en proceso
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CAP 11
Nataly
tras enterrar al pobre conejito y limpiar mi pórtico, entro corriendo a lavarme las manos.
sentía la necesidad de deshacerme de las pruebas de su existencia, así, podria borrarlo de mi memoria.
Una vez limpia, salgo de nuevo de la casa y repaso la lista de las cosas que tengo que hacer.
_¿por donde empezo? _ mordiéndome los labios, analizo por dónde empezar.
primero y lo más importante, el internet. Lo contraté, pero por alguna razón, falla mucho, tendré que buscar opciones.
después, tengo que conseguir macetas y darle más vista a este lugar.
y por último, la menos favorita de mis tareas, la cual, no puedo ignorar porque es parte de mí tratamiento. La terapeuta que tengo me dijo que debo conseguir una mascota, algo que cuidar, que me haga concentrarme cuando tenga mis supuestos episodios.
potencialmente esto podría ser un desastre. pobre criatura condenada a caer en mis incapaces manos.
Le advertí a mi terapeuta que no era buena para cuidar animales, incluso no era capaz de cuidar de mí misma. aún así, ella insistió y yo le advertí que cualquier muerte, que potencialmente podría ocurrir, ella sería la única responsable.
Ahora tengo que elegir a esa pobre criatura desafortunada. ¿y cómo elijo qué criatura vivirá o morirá? ¿Puedo tener una planta como mascota? O ¿podría tener pájaros? ¡no! hacen demasiado ruido, ya me imagino el dolor de cabeza.
¿tal vez debería tener un pez? Pero... la terapeuta dijo que necesitaba acariciarlo e interactuar con él.
me frustro por las pocas opciones.
los conejos están descartados. El asesino de conejos podría acabar con su vida, reflexiono. . sé que sueno loca, pero no es así, solo me asusta la idea de que algo dependa de mí para no morir.
¿un perro? ¡No!, demasiada responsabilidad. no me gusta el pelo y se cagaría en el suelo. Me estremezco ante la idea de tener que recoger sus eses.
¿un gato? Ellos son autosuficientes son limpios y pueden valerse por sí mismos, claro, si no olvido alimentarlo.
Pero también está el tema del pelo. Los gatos y la ropa no combinan. Quizas... ¿un gato egipcio?.
Mucho tiempo después... sigo dándole vueltas al asunto. Primero... debería haberle preguntado a Henry qué tipo de mascotas están permitidas en este sitio.
de pronto alguien me llama y doy un Salto. al mirar hacia las escaleras, veo a Henry con un aspecto radiante. Rápidamente me arreglo un poco el cabello, limpio mis ojos y amarró bien mi bata.
_ ¿Nataly? _ me llama y me doy cuenta de que me he quedado mirando, sin responder a lo que sea que me estaba diciendo. muevo la cabeza para salir de mi asombro. Ahora ¿qué querrá?
vine a esta parte del mundo para alejarme de todos, no para que mi sexy casero se la pasará molestando. está muy bueno y todo, pero sigue siendo un extraño. lo analizo un poco, hoy lleva una camiseta negra de tirantes y unos jeans ajustados. tiene el cabello despeinado.
con una sonrisa de satisfacción en la cara, me mira. Parece que he babeado un poco.
_ hola, Nataly _ Henry me saluda mirándome raro. Eso me descoloca, así que miro hacia abajo asegurándome de que no se me haya salido algo de su lugar.
_ ¡hola!_ le digo mientras intento no pensar en lo que pasó anoche. Me avergüenza el recordar la situación en la que estaba.
Henry sonríe, mientras tiene la mirada en mis piernas. luego aparta la mirada torpemente y se rasca la nuca.
_ mmh, eh, bueno, lo que pasa es que me dirijo a la ciudad.
levanto las cejas, como preguntandome, ¿eso que tiene que ver conmigo? Y al parecer, se da cuenta porque continúa hablando.
_ quería ver si... querías que te llevara. me di cuenta de que no tienes coche. _ me dice.
Claro que se ha dado cuenta de que no tengo coche. es otra oportunidad para molestarme y forzar una conversación. algo que definitivamente no se me da bien.
_ no, estoy bien. iré más tarde _ le digo entrando a mi casa y cerrando la puerta, pero él me detiene agarrándola.
_ ¿vas a ir a la ciudad más tarde?_ me pregunta y grito de frustración para mis adentros
_ sí _ le respondo
_ ¿qué necesitas? ¿puedo...? _ vuelve a decir.
aprieto los labios y los dientes antes de relajar la cara y volverme hacia él, interrumpiendolo.
_ no, está bien, solo tengo que hacer unas compras. tomaré un taxi. _ le digo, tratando de darle fin a esto.
_ aquí no hay taxis_ afirma.
_ entonces caminaré_ le replico
por favor, entiende la indirecta. te quiero fuera de mi casa. ve hablar con Mónica, le encanta hablar hasta por los codos. también es muy buena entrometiendose en los asuntos de todo el mundo.
_ ¿qué clase de vecino sería si te dejo caminar tres horas hasta la ciudad? _ me dice Henry y yo casi bufo en voz alta.
¡Tres horas caminando! ¡En serio!