La historia se centra en 12 personajes que descubren que poseen poderes especiales y que son la clave para salvar al mundo. Estos personajes tienen que aprender a controlar sus poderes y luchar contra fuerzas oscuras. La historia se desarrolla en el marco de "La Sociedad de Poder", donde los personajes deben enfrentarse a diversos desafíos y peligros.
NovelToon tiene autorización de Juliet Castillo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
10. ¿Qué demonios?
ACUARIO:
Con dificultad, abrí los ojos antes de incorporarme en la cama. Al encender mi reloj, observé que ya eran las tres y media de la madrugada.
Observé a mi alrededor, tratando de comprender qué me había despertado, hasta que percibí una tenue luz rojiza, ligeramente anaranjada, que se filtraba por debajo de la puerta cerrada.
Susurré—¡Piscis!—aproximándome a la puerta y repitiendo el nombre.
Negué con la cabeza al recordar que ella, como la mayoría de nosotros, dormía profundamente. Salí de la habitación y, al mirar hacia adelante, me di cuenta de que la luz provenía del cuarto contiguo que compartían Leo y Sagitario.
Desde allí, se oían las voces nerviosas de Leo y otra persona desconocida.
—¿Leo? ¿Qué ocurre?—pregunté, abriendo la puerta de un golpe.
Leo estaba en su lecho, envuelta en llamas, observando con terror a un individuo sentado en la cama de Sagitario. Se trataba de un hombre de aproximadamente un metro ochenta, con cabello negro como la noche, pero con ojos azul verdosos, como el mar. Su rostro era, para mi sorpresa, demasiado perfecto para ser humano.
—¿Qué demonios eres?—inquiri con tono autoritario.
—Soy un demonio—respondió con indiferencia—Y apaga ese fuego, vas a quemar toda la casa—le reclamó a Leo con voz molesta—¿Qué clase de bienvenida es incendiar tu cama sin querer al verme?
—¿Quién eres?—preguntó Leo, más calmado que antes, mientras apagaba el fuego.
—¿Qué es todo este alboroto?—preguntó Ofuco al entrar en la habitación, seguido por Capricornio y Piscis.
Me acerqué lentamente a la cama de Leo, antes de llegar al lado de Sagitario y despertarlo de inmediato. El chico abrió los ojos sorprendido y nos miró con confusión, mostrando fascinación al ver al desconocido.
—¿Desde cuándo un modelo vive con nosotros?
Volví a girarme, dándome cuenta de que todos los chicos estaban despiertos y observaban al joven con sorpresa y estupefacción.
—¡Preséntate!—gruñó Ofuco, materializando una espada de la nada.
—¡Cálmate, chico!—se rio el demonio—Ni con eso puedes matarme. ¿Acaso aún no sabes quién soy?
El extraño chasqueó los dedos. De pronto, nos dimos cuenta de que, de un instante a otro, vestíamos ropa más cómoda que nuestras pijamas. El chico chasqueó los dedos por segunda vez, y al mirar alrededor, descubrí un entorno completamente diferente.
Estábamos en un lugar inmenso, bañado en una luz rojiza y oscura. El aire se volvió denso, difícil de respirar, mientras sentía un calor abrasador invadir mi cuerpo. El demonio nos observó con orgullo antes de volverse hacia Ofuco.
—Soy Jax, rey del Infierno. ¿Quién eres tú?
Me quedé atónita, como todos los demás. ¿Rey del Infierno? ¿Qué clase de broma era esta?
Pero la verdad era evidente. No solo nos había traído hasta aquí tras cambiarnos la ropa, sino que también había alterado nuestro físico y personalidad para asemejarse a la de un rey.
—¿Qué quieres de nosotros?—pregunté, muy nerviosa—¿Por qué nos trajiste aquí?
El demonio, Jax, me miró con curiosidad antes de sonreír. Miró su reloj y, suspirando con cansancio, murmuró:
—La respuesta llegará en cualquier momento.
Como para confirmar sus palabras, unas escaleras aparecieron a pocos metros de nosotros, seguidas de quejidos y protestas lanzados por una voz femenina. Tras un minuto de espera, la misteriosa persona finalmente apareció, dejándonos aún más desconcertados que antes.
—¡Un caballito!—exclamó Sagitario, sorprendido.
—¡Un poco más de respeto!—protestó la mujer, o mejor dicho, el caballo—Soy un centauro, para su información.
—¿Un centauro?—preguntó Escorpio con el ceño fruncido—Ya entendía tu pregunta, porque no podía saber si eras mujer o caballo.
La apariencia del centauro era muy particular. De la cintura para abajo, tenía el cuerpo de un caballo castaño, mientras que de la cintura para arriba tenía el cuerpo de una mujer: una hermosa joven de cabello castaño que le llegaba a la mitad de la espalda y con ojos marrones oscuros. A decir verdad, por más extraño que fuera ver a una persona mitad caballo, mitad humana, la encontraba única y atractiva.
—Llegaste tarde—observó el demonio, sonriendo levemente.
—¿Acaso olvidas que siempre tengo problemas con las escaleras?—replicó la mujer—Tenías que avisarme antes, no cinco minutos antes de llegar.
—¡Ya está bien! ¡Basta de peleas!—gritó Ofuco, llamando nuestra atención con gestos de las manos—¿Nos dirán por qué nos trajeron aquí o ya podemos irnos a dormir?
Jax asintió despacio, antes de volverse hacia la mujer centauro, quien nos observaba de arriba abajo.
—Dile algo, Juna—le pidió, volviéndose a mirarnos.
La mujer centauro, Juna, dió dos pasos hacia delante, se aclaró la garganta y recitó:
La raíz ha sido arrancada y las flores se marchitan.
Los monstruos aparecen y las almas perecen.
Ten cuidado con la familia, ahí está la respuesta.
No escuchen su voz interior, ella los odia.
Sufrimiento y muerte llegarán a vuestras puertas, además de traiciones y heridas abiertas.
Cuidado con el misterioso dueño de la pelota.
Esto terminará en una gran derrota.
Nos quedamos boquiabiertos por tercera vez en la noche. Jax sonrió al ver nuestras expresiones, pero al instante recuperó su semblante serio.
—¿Desde cuándo los caballos pueden cantar?—preguntó Sagitario, el más despistado de entre nosotros.
—No estaba cantando, fue una profecía—explicó la mujer, suspirando con cansancio—Y soy un centauro, estúpido.
—Ya puedes irte, Juna—le pidió el demonio—Gracias de nuevo por tu ayuda.
Juna sonrió antes de darse la vuelta y desaparecer en la oscuridad frente a nosotros.
—¿Qué significa esa profecía?—preguntó Libra—Me refiero a qué significa.
—Ni yo lo sé—respondió el demonio encogiéndose de hombros—Las profecías son poemas complejos que describen eventos futuros.
—¿Tiene que ocurrir necesariamente?—preguntó Géminis.
—A veces las profecías tienen un doble significado—explicó el demonio—Una vez una profecía dijo: Y con la mujer y su mejor amigo, el tiempo terminará.
— ¿Y qué pasó?—pregunté, consciente de que la respuesta más lógica era la muerte.
—En lugar de referirse a la muerte de las tres personas, significó que, por culpa de la mujer, la persona de la profecía, junto con su mejor amigo, fue expulsado de su "hogar"—explicó, haciendo comillas con los dedos en la última palabra.
—¡Imposible!—exclamó Ofuco sorprendido—¡Conozco a esas dos personas!
El joven no pudo explicar nada, ya que el demonio se giró rápidamente, mirando al vacío.
—¡Esto es malo! ¡Muy malo!—susurró con los dientes apretados.
El demonio chasqueó los dedos, y al instante desaparecimos, apareciendo al segundo siguiente frente a la casa del abuelo.
—¡Hey! ¿Qué hacemos aquí?—gritó Ofuco mirando a su alrededor con nerviosismo.
—¡Una fuerza enorme emana de este lugar!—gritó Jax corriendo hacia la casa—¡Una energía muy poderosa y negativa!
Ofuco salió inmediatamente detrás de Jax, abriendo la puerta de un golpe. Al entrar, solo se oían gritos y gemidos de dolor. Entramos sin dudarlo, encontrándonos con una escena que paralizó mi corazón.
Sao yacía en el suelo, con sangre en la comisura de los labios, rodeado de personas que intentaban defenderse de los ataques de Ofuco y el demonio.
—¡Abuelo!—grité, corriendo hacia él.
Pero antes de llegar, uno de los intrusos se interpuso en mi camino y me golpeó en el estómago, haciendo que rodara hacia atrás. Inmediatamente me levanté, sintiendo la ira crecer en mí. Corrí hacia él y le di un puñetazo en el estómago con todas mis fuerzas; el hombre, por el impacto, salió disparado hacia atrás, rompiendo la pared y cayendo al jardín de la casa.
Me giré buscando un nuevo enemigo, pero todos estaban ocupados: Ofuco y Tauro combatían con espadas contra un hombre que parecía un profesional. Al mismo tiempo, Géminis bloqueaba los ataques de una mujer, haciendo que todos explotaran antes de llegar a su destino. Libra encerró a dos villanos, mientras Escorpio los electrocutaba y los dejaba medio muertos.
Acuario, junto a Piscis y Virgo, confundía a los intrusos, mientras Cáncer atraía sus armas y los dejaba indefensos. Sagitario volaba por los aires, sujetando a Leo por la cintura mientras lanzaba ataques de fuego a diestra y siniestra. Jax estaba un poco más lejos, y era el mejor luchador, incluso mejor que Ofiuco. Capricornio corría por todas partes, creando plantas y árboles que se enredaban alrededor de los oponentes, dejándolos sin posibilidad de defenderse.
Sin perder tiempo, corrí hacia el abuelo, pero segundos antes de llegar a donde estaba, un hombre se abalanzó sobre mí y agarró el brazo del anciano, chasqueando los dedos y desapareciendo con él. Al instante, todos los demás intrusos desaparecieron, dejándonos solos de nuevo.
—¡¿Qué?!—gritó Ofuco alarmado—¿Dónde está el abuelo?
Jax miró a su alrededor, maldiciendo en voz baja y buscando algo con la mirada.
—¡Esto no puede terminar así!—gruñó con enojo—¡Necesito hablar con ese caballo parlante!
Tras decir eso, unas enormes llamas de fuego aparecieron a sus pies, envolviéndolo y haciendo que desapareciera instantáneamente.
—¿Qué?—pregunté sorprendida.
—¡Esto no puede ser! ¡No se puede dejar al abuelo!—gritó Ofuco furioso.
Dió pasos largos antes de desenvainar su espada y alzarla. Al instante, frente a nosotros, el cielo se abrió en dos, mostrándonos un enorme... ¿portal?
—¿Qué es eso?—preguntó Cáncer confundido.
—Un portal a "La Sociedad del Poder"—se limitó a explicar—Quédense aquí, iré a salvar al abuelo.
—¿La Sociedad de qué?—pregunté.
Oí un silbido cerca de mi oído, y me aparté rápidamente para evitar ser cortada en dos. Una enorme espada se lanzó hacia nosotros, antes de clavarse en la parte superior del portal. Al instante, este se cerró y la espada desapareció al mismo tiempo.
—No me digas que piensas derrotar a todos los capitanes y oficiales con tu nivel actual—se burló una voz a nuestras espaldas.
Nos dimos la vuelta al unísono y, bajo la luz de la luna, vimos cómo un hombre se acercaba a nosotros con paso lento. Llevaba una sudadera negra con capucha sobre la cabeza. Sus pantalones y zapatillas negras se mezclaban con la oscuridad, dándole un aire misterioso y siniestro. Para completar su imagen oscura, la capucha le tapaba casi la mitad de la cara, dejando que solo se viera su sonrisa fría a esa distancia.
—Duerman—susurró, y sentí cómo mis ojos se cerraban involuntariamente, cayendo al suelo como mis demás amigos.