amor prohibido / Amor a primera vista / Magia / Amantes del rey / Dragones
Popularitas:5k
Nilai: 5
nombre de autor: Mckasse

❄️En lo profundo de los bosques nevados de Noruega, oculto entre pinos milenarios y auroras heladas, existe un castillo blanco como la luna: silencioso, olvidado por el mundo, custodiado por un único dragón que ha vivido demasiado tiempo en soledad.

Sylarok Vemithor Frankford, un príncipe de sangre de dragón antiguo, parece un joven de veinticinco años... pero ha vivido más de dos siglos sin envejecer, sin amar, sin pertenecer. Su alma es fría como su aliento de hielo, su vida, una rutina congelada entre libros, armas y secretos.

Hasta que una muchacha cae inconsciente en su bosque, desmayada sobre la nieve como un copo a punto de morir.

Celeste, una nómada de mirada estrellada y corazón herido, huye de su pasado, de los bárbaros que arrasaron su familia, y del invierno que amenaza con consumirla.
Y Sylarok aprenderá que no hay armadura más frágil que el hielo cuando el calor del amor comienza a derretirlo.

NovelToon tiene autorización de Mckasse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Dulces momentos.

Dos días después, Celeste estaba tan concentrada que no notó la aguja hasta que fue demasiado tarde.

—¡Auch! —murmura, sacudiendo los dedos por tercera vez.

Tenía ya tres pinchaduras nuevas y un vestido a medio terminar que parecía más una declaración de guerra que una prenda real. Aun así, estaba orgullosa. Cada puntada era suya. Cada hilo, una prueba de que estaba cambiando. Que quería ser digna de lo que sentía. Aunque fuera en silencio.

Estaba en su habitación, arrodillada junto a la cama, con las telas extendidas como un mar bordado en tonos celestes y dorados. Iba a ser su vestido para el baile. Quería sorprenderlo. Pero sobre todo... quería sentirse hermosa para ella misma. Había empezado a cocer en el salón pero llevo todo a su habitación porque sentía que alguien la vigilaba.

Unos golpes suaves interrumpieron su concentración.

—¿Celeste?

Su corazón dio un vuelco. Sylarok. ¡Justo ahora no!

—¡Un segundo! —gritó mientras lanzaba la tela entera debajo de la cama, cubrió el maniquí con una sábana y se sentó encima con cara de "aquí no pasa nada".

La puerta se abrió despacio. Él asomó la cabeza.

—Te necesito.

—¿Qué rompiste esta vez?

—Mi dignidad. Pero también algo se me metió en el ojo —dijo, guiñando uno de ellos—. No puedo ver. Me duele.

Ella frunció el ceño, poniéndose de pie.

—A ver…

Se acercó con cuidado, buscándole el rostro entre las sombras de su cabello rebelde. Él mantenía su expresión de mártir sufriente.

—No veo nada raro… —susurró, entrecerrando los ojos.

—Acércate más —murmuró él, sin moverse.

Y cuando ella lo hizo, ladeando su rostro con suavidad para verle mejor…

Él la besó.

No un beso robado, sino uno calculado, profundo, con intención. Un beso que la dejó en blanco, con los labios rendidos y la mente suspendida.

—¡Tú no tienes nada en el ojo! —exclama al separarse un segundo, todavía aturdida.

—Tenía ganas de ti. Eso cuenta como emergencia médica, ¿no?

Ella iba a golpearlo. O besarlo otra vez. No estaba segura. Pero entonces él tomó sus manos entre las suyas.

—¿Qué es esto? —preguntó con el ceño fruncido, examinando sus dedos heridos—. ¿Por qué tienes más agujeros que una red de pesca?

—No es nada —intenta retirar las manos, avergonzada.

—¿Estás cosiendo? ¿Para mí?

—¡No! —grita demasiado rápido.

Él sonrió como si acabara de descubrir un secreto valioso. Sin decir palabra, se inclinó y llevó uno de sus dedos pinchados a su boca. Su lengua tibia pasó sobre la herida con ternura.

Celeste tragó saliva, con sus piernas flaqueando un poco.

—¿Qué estás haciendo? —susurra ella, casi sin voz.

—Sanándote… —dijo contra su piel, antes de besar el nudillo—. No me gusta que te lastimes por mi culpa.

—No es tu culpa, solo estoy terminando el vestido.

—Puedo comprarte uno nuevo, el más hermoso de todos.

Ella no pudo decir nada más. Cuando volvió a besarla, esta vez fue diferente. Más desesperado. Más urgente. Sus lenguas se buscaron con hambre contenida, y antes de que pudiera entender qué estaba pasando, él ya la tenía contra la pared, con sus manos en su cintura, su boca devorándola como si no hubiese un mañana.

Su lengua se hundía en lo profundo de la de ella y, por un momento, Celeste olvidó quién era, qué estaba escondiendo, qué debía o no debía hacer. Solo estaba él. Su calor. Su deseo. Y su excitación haciendo presión en sus pantalones.

Y entonces…

¡UUUUUUUHHHHHH!

Un aleteo fuerte y una voz chillona interrumpieron el momento con una claridad casi sobrenatural.

El búho del castillo —a quien Sylarok había rescatado de pequeño y que ahora lo seguía como un guardaespaldas alado— aterrizó en el alféizar de la ventana, ululando como si anunciara el fin del mundo.

Sylarok pegó un respingo, separándose de golpe mientras Celeste jadeaba, despeinada y con los labios hinchados.

—¡¿Tú también?! —gruñe Sylarok, apuntando al búho con un dedo acusador—. ¿Quién los entrena a ustedes? ¿Sky les da clases?

El búho parpadeó. Luego, sin el menor respeto por la intimidad, ululó otra vez, más fuerte.

—Es oficial —dijo Celeste, riendo entre jadeos—. Los animales del castillo están en nuestra contra.

—Y lo peor es que creo que tienen un sindicato.

Ella lo miró, con el rostro enrojecido, el corazón latiendo como un tambor de guerra.

—Sylarok…

—Lo sé —dijo él, acariciándole la mejilla con ternura—. Iré antes de que me saquen a picotazos.

Y antes de irse, se giró en la puerta, guiñándole un ojo.

—No escondas ese vestido para siempre. Me muero por verte con él... o quitártelo.

—¡Fuera!

—Sí, sí, ya voy, princesa aguijoneada.

Y se marchó, seguido del búho que aún ululaba como si acabara de salvar la pureza de todo el reino.

La noche era cristalina. El cielo despejado parecía un lago inmenso teñido de azul oscuro. Celeste tembló al salir al balcón de su habitación, abrazándose los brazos. No por frío, sino porque Sylarok la había citado en la torre más alta del castillo para "ver algo especial".

—¿Y si me lanza desde allá? —murmura, riéndose de sus propios nervios.

La escalera era angosta y serpenteante. Al llegar, jadeando apenas, lo vio.

Sylarok estaba allí, recostado contra el borde de la torre, con una capa gruesa de pieles oscuras sobre los hombros. Al verla, estiró una mano y sonrió como si fuera a regalarle el cielo.

—Ven, aún no empieza.

—¿El qué?

—Lo que llamamos auroras boreales —dijo con voz grave—. Pero hombres como yo… lo llamamos susurros del cielo. Mi madre solía decir que eran señales de los antiguos.

Ella se acercó, intrigada. De pronto, el cielo comenzó a iluminarse con pinceladas danzantes de verde y violeta, como si alguien estuviera pintando el firmamento desde el otro lado del universo.

—Es… mágico.

—Sí… —susurra él, pero no miraba el cielo.

La miraba a ella.

Celeste bajó la mirada, notando que sus dedos ya estaban helados.

—¿Tienes frío? —pregunta él, acercándose con lentitud.

Ella asintió, sin confiar en su propia voz.

—Ven aquí —dijo, abriendo su capa.

Ella vaciló un segundo antes de meterse bajo el abrigo de él. Estaban tan cerca que su aliento le acariciaba la oreja. Su pecho subía y bajaba contra el de él, y el mundo entero parecía muy, muy lejano.

—¿Mejor? —pregunta, con voz baja.

—M-mucho…

—Entonces no te vayas todavía.

Sus manos bajaron por su espalda. Uno de sus brazos rodeó la cintura de ella y, con un gesto hábil, le levantó apenas el vestido por detrás, haciendo que la tela se acumulara sobre sus muslos.

—¡Sylarok!

—Shh… —murmura él—. Solo un poquito… pareces tener frío justo aquí.

Ella giró el rostro para verlo, sorprendida. Él la besó sin darle tiempo a preguntar nada más.

Y ese beso fue hambre.

Fue deseo contenido.

Fue promesa y fuego.

Sylarok la pegó contra una de las columnas de piedra, con su cuerpo firme rodeándola como una fortaleza. Le levantó una pierna con suavidad, acomodándola contra su cadera. El frío de la noche quedó olvidado. Solo había calor, latidos y su aliento.

—Me encantas, Celeste —susurra sobre su piel—. Incluso cuando te resistes. Sobre todo cuando te resistes.

Ella estaba a punto de rendirse. De dejar que la devorara como parecía desear hacerlo. Pensó que perdería su virginidad justo allí.

Hasta que…

CRAAACK

Un crujido seco los hizo separarse.

En medio del silencio helado, apareció… una gacela.

Sí, era canela. Con enormes astas, caminando con la elegancia de un rey. Y lo peor: los miraba fijamente. Como si juzgara. Como si dijera "yo también quería ver las auroras, no tu telenovela en vivo".

—¿En serio? —gruñe Sylarok sin soltarla todavía—. ¿Ahora una gacela?

Celeste intentaba no reír, con la pierna aún levantada, el rostro rojo como una fresa cocida.

La gacela bufó, dio media vuelta y desapareció escalones abajo como un espectro silencioso.

Sylarok suspira, resignado.

—Estoy empezando a pensar que alguien ahí arriba no quiere que te arranque el vestido.

—Tal vez es el universo diciéndote que vayas más lento.

—O que me lo gane.

Ella baja la pierna con delicadeza. Él se acomoda la capa sobre ambos de nuevo, esta vez con ternura más que deseo.

—Tengo que contarte algo pronto —dijo, en voz baja.

—¿Lo que eres?

Él la mira, sorprendido.

—No soy tonta, Sylarok.

—No. Pero eres valiente. Por eso… espero que cuando te diga la verdad… aún quieras verme así. Como ahora.

Ella le sonríe, recostándose en su pecho mientras las luces del cielo seguían bailando.

—Si me sigues prestando tu abrigo y tus interrupciones animales no me matan del susto… probablemente sí.

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Daralis Cerpa
felicidades excelente historia
María teresa Chirinos
/Proud/
María teresa Chirinos: atrapada en el primer capitulo
total 1 replies
eva quispe
es genial😊👏
Adela Arias Montoya
Excelente
Nina Divas
Que tierna 😍
Nina Divas
Me encanta esta trama ☺️
Nina Divas
Que emoción 🥰
Nina Divas
Jajaja impresionado el chico más tímido 🫣
nelida guzman
cinco estrellas por qué se las merece la mejor historia de romance antiguo q he leído me atrapó desde el principio la amo
Leyanis Guzman: siiiii
Mckasse Escritora: gracias por leer
total 2 replies
Nina Divas
Surgirá el amor entre ellos que hermoso me encantan estas historias ☺️
Nina Divas
Muy interesante historia 🤔
Paola Cordero
Muy buena trama espero pronto más capítulos 🙏🙏🙏🙏
Franshesca Acosta
la peor traición no viene de un enemigo 🤣🤣🤣🤣🤣
Mckasse Escritora: jajaja siiii
total 1 replies
eva quispe
amooooooooo
eva quispe
el alcahuete jajaja😂😂😂
Mckasse Escritora: metiche le decimos aquí en República Dominicana, también él pelo en la sopa, come boca, lleva vida, ect
total 1 replies
Adeilis Velázquez Mederos
Me gusta mucho la historia
bruja de la imaginación 👿😇
muy bonita la historia
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