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Entre Siglos Y Maldiciones

Entre Siglos Y Maldiciones

Status: En proceso
Genre:Romance / Época / Pareja destinada / Brujas / Reencarnación / Fantasía épica
Popularitas:3.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Lya RB

Desde que tiene memoria, Catalyn Spencer ha tenido poderes que la han llevado a ser discriminada incluso por su propia familia, pero solo su mejor amigo, Derek, la ha aceptado tal y cómo es. Sin embargo, cuando se encuentra con la bruja Victoria, su futura mentora, y la invita a unirse al aquelarre Eclipsis, descubrirá que Derek guarda más secretos de los que esperaba y podrían estar relacionados a una maldición mucho más oscura y peligrosa.
Los caminos de las personas están conectados por algo mas que el destino. Las mejores historias de amor a veces no tienen un final, a veces, ni siquiera tienen un comienzo y el hilo rojo podría romperse más de una vez.

NovelToon tiene autorización de Lya RB para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 11: Sombras y Cadenas

¿Por qué estoy sangrando? - se preguntó Catalyn limpiándose con el dorso de la mano.

Derek corrió a sostenerla, notando que tenía heridas en las manos en forma de media luna. ¿Tanto dolor había sentido como para enterrarse las uñas en las palmas?

- ¿Qué fue lo que acabaste de hacer? - le preguntó, rodeandola por la cintura.

- ¿A qué te refieres?

- ¿Estabas haciendo un hechizo mientras discutíamos?, ¿hiciste algo antes?

- No, no he practicado magia desde que me desmaye... - dijo ella, jadeando, tan suave que no parecía su voz -. Sentí mucho... mucho dolor cuando mi mamá empezó a decir eso y sentí que pronto algo iba a explotar, así que solo... solo detuve que pasara.

- Ay Catalyn - exclamó Derek.

Intentó llamar a Victoria, pero tenía su teléfono apagado. Maldijo por lo bajo y pensó en la mejor opción. Si bien no le gustaba molestar a Victoria..., no tenía idea de qué hacer con Catalyn.

《Un poco de ayuda me vendría bien》 pensó,  pero nadie iba a ayudarlo.

Cargó en brazos a Catalyn y salió con ella tan rápido como pudo en busca de Victoria. Con suerte, estaría en el hotel a unas calles de la casa de Catalyn.

Ella debía de sentirse realmente mal como para no haberle gritado que la soltara y solo quedarse en silencio con la mirada perdida.

Y con razón.

Prohibirle hacer magia era como prohibirle respirar. Necesitaba usar su poder, no podía negar su naturaleza y mucho menos reprimirla. Ser bruja era complicado, no podían hacer hechizos más allá de sus capacidades, pero tampoco dejar de usarla. No puedes recibir mucho oxígeno, pero tampoco puedes dejar de respirar. Catalyn no sabía cómo controlar la corriente de poder que tenía, y aún era salvaje, descontrolada, como un torrencial. Derek no se imaginaba lo mucho que le dolía tener todo eso retenido en su interior el suficiente tiempo como para que no alterara las cosas y las personas a su alrededor. Había visto a brujas inexpertas explotar casas enteras e inundar aldeas solo porque sus emociones eran muy fuertes.

Sabía que Catalyn no era la excepción.

- No quiero... - intentó decir Catalyn cuando rodeaban la esquina - no quiero que me vean ahora...

- No me importa, estás sangrando - dijo, repitiendo en su mente el nombre de Victoria.

- Creo que nos puedo hacer invisibles...

- ¿Qué? - Derek se detuvo y la miró a los ojos. Ella parecía perdida en recuerdos, con la mirada fija en un punto más allá de las calles.

- Solo tengo que alterar la realidad de las personas que nos vean -. Catalyn cerró los ojos y Derek temió porque se hubiera desmayado. Pero entonces una señora pasó a su lado sin siquiera mirarlos -, ¿ves?

- No deberías hacer magia en este estado.

- No quiero que me vean así - esta vez si sonaba como Catalyn, como si le estuviera dando una orden. Aunque hubiera parecido con más determinación si no se hubiera encogido en los brazos de Derek y hubiera gemido de dolor -. Me duele mucho la cabeza, ¿podemos llegar rápido a donde sea que vayamos?

《Victoria, Victoria. Por favor, dame una señal. Esto casi siempre funciona》 pensó Derek, empezando a sentir dolor de cabeza y que su corazón se iba a salir de su pecho 《tranquilo, tranquilo, ella estará bien. Encontraremos a Victoria》

Y se sintió tan aliviado de verla correr hacia ellos que por fin su corazón empezó a latir con más normalidad.

《Por fin》 pensó 《ella estará bien, ella estará bien. No te preocupes》

- ¿¡Qué le hiciste!? - le gritó Victoria al verla.

Catalyn no respondía, solo dormía en sus brazos como si no quisiera despertar.

- No hice nada, lo juro - dijo Derek mirando a Victoria a los ojos. Ella lo entendió. Esta vez, no había sido su culpa -. Tuvo una discusión muy fuerte con su mamá y creo que empezó a reprimir su magia y empezó a sangrar y yo no sabía qué más hacer...

- Derek - lo llamó ella, acariciando el cabello de Catalyn -. Está bien, solo necesita descansar y luego hacer un par de hechizos. ¿No puedes regresar a su casa?

- No creo que sea buena idea... -. Él le contó lo que había sucedido, aunque se arrepintió al ver que Victoria apretaba la mandíbula cuando se enteró de lo que había hecho la mamá de Catalyn.

- Pobre niña - Victoria se inclinó para darle un beso en la frente -. Ven, la llevaremos a mi habitación en el hotel.

- ¿No estás muy ocupada? - le preguntó Derek.

- Ya me llamaste en medio de una reunión con mi jefa.

- Lo siento mucho, no sabía qué más hacer.

- ¿No había sucedido antes? - le dijo Victoria, acariciando la mano de Catalyn. Las heridas de sus manos desaparecieron y su sangrado se detuvo, pero seguía tan pálida como la nieve.

- Si, pero esta vez ella no hizo ningún hechizo que la dejara tan exhausta. Estoy preocupado porque retuvo toda esa magia dentro de si misma, eso no lo había hecho antes. Ni siquiera una vez - dijo, empezando a temer de verdad por Catalyn.

¿Se había desmayado dos veces en la misma semana? Y era su culpa. Todo era su culpa. Si nunca le hubiera pedido ayuda con su dolor por Alice, Catalyn nunca habría querido indagar en ese hechizo de memoria que arriesgaba con acabar su vida tal y como la conocía ahora. Él cargaba con ese peso, solo él.

Al llegar al hotel, se dio cuenta que los recepcionistas no se fijaban en Derek y en Catalyn. Victoria estaba haciendo el mismo hechizo de invisibilidad que había hecho ella antes..., se parecían más de lo que creía. La llevaron a su habitación de hotel y Derek sintió nostalgia al ver los implementos de trabajo de Victoria. Cada tubo de ensayo, libro, papiro, grimorio y dibujo estaba organizado por tamaño, nombre o color. Aunque los colores monocromáticos del hotel contrastaban con todo lo que tenía ella, cualquier cosa que tocara Victoria parecía tener una elegancia y brillo únicos.

Sintió una opresión al pecho al recordar sus días en Florencia, mientras trabajan juntos todas las tardes y encontraban nuevos hechizos, aunque ninguno que sirviera con su propósito o al menos que los acercara a tener respuestas.

- ¿Vas a entrar o no? Catalyn aún necesita recuperarse.

Derek asintió y siguió a Victoria, recostando a Catalyn en la cama. Se veía tan frágil, como un tulipán blanco cuyos pétalos se estaban cayendo. Cogió su mano y se arrodilló a su lado. Sin darse cuenta realmente, acercó su delicada mano a sus labios y empezó a pedir a lo que fuera que lo escuchara que ella despertara y que pudiera sacarla de esa burbuja en la que había vivido toda su vida.  Quería hacerla feliz, quería verla sonreír. Merecía sonreir como lo hacía antes de la muerte de su papá. Merecía vivir, no pensar que no había más vida de la que conocía...

《Detente》 se ordenó a si mismo.

Lanzó un suspiro y se puso de pie, alejándose de Catalyn y sintiéndose avergonzado cuando se dio cuenta que Victoria lo observaba. Eventualmente ella alejó su mirada y Derek la vio fruncir el ceño.

- ¿Podrías dejarnos a solas? - le pidió ella - Intentaré despertar a Catalyn, pero creo que verte podría alterarla.

Sus palabras se sintieron como un pinchazo en su corazón, pero solo asintió y maldijo por lo bajo al salir, culpándose, de nuevo.

Toda esa situación le traía muy malos recuerdos, pero no quería hundirse en su pasado.

Salió del hotel y suspiró al ver a la mamá de Catalyn salir de la iglesia con el padre Nicolas. Derek sintió un nudo en la garganta al verlo, sostenía con fuerza una Biblia y rodeaba a la señora Lillian con su otro brazo. No parecía muy mayor, pero tampoco podía decir que tenía menos de treinta años. Sus ojos aparentaban falsa gentileza, pero eran más demandantes que otra cosa, de un color castaño oscuro que hacían que su mirada fuera más intimidante. Siempre llevaba el cabello rubio peinado hacia atrás, como si fuera un pato demasiado vanidoso. Toda su apariencia le causaba repulsión a Derek, pero lo que más detestaba era la cruz que colgaba de su pecho.

Estaba plagada de magia negra.

Derek quiso intervenir en su conversación y velar porque Catalyn no sufriera las consecuencias del miedo de su madre que, aunque fuera justificado, estaba llegando a limites demasiado peligrosos. Empezó a caminar hacia ellos, pero se despidieron antes de que Derek pudiera tener la oportunidad de hablar. Al menos tenía que intentar hacer entrar en razón a la señora Lillian.

- Señora Lillian, espere - la llamó.

- ¿Dónde está mi hija?

Tragó saliva y buscó las mejores palabras para calmarla, pero no se le ocurrieron muchas opciones.

- Le ruego que no se preocupe, ella está en casa de una buena amiga - dijo, temiendo por haber cometido un error.

- ¿La dejaste salir? -. Sentía que en cualquier momento la madre de Catalyn lo iba a abofetear, de nuevo.

- Señora Lillian, por favor le ruego que primero me escuche - empezó a decir -, ¿realmente cree que era buena idea dejarla encerrada en su hogar, experimentando toda clase de sentimientos negativos que podían resultar en un desastre?

La señora Lillian tragó en seco, considerando lo que decía.

- De todos modos, la quiero en mi casa. El padre Nicolas me dijo lo necesario para controlar su poder.

Derek sintió pánico.

- Si me permite decirlo, ¿no es una medida muy drástica? - Se escuchó diciendo.

- Lo que sea para evitar que el hechizo se rompa - contestó la señora Lillian con tanta seguridad que Derek empezó a temer porque nada pudiera hacerla cambiar de opinión.

- Ni siquiera está confiando en su hija -. Derek tenía la sensación de que la conversación saldría peor de lo que imaginaba -. Ni siquiera le está dando la oportunidad - continuó hablando -. ¿Un par de semanas para ponerla a prueba son suficientes?

- ¿A qué te refieres?

- ¿Por qué no le da la oportunidad de controlar sus poderes en unas semanas? No, mejor dicho, de demostrarle que puede vivir sin practicar - 《¿Qué estoy haciendo, demonios?》 pensó Derek -. Y no tendrá que usar... lo que sea que le haya dicho su amigo.

- El padre Nicolas - lo corrigió la señora Lillian y él solo se limitó a asentir -. No quiero arriesgarme, Derek. Sabes lo que puede suceder.

- Entonces confíe en mi -. Derek le cogió la mano y se acercó a ella, mirándola a los ojos -. No dejaré que Catalyn sufra ningún daño, le doy mi palabra.

Sonaba tan seguro que hasta se sorprendió a sí mismo.

- Solo un par de semanas, tiene que probar que no volverá a usar esas aberraciones.

Derek evitó suspirar y rodar los ojos, pero mantuvo su postura y sonrisa sin dejar de coger la mano de la señora Lillian.

- Eso es todo, le agradezco su paciencia y comprensión - dijo, aunque no se creía ni una sola palabra. Seguía preocupado por Catalyn y resentido con su mamá -. Verá que no la decepcionaremos.

- Sabes que nadie puede enterarse - le contestó ella, el labio inferior le temblaba -. Y desde la muerte de mi esposo..., debo reconocer que has sido el único que nos ha ayudado. Muchas gracias. Por favor lleva a Catalyn a casa antes de que se haga de noche. Necesito hablar con ella.

Derek asintió y se despidió tan cordial como pudo, pero deseó haber pasado más tiempo hablando con ella.

A unas calles, distinguió a Alice con Vanessa. Hablaban e iban cogidas de la mano como hace unas semanas habían estado Derek y ella.  Parecían felices, tan tranquilas como si él nunca hubiera existido. Su corazón empezó a martillar su pecho y sintió que sus manos empezaban a temblar.

《Tranquilo》 se dijo a si mismo 《solo ignoralas》

Pero había sido demasiado lento para reaccionar y Alice lo saludó. Le devolvió el gesto alzando su mano y dio media vuelta hacia el hotel donde, con suerte, estaría esperándolo Catalyn. No quería seguir viendo a Alice, no quería verla con Vanessa. No tenía a su mejor amiga para calmar sus nervios y los pensamientos se le arremolinaban en la cabeza: unos le decían que debía huir, otros le gritaban que debia ser fuerte y enfrentarlo, otros susurraban quería hacer sufrir a Alice. Decidió escuchar a solo una voz.

Caminó lento hacia la iglesia, esperando que ellas no se acercaran, pero reuniendo la fuerza suficiente como para hablarles si lo hacían.

Y lo hicieron.

《Esto va a doler》 pensó.

- Hola Derek - le dijo Alice, aún con su delicada voz y su manía de sonreír como una muñeca -, ¿tienes prisa?

Le parecía increíble que quisiera hablar con él, pero si lograba controlarse... tal vez pudiera conservar un poco de su dignidad. Solo que no estaba seguro de poder hacerlo solo. De realmente poder enfrentar lo que sentía. Solo habían pasado días.

- Si, debo irme. Pero ya que te acercaste, ¿hay algo en lo que pueda ayudarte? - dijo, tan tranquilo como pudo y evitando mirar a Vanessa, aunque sintiera su mirada encima de él.

- Solo quería saber cómo estabas - le respondió ella, mirando al suelo. Odiaba que hiciera eso -. Y presentarte a Vanessa.

Derek quiso gritarle lo muy insensible e ilógica que estaba siendo, pero sabía que no era la solución. Una voz en su cabeza lo decía.

- Muy buena forma de conocernos - sonrió y sintió un poco de satisfacción cuando vio a Alice incómoda -, pero supongo que la corona de la culpa no está en la cabeza de nadie - le ofreció la mano a Vanessa, pero fue una terrible idea.

- Es suficiente con haberte visto -. Vanessa claramente no estaba intentando ser cordial -. Estuviste con mi novia por meses.

No era capaz de enfrentarla solo. Dolía.

- Me temo que no sabía de tu existencia y me parece que no soy el indicado para descargar toda esa negatividad - le dijo con una sonrisa leve y miró por unos segundos a Alice -. Si me disculpan, hay alguien que quiero demasiado que me necesita. Un placer haberlas visto.

Alice parecía a punto de llorar, pero Derek no sintió lástima. Al contrario, le causaba confianza y satisfacción. Y no sentía remordimiento por eso.

- Nos vemos luego, Derek - dijo Vanessa haciendo énfasis en su nombre, pero esta vez si aceptó despedirse con un apretón de manos.

《No puede ser》 pensó él sin dejar ver su frustración y, sobre todo, su confusión.

Al tocarla, sintió una chispa de electricidad que le recorrió el cuerpo y le aceleró el corazón.

Vanessa era una bruja.

Y una de muerte.

1
Andrexenx
Sii por fin
Andrexenx
😥
Andrés Felipe Hernández
"Te vamos a matar si sigues con tus chingaderas, mamón. Ponte con tus mamadas y te descuartizamos y tiramos de comer a los perros. Andate con cuidado porque no sabes con quién te metes, krnal"

-Victoria (2024)
Andrés Felipe Hernández
VIVAN LOS NOVIOOOOOOOOS!!
Andrés Felipe Hernández
Algo no me agrada aquí... >:v
Andrés Felipe Hernández
Eh, esa es mi frase
Andrés Felipe Hernández
"Para aprovechar la corriente del rie, no corres en su contra; te dejas llevar por el impulso de su cauce"
Andrés Felipe Hernández
So Easy (Soy ese)
Andrés Felipe Hernández
"Gracias a ti, Andrés pasó sus parciales; si eso no fue magia, ¿entonces que fue?"
Andrés Felipe Hernández
"Esto está mal, muy mal"
¿Es normal que las shippee?
Andrés Felipe Hernández
Auch
Andrés Felipe Hernández
¡¡Empieza el entrenamiento, pongan la canción de Rocky Balboa!!


*Motivational Música intensified"
Andrés Felipe Hernández
Imagino la escena en mi cabeza y la cara de Catalyn tipo: :0
Andrés Felipe Hernández
Fue un suspiro de "Dios, menos mal que aún tiene"
Andrés Felipe Hernández
Rutina de skincare y 10 ave Marías Bv
Andrés Felipe Hernández
De noche: Un aquelarre de magia
De día: Call Center de portabilidad de Claro :v
Andrés Felipe Hernández
No digas eso, chiquita
Andrés Felipe Hernández
Golpe bajo :v
Andrés Felipe Hernández
¿Que quien es Catalyn?
para unos, una extraña
para mi, mi diosa
mi aire vital para respirar
mi corazón palpitante
mi medicina
mi uso de razón
Andrés Felipe Hernández
AGARRENME que la mato :)
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