la historia de Tomas y Sofhi, esta novela es la secuela de mi primer libro Nuestra guerra.
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Capítulo 12 Besándola
Narra tomas
Al llegar a casa me encuentro con la noticia de que Sofhi vino a preguntar por mí, me intriga saber el motivo, no sea que me haya hecho quedar mal.
- Mama te dijo ¿qué quería? – le pregunto
- No tom, no me dijo, eso fue lo extraño – me responde
- Y ¿a qué hora fue eso? – le pregunto
- ¿Todo va bien en la escuela? – me pregunta
- Si mama, todo perfecto ¿Por qué lo preguntas? – le respondo
- No lo sé, dime tú, yo creí que estabas con ella – me dice
- No mama, pero justo iba de salida para allá y que ella me ayudara con una dudas que tengo acerca de una de las actividades – le digo
Salgo nuevamente en mi auto, esta vez sí le quiero dejar las cosas en claro, debe dejarme en paz y no meterse en mi vida, si ella es un ángel y le gusta hacer de niña buena, pues yo no, conduzco rápidamente, parqueo y toco la puerta, la que me abre es Sofhi, cuando me dispongo a dejar las cosas en claro, ella me habla descortésmente y escucho los gritos de la tía Emma, cuando entro sin el permiso de Sofhi, veo a mi tía sentada en un sillón aferrada a él con todas sus fuerzas, incluso parece que se contiene, me dicen que está en labor de parto, en ese momento me ofrezco para llevar al hospital, pero en cambio me pide que me quede ayudar a Sofhi con sus hermanos, ella se niega varias veces, pero estoy decidido a quedarme, segundos más tarde llega el tío Ben quien le deja claro en un regaño que es necesario que me quede para ayudarla, cuando los tíos se van en el auto, ella se va la cocina.
- ¿Dónde está Jack? – le pregunto
- Donde la tía Ana – me responde – así que como puedes ver puedo quedarme sola perfectamente, no necesito de tu ayuda
- ¿puedo saber a qué fuiste a mi casa? – le pregunto
- Por idiota – me dice y se va
En ese instante ella sube para calmar los llantos de Susi quien se asustó con los gritos de su madre, subo detrás de ella y la veo cargar a su hermana con mucho cariño, después de unos minutos observándola como hace dormir a la pequeña, sale sin decir nada y va al cuarto de Liam quien esta enredado con su tarea, ella se sienta a su lado, abre otro cuaderno y comienza a explicarle como resolver la ecuación, vuelvo y me quedo mirándola, es una niña muy inteligente, cuando crezca será una mujer muy hermosa, no sé porque se me vino eso a la cabeza, reacciono y me voy para la cocina y preparo unos sándwich, pues si estoy en lo cierto no ha comido nada en medio de todo este revuelo y si cuento que el tiempo que le tomo venir de mi casa para acá, entonces debe de tener hambre, preparo algo de tomar también y me siento en la sala a esperar que baje, pero los minutos pasan hasta que se convierte en una hora, subo a su habitación toco la puerta, ella no responde así que entro y la veo en su escritorio haciendo su tarea
- ¿Qué haces? – le pregunto
- Mi tarea – me dice
- ¿Dejaron mucha? – le pregunto
- Así es, como sabrás estamos terminando año y quiero tener todo en orden y como podrás ver mis hermanos están bien, así que puedes irte – me dice indiferente
- ¿Qué te pasa conmigo? – le pregunto con un poco de enfado
- Nada, puedes irte – me dice
- ¿Por qué tu insistencia de que me vaya? antes no querías separarte de mí – le refuto
- Tú lo has dicho, ¡antes! Tiempo pasado – me responde
- ¿Y por qué ahora no? – pregunto
- Porque antes eras diferente, ahora eres un cretino y no te conozco, así que no me das confianza, no quiero tener que repetirlo, puedes irte ya – me dice en un tono dominante
- Quiero ayudarte, ven bajemos te prepare algo de comer, sé que no has cenado nada – le digo al tiempo que me acerco sigilosamente
- Si bajo y como ¿te iras? – me dice
- Así es – le digo una mentira
- Está bien, pero jura que te iras – me dice
- Lo juro – le digo levantando una mano y pongo la otra en mi corazón
Bajamos a la cocina y le paso el plato con el sándwich, ella me mira sorprendida y le hago una reverencia queriéndole decir que estoy a su servicio, así pasamos una hora, riendo de varias cosas sin sentido, sobre todo de las caras que hacia su madre cuando gritaba, con eso comenzamos una plática más seria
- Es por eso que yo he decido no tener hijo – me afirma
- Eso aún no lo sabes – le digo
- Claro que lo sé, es mi cuerpo y yo decido – me dice
- Estas muy adelantada para tu edad – le digo riendo
- Puede ser, pero con todos los hermanos que tengo es suficiente, y tu ¿deseas tener hijos algún día? – me pregunta
- No lo sé, por ahora me gusta hacerlos – le digo con un guiño y ella se sonroja
- Me vas a decir que no sabes cómo se hacen los niños – le digo
- Si se, o al menos creo saber cómo es – me dice molesta
- ¿Quieres que te enseñe? – le digo pícaro y ella evade mi mirada
- Ya comí, es hora de que te marches – me dice nerviosa
- Estabas muy linda con ese traje de baño el día de tu cumpleaños – le hablo mientras me le acerco
- Gracias – me responde titubeando y nerviosa
- ¿Puedo saber quién te invito a salir ese día que te pusiste tan feliz? – le pregunto con un susurro en su oído, siento como tiembla
- Nadie, no fue nadie – me dice entrecortada
Ver su actitud tímida, nerviosa y hasta con miedo me excita a tal punto que puedo sentir mi miembro dur*, ella se levanta de golpe cuando siente que le voy a dar un beso en el cuello, la agarro de su mano y la giro para que me mire, pongo mi frente en la suya, toco su nariz con la mía y con un dedo acaricio sus labios, esos que llevo tiempo con ganas de probar, me quedo así por unas milésimas de segundos que parecieron horas, paso mi mano por cuello y le robo un dulce beso, penetr* su boca con mi lengua recorriendo cada parte de su interior, tiene un sabor a menta y caramelo que me envuelve, sigo devorando su boca sin dejarla respirar, la apretó de la cintura contra mí, ladeo mi cabeza y ella en un movimiento torpe choca sus dientes con los míos, se aparta nerviosa.
- Lo siento, yo no sé besar – me dice
- Creo que lo haces de maravilla – le respondo deseoso de mas
Le digo al tiempo que la vuelto a tomar con fuerza de su pequeña cintura y con mi otra mano puedo abarcar todo su cuello, eso me deja tomar el control de la situación, ella deja salir un gemido de placer, lo que me enciende aún más, la levanto llevado sus piernas al costado de mi cintura, la llevo contra la pared, ella toma confianza y me toma del cuello, en tan solo cuestión de minutos se vuelve toda un experta besando, tanto que ni siquiera Sally besa de esa manera tan adictiva, la cojo con fuerza y camino con ella hasta el sillón donde me dejo caer con ella encima de mí, me fascina ver como se deja llevar y de a poco también toma el control del beso, esta vez le tomo la cintura con las dos manos y con fuerza le hago fuerza hacia mi miembr* para poder sentir su intimidad ardiendo de deseo, ella me mira confusa cuando siente mi enorme miembr* reclamando por salir, me dispongo a tocar uno de sus pechos, Susi comienza a llorar, ella se levanta aterrorizada y me dice que lo siente aunque no sé a qué se refiere, la miro con una ceja levantada y ella se va.