Ella solo quería obtener el trabajo soñado, ser maestra titular del Colegio Internacional para señoritas, pero solo consiguió ser la suplente, pero no solo eso, nunca pensó tener que soportar a los padres, caprichosos y llenos de poder que harían que la despidieran.
El haría cualquiera cosa para complacer a su pequeña hija, incluso conseguir a su querida maestra.
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Quiero tenerla, voy a tenerla
Franco
Sumerjo mi cuerpo pensando quizás es una alucinación mía, pero al salir el agua que gotea de mi cabello no me daba ver bien esa imagen tan perfecta de la maestra. Paso mi mano por mi cabello adaptándolo para verla mejor y sonrió. No es un sueño, ella está aquí.
— Qué sorpresa tan… — vuelvo a dar un vistazo a su maravilloso dorso que logra tapar un poco con sus brazos y que ya me grabe, me acerco pero ella se sorprende y sale corriendo de ahí, dejándome ver el resto de sus curvas.
Aún no me lo creo y rio como idiota, la maestra, que se ha convertido en mi deseo más anhelado estuvo frente a mis ojos… desnuda.
Al salir luego de recuperarme de esa aparición, noto en el piso algo y al inclinarme me di cuenta que era su prenda más íntima.
Sin lograr conciliar el sueño llega la mañana y anhelo verla, meto su prenda en el bolsillo de mi pantalón, luego de haber estado con ella toda la noche en mi cama. Llego al comedor, ella está ahí como siempre con mi hija, cuidando de que coma todo su desayuno nutritivo y tome su medicina.
— Buenos días — digo al entrar y veo como se sorprende al escuchar mi voz.
— Buenos días Papi — me responde mi pequeña y beso su cabeza mientras veo a la mujer a su lado que me ignora, mientras yo aprieto la prenda que está dentro de mi bolsillo.
— Buenos días señor Rossi — dice en voz baja, mientras ella y mi hija se miran, sonríen. Esa complicidad que hay entre ellas me gusta, mi hija confía en ella y se que ella no haría nada para dañarla.
— Maestra, ¿cómo durmió? — pregunto con tono amable, escondiendo mis verdaderas intenciones.
Hubiera preferido verla dormir conmigo. — pienso llevado por mi deseo por ella.
Noto que se sonroja y no escondo mi sonrisa.
— Bien, bien…voy a buscar tu jugo Ghinger — dice y se levanta para dirigirse a la cocina y no dudó en mirar su cuerpo, recordar cómo su desnudez brillaba con el agua de la piscina, mientras hoy lleva un pantalón que le hace ver redondo y apretado su trasero y una camisa color malva que le tapa por completo.
Suspiro porque su cuerpo ya me lo grabé en mi mente, no importa la ropa que se ponga para cubrirlo.
— ¿Papi? — miro a mi hija y sus ojos azules estan confundidos.
— ¿Si, cariño? — tomo pan y algo de lo que trajeron para el desayuno.
— Te pregunté si nos dejabas ir hoy al centro comercial — la miro y frunzo el ceño.
— ¿Para qué? — muerdo un trozo de pan con queso crema y veo cómo vuelve la maestra, ignorando mi mirada.
— ¿En serio se te olvidó? — dice mi hija y vuelvo a mirarla, sus cabellos rubios en una trenza se le ve tan bien, tan hermosa.
— Si, me lo recuerdas…
— ¡Papá! — Ghinger no tiene mucha paciencia y siempre le recuerdo que yo tengo mucho en mi cabeza y debe repetirse siempre las cosas.
Entre ella y yo, ella es la de buena memoria.
— Sobre el proyecto de música — habla y la miro, si lo recuerdo, me preguntó por una canción que me guste y por casualidad recuerdo esa que escuchaba la maestra anoche, es la misma. La miro, creo que también se dió cuenta.
— Tomate el jugo Ghinger — le ordena ella, siempre con voz dulce pero con autoridad.
Mi hija le obedece sin refutar mientras me sigue mirando.
— Ok ok, pero la maestra usará su tarjeta, recuerda que ya no puedes usar la tuya — le recuerdo su estupidez en creer que su niñera la usaba para comprar cosas costosas de su tarjeta.
— Yo me encargo señor — escuchó a la maestra y la miro. No ha fijado mis ojos en mí, ni un momento.
— Compren lo que necesite — les digo y ambas asienten.
Termine mi desayuno mientras Ghinger habla con su maestra y yo solo las miro a las dos.
Se acerca la hora de ir al colegio y espero a mi hija en la puerta, cuando veo aparecer la mano de su maestra.
Suspiro al ver cómo su movimiento de cadera hace palpitar mi entrepierna. Trato de que no me siga afectando y le habló.
— Regreso y nos reunimos en mi despacho — le digo y la veo dudar — es importante.
— Si, señor Rossi — me gustaría que me llamara Franco y tenerla confianza suficiente para llamarla por su nombre también.
Sin poder dejar de pensar en ella, Ghinger ha pasado todo el camino a la escuela escuchando y cantando esa canción que hace que piense en el cuerpo y el deseo que le siento a la maestra.
— Puedes usar los audífonos cariño — le pido a mi hija mientras la miro hacerlo y creo que tengo algo de paz, pero la voz de mi pequeña me hace sonreír.
Creo que esas dos me enloqueceran.— pienso mientras la escucho cantar.
Dejo Ghinger en su colegio, vuelvo a casa sintiéndome muy ansioso y hasta nervioso de encontrarme a solas con la maestra, su prenda me acompaña, palpo mi bolsillo y subo apresurado y ella está ahí, miro su cabello negro que brilla.
— Maestra — le digo y sonrió al ver que voltea su cara pero no me mira a los ojos.
— Dígame señor — su voz tiembla, está tan nerviosa como yo.
— ¿Está preparando el proyecto de música con Ghinger? Está bastante animada en eso — sonrió al recordar a mi pequeña cantando.
— Sí señor, pero no puedo decirle nada, será una sorpresa que quiere darle Ghinger y no creo que le guste…
— Tranquila, no me diga. Sé cómo es mi hija, si es sorpresa, mejor déjenlo ahí — la miro pero no me ve — use la tarjeta y no se preocupe por lo que gaste, compre todo lo que necesite. Y que haga feliz a Ghinger — sonrió porque se que mi hija es feliz gracias a ella.
— ¿Algo más? — pregunta y la miro, tocó mi bolsillo.
— Si, claro — me levanto y la veo moverse nerviosa, sonrió — veo que le gustó la piscina techada.
— Lo siento señor no la volveré a usar…
— Es íntimo — sigo y me coloco frente a ella, la maestra no sube su cabeza para enfrentarse — el mejor lugar de esta casa ¿no le parece?
— Lo siento en verdad…— está completamente avergonzada
— No lo sienta, si la disfruto — digo y saco su prenda, la tocó — solo trate de no dejar su ropa cuando se vaya — se la pongo en su regazo y veo como la toma y se levanta de golpe — cualquiera podría encontrarla.
— Lo siento… — veo como sus manos tiemblan, está realmente nerviosa.
— Suerte que yo la encontré luego de ver su espectáculo — miro como camina hasta la puerta repitiendo lo que sentía y sonrió.
¿En verdad está nerviosa? O ¿solo le gusta hacerse la inocente?
No me importa, igual me gusta y deseo tenerla, voy a tenerla.
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...¡Hola! Me disculpo si creen que tardo mucho en actualizar, pero lo estoy haciendo dejando más de un capítulo para que no se aburran....
...Si has leído mis historias sabes que son muy 🔥 y es difícil para mí porque debo eliminar mucho en las escenas candentes....
...Cómo ven, Franco es sumamente 😈 y pronto habrá escenas con mucho 🔥🔥🔥 y como odio que me censuren me toca leer y releer mientras edito. ...
...También les pido, aparte de paciencia, respeto en los comentarios, hay quien nos tienen respeto por los escritores o insulta únicamentes porque algo no les agrada en la historia. Les recuerdo que muchos hacemos esto solo por gusto, no somos profesionales y por ende, cometemos errores. Muchos también tenemos vidas y un trabajo. Las horas de escribir, editar y publicar son muchas, es complicado para cada uno de nosotros hacerlo con frecuencia. También agradezco a los que me apoyan y leen mis historias....
...Ahora, disfruten el siguiente capítulo ☺️...
...Hay nuevo baneer 👇💖 ...
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