¿Qué pasaría si eres la villana de una historia mal contada? Anneliese Ross es la hija menor del conde Ross, quien recientemente ha perdido la memoria y no recuerda las sensaciones o personas, durante ese lapso de tiempo descubre cosas desconocidas que siempre la rodearon antes de ser Anneliese.
Porque Anneliese Ross es una persona sobrenatural y desconocida, a la que siempre la envolvían las desgracias y siempre estaba rodeada de chismes.
¿Qué harás cuando tuviste que haber muerto y no lo hiciste? Anneliese Ross, ¿Que harás para sobrevivir?
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10.
‘Fuash’
El arco apunto y la flecha fue lanzada Ada con precisión. Su rostro antes lleno de la viscosidad de la baba ahora estaba lleno de una sangre negra y espesa.
La flecha antes lanzada había dado contra uno de sus ojos. Pero la bruja ahora inmóvil segundos después comenzó a moverse terroríficamente.
Acomodando pacientemente otra flecha en el enfleche. Anneliese Ross, quien en ese momento parecía tranquila y relaja a pesar de los peligros y riesgos expuestos respiraba con tranquilidad, accionaba con delicadeza y apuntaba con firmeza.
Alphonse quien se había distraído con la figura moribunda de su hermana tembló ante su acción.
— ¡Anneliese! ¿Qué mierda estás haciendo?
La flecha fue apuntada en su otro ojo, los gritos lastimosos de la criatura desgarraron sus oídos e hicieron temblar violentamente su cuerpo. En realidad la tranquilidad que exhalaba con cada respiro era mentira. Porque sus manos temblaban, su mente dudaba y sus manos no accionaban.
Pero si Anneliese Ross quien se había desecho de una de esas brujas y atacaba la fuente de todas dudaba entonces todo en ese lugar volvería a ser un caos. Porque los gritos nobles eran más bajos y profundos, y algunos otros solo se escondían y resistían.
Quizás estaba loca, lo sabía, pero en ese mismo instante no debía dudar de apuntar y matar. Porque de lo contrario, moriría.
Haa.
Un suspiro salió de sus labios y su mirada se agudizó.
‘Fuash’
Otra flecha fue lanzada y se enterró en lo más profundo de su cuenta, provocando que ahora su ya sucio rostro se manchara aún más. Sin pensarlo un segundo una flecha del Aljaba fue tomada y enflechada en un abrir y cerrar de ojos, fue apuntada al pecho y el órgano que llamamos corazón explotó con su toque.
Porque la bruja que antes la había amenazado hacía muerta con sus extremidades fuera de su espalda. Una imagen asquerosa y repugnante.
— ¡Vete de aquí!
La voz masculina de Zack volvió a interrumpir, y fue en ese pequeño instante que la mujer notó las quemaduras que tenía debido a pequeñas partículas de poder que chocaban contra ella.
Pero no eran dolorosas, o quizás era la adrenalina que no le permitía sentir dolor. Pero en ese momento su mirada estaba fija en una bruja cercana, que corría con sus enormes patas hacia su dirección.
El arco apunto y disparó.
¿No era muy buena de un momento a otro?
No, porque una extraña energía quemaba sus venas y hacía difícil su respiración. Una energía que confundía con adrenalina era quien apuntaba las flechas y las soltaba tan hábilmente.
Otra bruja cayó.
Su sangre llenó el suelo y una mujer cercana a su cadaver grito horrorizada. La sangre espesa llenaba el suelo y el olor petrufacto de carne podría llenaba el ambiente.
‘Ella está cerca’
Quizás era casualidad pero el libro decía aquello. ¿Debería huir entonces? No, ella resistiría y enfrentaría. Y si era necesario moriría valientemente.
Otra flecha fue acomodada y apuntada. Otra bruja cercana, tomando aire con sus pulmones ardientes, la mirada se agudizó y el arco se preparó.
‘Fuash’
Sus ojos sangraron y su cuerpo cayo despavorido. Habían desaparecido 4 brujas en ese momento gracias a sus manos, y sus brazos temblaban debido al estiramiento forzado y el desgarramiento de sus músculos.
Estaba cansada.
— ¡Oh vaya!, ¿Qué clase de demonio corre por tus venas?
Aquel ser espeluznante había fijado su mirada en ella. Sus ojos se asomaban a través de la capa que ocultaba su apariencia. Un color negro tan oscuro como la noche y tan perturbarte como el mismo infierno. La apariencia de esa mujer era tan terrorífica que no tenía palabras para describir el miedo que se materializaba en sus piernas.
— ¡Oh!, ¡Ya veo! Un espíritu. ¿Qué hiciste para tener su bendición?
Los dientes perfectamente alineado y el aliento fresco de la mujer había golpeado contra su rostro. Sus ojosos antes oscuros perdían su tono y un color brillante te que no lograba diferenciar empezaba a asomar por las esquinas de su pupila.
— Que envidia. Te eh encontrado. Anneliese.
Aquella mujer susurró tan cerca que su toque en su rostro causó un choque eléctrico contra su cuerpo. Ella no podía moverse porque sus pies parecían aferrados al suelo, y sus brazos estaba inmóviles. Todo en ella estaba tan quieto que le parecía imposible.
Por el rabillo del ojo observó una sombra oscura que se aferraba a su espalda y robaba su energía, su cuerpo pesaba, los brazos temblaban y los ojos se cerraban. Ya no podía luchar, y su constante insistencia con el arco parecía sacar factura en ese instante.
¿Qué era esa cosa?
Aquella mujer de piel tan perfecta pero oscura, sus uñas tan limpias y cuidadas, sus capa cara y oscura y sus ojos tan perturbadores. Ella no era alguien normal, no era una bruja. Ella era un humano común y corriente. Pero tenía la apariencia de un demonio.
Las uñas largas raspaban la carne de su barbilla y un ardor estremecedor llenó su zona, pudo sentir la sangre escandalosa deslizarse y gotear en el suelo.
Una risita estremecedora se escapó de la mujer.
— ¿Tienes miedo? No deberías, después de todo el té está cuidando. ¿Sabes lo afortunada que eres, perra?
No.
No lo sabía.
Y tampoco podría decirlo. Cerca de una semana atrás había caído en un lago helado y perdido la memoria simultáneamente. ¿Esperaba que recordara pronto?
Pues quizás, Anneliese Ross del pasada habría entendido las palabras extrañas y susurradas de esa mujer. Pero algo en su interior gritaba con todas sus fuerzas que no lo hacía.
Que corriera.
Que se alejara.
‘¡Huye Rose!, ¡Vete!, ¡Muévete!
La voz había resonado nuevamente en su cabeza. Aquella que le había hecho actuar y la había ayudado.
¿Quién era?
— Me hubiese gustado tener ese gran poder que llevas en tu espalda, Anneliese, pero no puedo.
Una extraña aura azul oscura cubierta de oscuridad empezó a llenar la mano de la mujer, mientras una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en su rostro.
— Entonces, haré todo lo posible por tenerlo. Incluso si eso significa quitar algunas vidas.
El poder se hizo más fuerte y estremecedor, pero su cuerpo seguia estático en su lugar, incluso se sentía desfallecer.
‘Rose, ¡Reacciona!’
La voz.
Vocecilla en mi cabeza, ¿puedes parar? Estoy cansada. Quiero descansar.
El poder fulminante se instaló en cerca de su pecho y provocó tal chispa que hizo cerrar sus ojos. Todo allí en ese lugar cerró los ojos ante tal luz cesante, que no les permitía ver más allá de su nariz.
Un chirrido se escuchó en el salón pero era imposible abrir los ojos, porque la luminosidad del poder estrellado seguía presente en el lugar y los cegaba. Incluso los más cercanos sentían un ardor en su piel descubierta y la quemazón en sus manos protectoras.
Iban a morir.
Pero contrario a lo que pensaban. Lo que pasaba realmente nadie era capaz de observarlo. Porque un hombre con una túnica negra hasta la cintura había bloqueado el impacto, recibiéndolo por sí mismo.
‘Apunta’
No puedo. Su cuerpo estaba mareado, sentía ganas de vomitar y sus brazos no respondían. ¿No era más fácil morir?
No, Anneliese. ¿Morirás sin saber quién eres?
No.
No.
Sintiendo el desgarre de sus tendones superiores el arco apunto directo al rostro de la mujer, quien con el rostro sonriéndote parecía extasiada.
— ¡Vamos! ¡Apunta! ¡Quiero morir a manos de un portador espiritual! ¡Señor Agness, moriré por…
Silencio. Porque la flecha que antes apuntaba se había rodeado con un brillo cegador y el arma salió disparada. Un poder que le impidió a quien apuntaba y a quien la protegía poder observar. La mujer ahora callada se quedó estática en su posición.
La flecha había caído en el interior de su boca y sobresaliendo en su cráneo. Los brazos de Zack se llenaron de la sangre viscosa que no paraba de salir y Anneliese volvió a apuntar. Temiendo que no aquel ser no estuviera muerto.
‘Espera, aún no dispares, Rose’
La mujer, quien creía muerta, debido al fuerte ataque que había recibido y a su estado actual, sonrio.
‘Crack’
El crujir de la madera de su flecha se escuchó dentro de su boca, mientras el filo seguía cortando la carne de su garganta. Su sonrisa estaba cargada de sorna, las mejillas se colorearon y sus ojos oscurecieron.
La sangre no dejaba de brotar.
— ¡Qué divertido!
Hundiendo su mano en el interior de su boca, la mujer de aspecto sospechoso arrancó el pedazo de flecha que aún permanecía en su boca.
— Pero no sirve.
Otra sonrisa, los dientes estaban manchados de sangre y Zack retrocedió con su figura un paso atrás, de su mano salieron chisps brillantes que quemaban su piel descubierta.
Y todo a su alrededor se oscureció.
.
.
Cuando sus ojos volvieron a la normalidad, solo habían sido segundos los que se había cerrado pero parecían horas y días, el poder azul oscuro que antes había intentado matarla ahora llenaba todo el lugar.
Una bola del tamaño de un árbol se asomaba frente a sus ojos, que absorbía todo lo cercano y generaba gritos que estremecían su piel.
— ¿Qué mierda es eso?
Zack parecía exaltado, nunca en su vida como mago había observado un poder tan estremecedor y desconocido.
Pero aún así una sonrisa se había formado en sus labios. Su brazo sangrante e inmóvil mantenía pegado a su torso. La mujer a sus espaldas estaba bien.
Pero ella parecía una muñeca. Porque las palabras no formulaban, sus ojos no parpadeaban y su pecho no respiraba.
— Anneliese, ¿estás bien?
Zack preguntó con preocupación pero el brillo volvió a sus ojos y su respiración fue acelerada. Ella estaba bien.
— ¿Q-que… ¿Qué es eso?
La mujer a sus espaldas preguntó asustada. Y el arco en sus manos temblaba de una menera bestial.
— El infierno mismo, Anneliese.
Un temblor y duda se generó en ella, pero asintió.
Mientras que el solo dejó fluir su poder. Porque era supervivencia.
No habrían leyes escritas en piedra que le pidieran detenerse. Zack era el primer príncipe y único mago imperial. El debía proteger su imperio y principalmente a la mujer detrás suyo.
Una nube negro sobrepasó el poder oscuro que se extendía en la parte inferior, y parecia absorver ese poder abismal.
— Jajaja.
Una risa macabra se escapó de la mujer.
— ¿No estabas peleando enserio? ¿No es eso muy injusto?
Aquella mujer descarada cuestionaba al hombre frente a sus ojos.
— ¿Por qué debería? Muere ahora.
La nube oscura provocada por Zack absorbió todo el poder que antes cubría el lugar. Pero una densidad abismal parecía querer estallar en su interior.
— Apunta, Anneliese.
Zack giró suavemente su rostro hacia ella, y sus ojos rojos tan profundos la sumergieron en una tranquilidad impresionante.
En ese pequeño instante sus pulmones respiraron el aire más limpio y fresco que parecía existir.
— Puedes hacerlo, ¿No es así?
La mujer que solo se dignaba a observar asintió con su cabeza.
— Vamos juntos entonces, dispara a la oscuridad cuando te lo diga.
La flecha fue acomodada y sus ya cansado brazos hicieronefon un último esfuerzo, los tendones parecieron crujir bajo su estiramiento. La última flecha que antes apuntaba a la mujer oscura ahora apuntaba al cielo.
Un suspiro se escapó de sus labios.
La nube oscura cada vez era más profunda y densa, si aquello no se solucionaba pronto entonces todos morirían allí.
— Uno.
Zack comenzó la cuenta atrás.
— Dos.
Anneliese tomó una respiración profunda.
— Tres.
La flecha salió disparada al cielo y el mismo poder que antes había arrasado con la mujer fue fundido en el cielo. En donde a primera vista no se pudo observarse alguna impacto ni ningún cambio.
— Kuck.
Un sonido desgarrados se escuchó y el cielo estalló.
Unos brazos masculinos cubrieron su cuerpo y un poder abismal los arrastró.
Los rastros de magia combinada acabaron con todo lo que se atravesaba y devoraba aquello que podía consumir.
Zack protegía el cuerpo femenino bajo el suyo y al momento del impacto tropezaron al suelo.
La mujer que aún permanecía en ese lugar sonrío con la sangre deslizándose de la comisura de sus labios y desapareció. De igual manera que la barrera que antes les impedía huir.
Pero fuera de ella, una mujer de cabellos plateado observa la escena con diversión.
¿Sobrevivirás, Anneliese?
.
.
Atte: Amelie Ross.
y como Anne no se dió cuenta de la sangre oscura antes cuando la seguía?
ojalá Zack no tenga que usar magia de vuelta,pueden que lo castiguen.
que sucedió con el monstruo o demonio ,la caída de los escombros lo mató o fue Anne ?por otra parte es bueno que la hermana aún estuviera ahí ,aunque se esté muriendo.espero que descanse en paz
gracias por el capítulo
por lo que ese demonio,se oculto bien
por otra parte si el principe Zack llega a ver qué se fue Anne ,de preocupara mucho
y la Anne anterior ya le dió una advertencia a la actual protagonista,
pero por qué el principe Zack mataría a Anne ,si parecen llevarse bien ?
que hacía el principe Zack allá ?
y por último que vio la adivina que las echo
gracias por el capítulo,espero que nuestra protagonista esté bien. me ausente por estudios pero hace tanto que no leo el libro que me pareció un escenario con mucho peligro para la prota.