Amor encontrado:Fue un encuentro fortuito, una chispa que encendió una pasión arrebatadora. Él y ella, dos almas distintas, se vieron envueltos en un romance fulminante, pero frágil como una llama a punto de extinguirse.
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Capitulo 12
Capítulo 12
Sofía asintió, aferrándose a Alejandro con desesperación. En ese momento, solo podía pensar en el bienestar de su pequeño hijo. Todo lo demás parecía desvanecerse a su alrededor.
El médico los observó con empatía, consciente de la angustia que estaban atravesando.
—Entiendo que esta noticia los ha impactado —dijo, con suavidad—. Pero quiero que sepan que haremos todo lo posible por atender a Lucas de la mejor manera.
Alejandro asintió, apretando la mano de Sofía en señal de apoyo.
—Haremos lo que sea necesario, doctor. Nuestro hijo es lo más importante.
El médico les explicó los siguientes pasos a seguir. Lucas sería sometido a una serie de exámenes para confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento más adecuado. Sofía y Alejandro escucharon con atención, abrumados por la cantidad de información, pero decididos a hacer todo lo que fuera necesario para proteger a su pequeño.
Una vez que Lucas fue ingresado para los estudios, Sofía y Alejandro se encontraron solos en la sala de espera. La angustia y la incertidumbre se apoderaron de ellos, y Sofía no pudo contener más las lágrimas.
—¿Qué vamos a hacer, Alejandro? —sollozó, acurrucándose en los brazos de su esposo—. No puedo soportar la idea de que Lucas esté sufriendo.
Alejandro la abrazó con fuerza, sintiendo cómo su propio corazón se estrujaba.
—Vamos a estar aquí, mi amor —susurró, acariciando suavemente su cabello—. Vamos a estar junto a Lucas y lo apoyaremos en todo momento.
Sofía asintió, intentando controlar su llanto.
—Pero, ¿y si es algo grave? ¿Y si no podemos ayudarlo?
Alejandro la miró con determinación, tomando su rostro entre sus manos.
—Escúchame, Sofía. Nuestro hijo es fuerte, y nosotros también lo somos. Vamos a enfrentar esto juntos, como la familia que somos.
Sofía se aferró a sus palabras, buscando en ellas la fuerza que necesitaba en ese momento.
—Tienes razón —murmuró, secando sus lágrimas—. No voy a perder la esperanza. Vamos a luchar por nuestro Lucas.
Alejandro le dedicó una sonrisa cálida, besando su frente con ternura.
—Así se habla, mi amor. Nada ni nadie podrá derrotarnos cuando estamos unidos.
En ese momento, el médico regresó a la sala de espera, con una expresión seria en su rostro. Sofía y Alejandro se pusieron de pie, preparados para recibir las noticias.
—¿Cómo está Lucas? —preguntó Alejandro, con ansiedad.
El médico los miró con seriedad.
—Lamentablemente, los exámenes han confirmado que se trata de una meningitis bacteriana —informó, con pesar—. Es una infección grave que requiere un tratamiento inmediato.
Sofía sintió que el corazón se le detenía. Meningitis bacteriana. Esas palabras resonaban en su mente, llenándola de un miedo abrumador.
—¿Qué significa eso, doctor? —preguntó Alejandro, apretando la mano de Sofía con firmeza.
—Significa que debemos actuar con rapidez —respondió el médico—. Vamos a iniciar un tratamiento con antibióticos de manera urgente. Pero debo advertirles que esta infección puede tener serias complicaciones si no se trata adecuadamente.
Sofía sintió que las piernas le temblaban. ¿Complicaciones? ¿Acaso su pequeño Lucas estaba en peligro?
—¿Cuáles son esas complicaciones? —preguntó, con la voz entrecortada.
El médico los miró con empatía.
—La meningitis bacteriana puede causar daños cerebrales, sordera, problemas de aprendizaje e incluso la muerte si no se controla a tiempo.
Sofía sintió que el mundo se le venía encima. ¿Cómo iba a soportar la idea de que su hijo pudiera enfrentar algo tan terrible?
Alejandro la abrazó con fuerza, intentando brindarle el consuelo que él mismo necesitaba.
—Haremos todo lo que sea necesario, doctor —dijo, con determinación—. Vamos a luchar por nuestro Lucas.
El médico asintió, colocando una mano en el hombro de Alejandro.
—Les aconsejo que se preparen para una larga batalla. Esta infección requiere un tratamiento intensivo y un cuidado constante.
Sofía miró al doctor con desesperación.
—Haremos lo que sea necesario, doctor. Nuestro hijo es lo más importante.
El médico les dedicó una mirada de comprensión.
—Lo sé, y les aseguro que haremos todo lo posible por salvar a Lucas.
Alejandro abrazó a Sofía, sintiendo que su corazón se desgarraba por la angustia. Juntos, enfrentarían esta prueba, sin importar lo difícil que fuera.
Cuando entraron a la habitación donde Lucas se encontraba, Sofía sintió que el corazón se le partía en mil pedazos. Ver a su pequeño hijo conectado a tantos cables y tubos le causaba un dolor indescriptible.
Alejandro se acercó a la cama, acariciando suavemente la mejilla de Lucas.
—Estamos aquí, campeón —susurró, con la voz temblorosa—. Papá y mamá están contigo.
Sofía se sentó al lado de la cama, tomando la mano de Lucas con delicadeza. Las lágrimas rodaban por sus mejillas, pero se negaba a dejar que el miedo la paralizara.
—Vamos a salir de esta, mi amor —le dijo a Lucas, besando su frente con ternura—. Juntos vamos a vencer esta batalla.
Alejandro se acercó a ella, abrazándola con fuerza. Sofía se aferró a él, como si su vida dependiera de ello.
Juntos, enfrentarían esta prueba, sin importar lo difícil que fuera. Porque eran una familia, y nada ni nadie los iba a separar.