La mayor cobardía de un hombre es despertar el amor en una mujer sin tener la mínima intención de amarla, como curar aquellas heridas si es difícil de cerrar, y cada día el precio de vida es más difícil de pagar, después de alejar el dulce amor de su esposa, sin imaginar que su búsqueda en el amor termino cuando la conoció, de la cual la vida convirtió a Rafael Castro un mendigo del amor,
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Divorcio
Sara.
Mi tía fue por mi, a la villa ya que ella es mi único familiar en la ciudad, toda mi familia vive en el campo, nací en una familia modesta campesina sin mucho lujos, mis padres son agricultores, y la única que salió adelante fue mi tía María claro con mucho esfuerzo y eso es de admirar. Ella y su esposo siempre echaron para adelante mis primos estuvieron ahí a su lado, ellos fueron la inspiración para salir adelante.
Fuimos donde él abogado ella no me dejó sola en ningún momento, estuvo ahí dándome ánimo, hice redactar un documento donde diga que renuncio a la compensación, quiero irme sin tener nada que ver con Rafael, sobre todo nada que me recuerde su estúpido juego. Después iré con mi familia y diré la verdad del divorcio, firmé los documentos fuimos a la recidencial Hidalgo era la segunda vez que estaba en la casa de mi tía, ya que durante el colegio me quedaba en la casa de una hermana de mi madre, que también es mi tía, pero después de mi matrimonio ella se mudo a la capital.
Doña María---: Bienvenida, pasa hija los chicos estaran contentos que estés aquí, lastima que no esté mi princesa para que te sientas más cómodas.
Sara---: Sigue en México.
Doña María---: Si, como está recién casada creo que demorara para visitarnos, puedes utilizar la habitación de mi hija..
Sara---: No, tía y si ella viene y me encuentra en su habitación.
Don Manuel----: Puede utilizar la habitacion de huéspedes, ¡hola! te pareces tanto a tu tía, así tal como la conocí, bienvenida es como si fueras nuestra hija.
Sara---; De verdad me parezco tanto a mi tía( ríe) todos dicen lo mismo pero me falta mucho para parecerme a ella, yo soy débil
Don Manuel----: Si te pareces mucho a mi esposa eres hermosa como ella.
Doña María---: No eres débil, eres más fuerte de lo que crees, ve con Mildred a tu habitación y descansa te llamaré cuando esté la cena lista.
Mildred ayudo a Sara con las maletas, ingresaron a la habitación, Mildred también la ayudo a desempacar y ordenar sus cosas.
Sara---: Gracias señora.
Mildred---: Solo dígame Mildred, sabe. usted me recuerda a una sobrina, es así como usted humilde y bien sencilla.
Sara---: Debe ser ingenua como yo.
Mildred---: Si, mi sobrina se llama Lisa.
Sara---: Espero conocer algún día a Lisa.
Después que Mildred termino y salió de la habitación, dejando a una Sara aparentemente tranquila pero en realidad ella volvió a sumergirse en sus lágrimas, recordó aquellas palabras hiriente que Rafael le dijo en su noche de bodas, pero también recordó cuando el estaba con su amante en su oficina, ella quería ser fuerte pero no podía, solo lloro por la amargura de no ser fuerte, como eran las 15:00 P.M. ella se acostó no quería seguir llorando, pero su mente y corazón no entendía, tomo su almohada y ahogo los gritos de dolor, hasta quedarse dormida.
Por otra parte en la oficina de los Castro, Rafael no podía concentrarse en su trabajo las imagines de aquellos besos que le daba a una inocente Sara invadieron su mente, tocó sus labios y sonrió, trato de olvidarse y siguió revisando algunos documentos, cerro sus ojos pero está vez los recuerdo de las lágrimas de Sara llegaron como videos a su mente, eso hizo que la poca concentración que tenía en su trabajo desvaneciera, tiro el bolígrafo en su escritorio, se recostó en su silla giratoria golpeándose levemente la frente.
Rafael---: Que me pasa, ¿porque pienso mucho en ella? vamos Rafael talvez sea cargo de conciencia nada más.
Rafael paso el resto de la tarde inquieto, decidió llamar a Leonela para calmar esas ganas de pensar en Sara, en España seria de madrugada talvez no tenga respuesta pero eso lo tranquilizó un poco. Tal como el lo imagino sucedió, ella no contesto, tomo las llaves de su vehículo y salió de la empresa, aunque se sentía un poco frustrado, decidió caminar para desestresarse.
Llegó al parque se sentó, respiró profundo hasta llenar sus pulmones de aire, miro a un lado donde aprecio a muchas parejas enamoradas que se tomaban las manos, otros se besaban, y unos caminaban abrazados, sonrió y el nombre Leonela retumbó en su mente, miro al frente y habían parejas con hijos pequeños que jugaban en familia, volvió a sonreir e imagino una vida de felicidad junto a Leonela cerro sus ojos y penso "tener hijos con ella sería genial" pero como cosa del destino la imagen de Leonela desapareció que enseguida fue reemplazada por Sara, el abrió los ojos de inmediato.
Rafael---: ¿Que mierda me pasa?
Rafael seguía molesto consigo mismo, como eran más de las seis de la tarde y estaba oscureciendo tomo un taxi hasta llegar a la villa, necesitaba darse una ducha, talvez descansar un poco le ayudaría a poner su mente en orden. Al llegar se percata que las luces estaban apagadas, eso lo tenso un poco ingreso pero todo estaba en silencio, no tenía ese olor no tenía el delicioso aroma de la comida que prepara Sara era como si había ingresado a otra villa, prendió las luces e ingreso a su habitación, encontrándose con el anillo de bodas y la tarjeta que le había dado a Sara, tarjeta que nunca utilizo.
Rafael tomo el anillo entre sus dedos, sintió un breve dolor en su pecho que a su vez sintió un vuelco en su estómago, salió de su habitación en busca de Sara, pero no la encontró, regreso a la sala y se sentó, tenía un nudo en la garganta y no entendía porque, "Sara se ha ido si el divorcio todavia no se firma" decia en su mente "talvez sea lo mejor" se reconfortaba a si mismo.
Al día siguiente Rafael despertó, se ducho se vistió dónde su ropa todavía olía a limpio, pero un limpio exquisito que su ropa jamás había tenido, solo con Sara tenía ese agradable aroma, ingreso a la cocina para desayunar, intento hacerse un desayuno como lo hacía Sara, pero ni siquiera los huevos revuelto le salieron igual, sonrió con amargura e intento ingerir lo sin problema, pero una llamada le quitó el apetito era su abogado dónde le confirmaba la fecha exacta de la firma del divorcio.
Abogado📲 Señor Castro, el divorcio estará listo para este lunes, será el primer caso que el juez comience en el día.
Rafael📱¿Tan rápido?
Abogado📲 Si, lo que pasa es que la señora firmo los papeles y lo que más ayudo es que ella redacto un papel donde renuncia a toda compensación.
Rafael 📱¿ cuando hizo eso?
Abogado📲 Ayer.
Rafael 📱 Porque no me avisó, yo no lo hubiera permitido.
Abogado📲 Señor Castro, si usted le quiere dar algo voluntario pues dele pero no me puedo retractarme con el juez.
Rafael 📱 Está bien, haga lo que tenga que hacer.
Rafael dejo su desayuno a un lado quería llamar a Sara para cuestionarla, ella renunció a la compensación y el se sentía más culpable por la desdicha de Sara, pero para su mala suerte el no tenía el número de su esposa.
Los días pasaron y el fin de semana se fueron volando, el lunes esperado llegó, Rafael llegó con su abogado, se sentía nervioso sus manos sudaban y caminaba de un lugar a otro, inquietando a su abogado, Sara no llegaba, por alguna razón muy dentro de su corazón deseaba que ella no llegué, pero aquel deseo quedo guardado en su corazón cuando la vio bajar de un taxi a una humilde chica.
Sara camino hacia ellos miro a Rafael que estaba con las miradas tristes y brillantes porque se estaban empañando por sus lágrimas, no saludo y se mantuvo de pies bajo las miradas de Rafael, el abogado informo que podían pasar, Sara ingreso primero seguido por Rafael se sentaron frente al juez, dónde empezó a leer los acuerdos, aunque se sorprendió a leer el documento donde Sara rechaza toda compensación de parte de Rafael, el juez entrego el documento donde Rafael fue el primero en firmarlo ya quería terminar con todo, paso el documento a Sara, ella miro el documento que tenía como encabezado la palabra "divorcio" y la firma de Rafael muy claro, no pudo detener las lágrimas que enseguida rodaron por sus mejillas de la cual una gota cayó en el documento, con el dolor de su alma firmo aquel papel que la separaba para siempre del único hombre que ella ha amado en su vida.