Una serie de desafortunados acontecimientos llevan a Marla a volverse más fuerte, luchando entre el amor , amistad y la supervivencia dando como resultado a una implacable guerrera lista para liderar el mundo oscuro del ampa..
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Marchas forzadas...
La cena de estos chicos fue de hamburguesas papas y gaseosas antes de llegar a casa, pararon frente a un puesto de comida rápida.
Todos se sorprendieron cuando Marla apagó el motor, después de unos acelerones extremadamente ruidosos. Descendieron de su vehículo de dos ruedas mucho muy sonrientes.
Esperaron su turno, en cuanto les dieron sus ordenes, se sentaron en la banqueta a cenar.
La interacción de estos dos chicos daba a entender que eran pareja, la sincronía en sus cuerpos era muy evidente, ellos no se han dado cuenta .
Así se percibía, era costumbre las bromas entre ellos siendo en su mayoría comentarios asarcásticos que terminaban en carcajadas.
Cada que podía Marla, observaba con discreción el delicado rostro de su acompañante, le parecía el más guapo, inteligente, cortés, caballeroso y un excelente ser humano. Sin poder evitarlo, se le han escapado más de 10 suspiros durante la cena, que disimula tosiendo y mirando a otro lado.
El último trayecto Justin condujo, se apresuraron, era hora de ir a su trabajo .
Entró y se ducho salió como siempre con su uniforme ajustado que hacía lucir su espectacular musculatura.
Al despedirse le aconsejó:
-- No le abras a nadie por favor, si haces una fiesta me llamas.
Le dice sin mirar atrás.
Ella solo sonríe, cada vez le resulta más difícil quedarse sola por las noches.
Después de asearse y ponerse la pijama entra en su cama recordaba la increíble noche qué pasó sonríendo. Poco a poco se va quedando dormida.
Justin por su parte en el recorrido a su trabajo, igualmente sonríe, se siente bien con su nueva compañía.
En la madrugada se escucha el rugir de autos, gritos y un ruido ensordecedor de varios disparos.
Marla se levanta asustada. De puntitas y descalza, se asoma por las ventanas que acondicionó Justin para observar sin que los descubran.
-- ¡Vámonos de aquí! Estos ya no le sirven al jefe.
Al escuchar esa voz la reconoce de inmediato sabe que es uno de los que la tiraron ahí mismo tapa su boca con ambas manos para contener el grito
Una segunda voz también conocida agrega:
-- Ikercito, Iker creías que eras Intocable, nadie es indispensable debiste irte el jefe te lo ordenó, ya habia cubierto tus honorarios.
Obtuvo lo que necesitaba, pero no, quisiste lucirte con tu inventito. Eres mal negociante y mira, ahora no verás la luz.
Resopla con esta última frase y continúa:
-- ¡Y está tonta! Intentar huir.
¡Como si pudiera! Es una lástima, es tan bella como letal, lo curioso es que no sabe que sus padres murieron hace tres meses en un accidente. Hank le hizo creer que los tenía secuestrados Jajaja. ¡Estúpida! Te rogó que fueras su novia y no, elegiste ser su ejecutora, la mejor sin duda, lástima que termines así.
Marla observaba como el mal encarado tipo, en cuclillas a su lado, apretaba la mandíbula de la chica inerte en el piso.
Ordenó contundente:
-- ¡Vámonos, no tarda en venir la policía!
Observó entre las penumbras, cómo suben a sus autos, mientras se alejaban memorizó el número de las placas.
Al alejase salió sigilosamente, nadie había llegado.
Su corazón latía tan acelerado, que por un momento pensó que se desmayaría, sus manos temblorosas sudaban.
Tomo una bocanada de aire y se obligo a caminar hacia los cuerpos que ya hacían entre la basura, hierbas secas y escombros.
Iker lleno de sangre por todo el cuerpo, inconsciente. Lo revisó con miedo, encontrando que tenía dos impactos de bala, uno en el hombro y el otro cerca del tórax, este entró y salió, pero aún respiraba.
Con las manos temblorosas, le mando un mensaje de texto a Justin explicando la situación. Responde que llegará en unos momentos una ambulancia, mencionó lo que dijeron los atacantes.
Le pidió que esperara y se tranquilizara.
Al revisar a la chica, la reconoció, era la que limpiaba junto con el otro tipo su arma, la que tenía raptada un lado de la cabeza.
Agitó la cabeza y se concentró. Tenía un rozon de bala del lado afeitado de su cabeza, salía muchísima sangre haciéndola ver más grave de lo que era, también se notaban varios golpes por todo su cuerpo.
-- Supongo que creyeron que la mataron, aún respira.
Se dice Marla a sí misma mientras le toma respiración poniendo dos dedos su cuello.
Sin que se percatara, estaban a su lado Aurelio al igual que Perla. Levantan los heridos y los llevaron al sótano en una camilla.
Los acomodan en la sala, sobre la mesa. Limpiaron las heridas, Perla tomaba sus signos vitales.
Impactada observaba como estos dos personajes hacían su trabajo sin hablar, bastaba una mirada y sabían qué hacer.
Aurelio retiro sin problemas la bala del hombro, aplicando antibióticos.
En menos de lo que se imaginaria habían completado las atención médica.
Por su parte, Perla realizó una curación a la chica.
No reacciono hasta que vio que estaban estables con curación y suero.
¡Marla estaba en shock!
-- Nena, respira o te desmayarás. Podrías habernos ayudado casi brincamos sobre ti y no te has movido. ¿Estás bien?
Comenta Perlita mientras observa que está pálida, la lleva que se siente y le da un poco de agua.
-- ¡Tómala!
Ella ya se había quitado los guantes y bata estériles, que sechabían puesto.
Marla atónita, obserba el cesto de basura, lleno de material de curación ensangrentado.
-- ¿Qué pasó? Es normal que te sientas así, respira profundo.
Las últimas palabras Marla no las alcanza a comprender, pierde de a poco la conciencia, su visión se desenfoca y la luz se va convirtiendo en oscuridad lentamente, como si entrara en un túnel hasta dejárla en una total oscuridad. En sus oídos, retumba el sonido de los latidos de su corazón, al igual que el de su respiración, hasta que se pierde totalmente.
La llevan a su habitación, ya recostada Perla le da oler un sales que la hacen reaccionar de inmediato, se incorpora de manera brusca.
Comienza a llorar asustada, abráza a su enfermera favorita. Ella palmea la espalda con suavidad.
--Ya pasó nena. Ya pasó y sí, así te atendimos, hoy estás bien.
Solamente un : -- ¡Gracias! Escuchó.
Ella entendió, la enfermera se adelantó a las emociones que tenía la castaña .
En medio de su llanto escuchan decir:
-- O te calmas nena o llamaré a Justin para que venga, pero, debes saber que tiene mucho trabajo al parecer Hank molestó a un pesado y se han estado enfrentando, en toda la ciudad hay muchos heridos.
Aurelio termina de lavar las manos en el baño.
En un tono suave agrega Marla:
--No, estoy bien.
Limpiando sus lágrimas, intenta sonreír.
Perla lo ve molesta:
--Déjala en paz. ¡Cretino!
Le da una mirada furiosa.
-- No podemos moverlos, se quedarán aquí, en cuanto pueda los llevaremos a la estación de policía.
Agrega Aurelio mientras acomoda los heridos en un rincón de la habitación de Justin. Ahora entiende por qué le puso llantitas a la mesa plegable
Posteriormente desinfectan todo y se acomodan, preparan café que toman en la barra de caoba improvisada.
La noche se hace larga, fu.eron atendidas aquí porque Justin les contó qué afuera la guerra de los malo continua. Comentan la gravedad de la situación mientras se sirven otro café.
Ella les narra lo que vio y lo que escuchó. Atentos de vez en cuando cruzan miradas y toman el contenido de sus humeantes tazas, era muy notorios ya es de madrugada y hace mucho frío.
-- No te preocupes, aquí no pasará nada. Y como siempre nadie vio nada, ellos se recuperarán pronto.
-- ¿Qué hacer mientras esos dos se recuperan?
Suspira Marla.
-- ¡No te dejaremos sola!
Perla se levanta y lava los trastes se acomodan en la cama de Justin. Perla se acerca a la de Marla y ahí duerme a su lado.
Aurelio durmió en el sofá viejo de Justin, revisando los enfermos cada 3 horas y como no había novedad seguía durmiendo al instante.
Marla los observaba en silencio, no podía calmarse se cuestionaba sobre Hank e Iker y la chica. El que más le preocupaba era Justin.
Afuera de noche con una batalla en punto y él en medio de la línea de fuego
Cerró los ojos y hace una oración para que su compañero esté bien.
Como era fin de semana ninguno de los acompañantes tenía trabajo.
Se quedaron en ese sótano por dos días en los cuales Justin no llegó, solo se comunicaba por teléfono les contó que dormía ratos pues la guerra abarrotó el hospital y todos los de la zona.
Se vio obligado a trabajar a marchas forzadas.
Preguntaba sobre el diagnóstico y evolución de los enfermos, se quedó tranquilo al escuchar lo que le informaron.
Le pidió a Marla que alimentara y cuidara a esos dos viejos, que él quería como si fueran sus padres.
Marla aceptó gustosa cumplir con la encomienda, al final ella también quería esos dos mayores.