Lazos De Amor, Sangre, Poder Y Dinero

...⚠️ Advertencia: El capítulo podría tener contenido sensible....

Mark Safra tiene veintiun años, es el hermano mellizo de Eliana, ya es un modelo profesional, pese a los fuertes cuestionamientos de su padre; Mark siempre fue el más rebelde de los Safra, se independizó a los dieciseis, y gracias a su peculiar presencia empezó a llamar la atención de reclutadores de talento; ganando contratos de publicidad como modelo juvenil.

...Mark Safra...

Cuando fue de visita al lugar donde trabajaba su hermano mayor, conoció a una joven llamada Ara Park, quien tiene veintiún años es enfermera y trabaja en el mismo hospital universitario donde labora el hermano de Mark.

...Ara Park...

Mark Sefra recuerda perfectamente el día que la conoció, ingresó al hospital donde trabajaba su hermano; caminaba por los pasillos, cuando vio a una joven enfermera que aceleraba sus pasos, un tipo parecía seguirla y ella se alejaba nerviosa. Por alguna razón, pensó que aquella joven mujer estaba en peligro.

Desde cierta distancia, vió como el hombre la seguía y le pedía que se detuviera y hablaran, que había una forma de pagar que ella viviera en su casa, en ese momento el joven modelo no sabía que aquel sujeto era el padrastro de Ara Park.

Ara se dio media vuelta, se había quedado en aquella casa porque pensaba que si se va, aquel hombre terminará matando a su madre, y hasta a sus hermanos.

- "Señor le voy a pedir amablemente que se retire y dejé de decir tonterías, no voy a darle más dinero para sus borracheras", expresó Ara.

- "Niña tonta, no quiero dinero. Ese novio imaginario, no te va a proteger; (la arrincona contra la pared) lo que quiero de ti, es algo muy simple y te aseguro que te va a gustar", manifestó el padrastro con una expresión que le causó un gran asco a Ara.

- "Le voy a decir a mi madre la clase de cochino que es usted", dijo Ara, golpeándolo entre las piernas y apartándose bruscamente.

Ara se alejó mientras su padrastro se retorcía en el suelo, Mark quedó fascinado con la escena, la empezó a seguir a cierta distancia. Después de un rato, Ara refunfuñó y volteó.

- "Imbécil te dije que ...", manifestó Ara y luego se quedó callada, cuando vio a Mark Safra.

- "Imbécil no es mi nombre, soy Mark Safra", dijo Mark, con su sonrisa de fotografía.

Ara no sabía ni que decir, se quedó mirando los ojos azules del joven hombre que tenía al frente. Le resultaron bastante familiares.

- "Lo siento, pensé que era otra persona", se disculpó Ara. "¿Safra?", cuestionó.

- "Buenas tardes, busco a mi hermano, el neurocirujano Edward Safra, creo que me perdí, este hospital es realmente grande", expresó Mark.

- "Es un hospital universitario, hay muchas especialidades, internos y residentes. Hoy el doctor Safra está en el consultorio, en el quinto piso. Sígame por favor, estoy yendo para allá", dijo Ara.

- "No me dijiste tu nombre", expresó Mark, mientras seguía camino al ascensor.

- "(Presiona el botón) Soy la enfermera Ara Park", manifestó Ara y le dio la mano.

Mark sonrió y también le dió la mano, ambos subieron y Mark le consultaba que tanto conocía a su hermano, para que ella se relajara, mientras le comentaba sobre las guardias y que Edward había ayudado a su amiga Bea, y él le comenta que también estuvo ahí, cuando su amiga fue atacada; se sentía muy natural hablar el uno con el otro.

Al día siguiente, Mark Safra acompañó a su hermano al hospital, esperaba volver a encontrarse con la enfermera del día anterior. La vio llegar ingresando de manera apurada, pudo ver su rostro y notó que había llorado. Se preocupó por ella, y buscó en su cabeza, una y otra vez cómo llegar a la joven. Fue a la cafetería del hospital, al notar que algunas chicas lo quedaron mirando, pensó que tal vez lo habían reconocido por su trabajo de modelo.

Mientras tomaba su jugo, volvió a ver al mismo sujeto que el día anterior abordó a Ara, eso no le causó una buena espina. El padrastro estaba aguardando que Ara bajara porque le había mandado un mensaje, pero parecía que su hijastra no tenía la menor idea de atenderlo.

De pronto, dos sujetos se acercaron al hombre, parecían decirle algo y se notaba que el padrastro de Ara se encontraba nervioso; empezó a llamar a alguien por el móvil, se notaba que estaba bastante molesto. Al colgar, los otros hombres, le apretaron fuertemente el brazo y parecía que lo estaban amenazando.

El padrastro de Ara tomó asiento, se había endeudado tanto que no tenía como pagar la deuda que tenía, así que no ideó un mejor plan que vender a su hijastra a los maleantes del club turbio donde apostaba. Ara Park estaba en grave peligro, su padrastro había hecho un trato cruel y ella era el pago que pensaba ofrecer.

Mark Safra había decidido seguir al padrastro de Ara, los lugares a los que iba eran de dudosa reputación hasta que llegó a una casa familiar. Desde afuera, pudo notar que la mujer que abrió la puerta para hacer pasar al hombre borracho, tenía un parecido con la hermosa enfermera que había conocido el día de ayer.

Mark volvió a dirigirse al hospital y justo cuando bajaba del automóvil, vio salir a Ara Park, así que se apresuró a seguirla.

- "Hola, ¿te acuerdas de mí?", preguntó Mark, con una sonrisa.

Ara lo quedó mirando, las enfermeras que lo vieron ese día que visitó a su hermano, empezaron los comentarios, algunas lo habían reconocido como modelo; lo cual no sería raro, pensó la joven enfermera, puesto que el hombre que tenía frente a ella, era realmente muy apuesto.

- "Hola. Eres el hermano del doctor Safra", dijo Ara.

- "Me gustaría invitarte a comer. Lo que prefieras", manifestó Mark, Ara lo quedó mirando bastante sorprendida. "Sé que nos conocemos hace poco, pero me agradas y me gustaría que nos tratemos", agregó.

Justo estaban acercándose algunas de sus colegas, ayer la atiborraron a preguntas, si la volvían a encontrar con él de seguro no la iban a dejar ni respirar.

- "Debo ir a casa, cerca de donde vivo hay una buena cafetería, si no tienes inconveniente", manifestó Ara.

- "Perfecto", dijo Mark.

Ara se apresuró en tomarlo de la mano para alejarlo del hospital.

- "Espera conduzco una moto", expresó Mark cuando pudo detener un poco el paso de Ara.

- "Ah, bueno, yo... No suelo subir a una moto", manifestó Ara.

- "Siempre hay una primera vez", insistió Mark.

Ara se había pasado haciendo lo correcto todo el tiempo, y esa mañana solo obtuvo un regaño de su madre, cuando le habló del acoso de su padrastro, tachándola de mentirosa, parecía que ser una persona respetuosa y decente no servía para tener la confianza de su progenitora.

- "Tienes razón, vamos", dijo Ara con una sonrisa.

Mark la llevó a donde se encontraba la moto, le dio un casco y ambos se subieron a la moto, ella se abrazó, sintió el agradable perfume de su acompañante y sonrió, iba sujeta a un modelo, por primera vez en una moto, que hacía sentir el viento en su rostro, parecía que vivía por primera vez, sin preocuparse por sus acciones.

Mark sonrió al ver que la crema de leche del café ha quedado en el labio de Ara, le parecía tierna y más aún al sonrojarse cuando se dio cuenta de eso, no había conocido a alguien como ella.

- "Tu dilema se debe a que según las características que has pedido, la inmobiliaria te está buscando un departamento en las zonas más exclusivas de la ciudad, y esas están lejos de todas las cosas que quieres que estén cerca", dijo Ara, para luego probar un poco de pie de limón.

Ara luego miraba el gracioso llavero que le había regalado Mark, como era algo pequeño, no tuvo problema con aceptar el regalo; para después guardarlo en su cartera.

- "Sé que apenas me conoces, pero tengo algo extraño que decirte", expresó Mark con seriedad.

Ara abrió los ojos, ese día había sido particularmente difícil, solo en ese corto tiempo que estuvo disfrutando de la compañía del joven modelo se pudo olvidar de los problemas, pero aquella expresión le obligó a pensar que como siempre ella estaba negada a tener buena suerte.

 - "¿Qué es lo que tienes que decir?", preguntó Ara.

- "El sujeto que te acosó ayer, se encontró con unos tipos de dudosa reputación en el hospital, estaba en la cafetería cuando los vi. Hablaban sobre ofrecer una chica por el pago de una deuda y por alguna razón sospecho que se trata de ti", manifestó Mark.

El corazón de Ara se estrujó, le costaba procesar la información que le había dado Mark, sabía que su padrastro no era un buen hombre, pero saber la magnitud de lo que era capaz de hacer, la petrificó, era incapaz de emitir palabra alguna, y un frío recorrió todo su cuerpo.

- "Creo que podemos ayudarnos mutuamente, tengo contactos de exclusividad firmados y debo mantener una imagen de acuerdo a los estándares en los cuales mi representante me exige trabajar. Ahora resulta que necesito una novia, pero la verdad no pienso conseguirla en un par de días, además sería injusto engañar a alguien para lograrlo; así que necesito contratar a una, tú eres perfecta, firmaríamos un contrato de exclusividad y solo sería una relación para las cámaras por un periodo de un año; te ofrecería una residencia exclusiva y ciertas condiciones para que la supuesta relación fuera creíble. Te puedo mandar el contrato por correo electrónico para que lo analices. Eso te podría alejar de las fauces de ese hombre y a mí me da la novia que necesito para mi imagen. Sé que suena demente y sé que no tienes por qué confiar en mí, pero estoy hablando en serio", explicó Mark; se notaba de la conversación que escuchó, de todo lo que vio y de lo que averiguó que para Ara sería muy difícil escapar por sus propios medios, y aunque aún no entendía lo que ella le provocaba, la sensación de protegerla se había apoderado de él.

- "En verdad suena demente, pensé por un momento que en verdad estabas hablando en serio, definitivamente mi padrastro es un patán, pero inventar todo esto para abordarme para que acepte esa absurda idea, pasó los límites", dijo Ara tomando sus cosas para retirarse.

Mark la siguió hasta la puerta, y le rogó que la escuchara, pero ella parecía no querer hacerlo.

- "Solo toma mi tarjeta por favor, te juro que te estoy diciendo la verdad, no me creas si no quieres, pero ahí está mi número, si necesitas ayuda me llamas y voy corriendo te lo aseguro", insistió Mark.

Ara tomó la tarjeta de presentación; la tiró dentro de su cartera, para que ya no le molestara y se fue del lugar; el buen momento que había pasado, se había convertido después en algo bizarro; parecía que para ella estaba negado la felicidad.

Cuando Ara Park llegó a su casa, encontró a su padrastro durmiendo en el mueble, y su madre susurrando para que no se despierte; ella solo se fue a su habitación; para luego darse un baño y cambiarse,

Sus hermanos también hablaban susurrando, estaba cansada de la situación, sacó la tarjeta que le dio Mark de la cartera, "muy guapo, pero loco", pensó la muchacha, viendo el llavero que le había regalado, que tenía en su otra mano, lo sujetó a su pantalón, "me quedaré con esto, al menos para recordar que tomé un café con un chico guapo", pensó.

Puso su móvil en uno de sus bolsillos y la tarjeta en otra, la iba a botar, pero al encontrar la cesta llena la guardó un momento en su bolsillo, así que se dirigió a la cocina. Se sirvió un poco de agua, cuando se volteó se encontró de frente con su padrastro; sorprendida de que no estuviera tambaleándose de borracho.

Ara Park quiso alejarse, pero el sujeto se le abalanzó encima, le tapó la boca, la apretó contra él, y la llevaba a rastras para sacarla por la puerta de la cocina; ella forcejeaba con fiereza, pero cuando estuvo afuera se encontró con dos hombres con armas; quienes la obligaron con violencia a subirse a uno de los vehículos que estaban esperando. Una vez dentro, su padrastro también subió, ella estaba llorando, y aunque trató de abrir la puerta, el hombre que hacía de copiloto le apuntó con un arma.

El conductor aceleró, el corazón de Ara estaba agitado, y entendió de la peor manera que Mark si le estaba hablando en serio, y aunque aún tenía la tarjeta de Mark en el bolsillo, ya le habían quitado el móvil y destruido antes de subir al automóvil. Lo que desconocía Ara Park, era que el llavero que aún llevaba colgado en el pantalón, era un dispositivo de rastreo GPS, cuando Mark miró en su móvil, lo inusual del movimiento de Ara, comprendió que ella estaba en peligro y debía pasar al siguiente plan que había trazado.

Han llegado a un nigh club exclusivo para hombres, arrastran a Ara para hacerla ingresar por la parte de atrás, la tienen amordazada y con las manos amarradas, el constante intento de liberarse ha provocado que sus muñecas se lastimen.

Caminan por un pasadizo y llegan a una oficina, hay tres sujetos uno sentado en el mueble y otros dos a sus costados. Detrás de ellos, a un gran espejo enorme, nadie puede ver, el verdadero dueño del lugar, quien está detrás, atento a lo que sucede, se sorprende de ver a Ara ingresar, pero hace una sonrisa siniestra, piensa que es perfecta para aplacar sus deseos intensos por una inocente.

El hombre que da cara como si fuera el jefe, mira de pies a cabeza a la muchacha, su móvil suena, lee el mensaje que ha recibido del hombre que está detrás del espejo.

El Caras hizo una señal a uno de sus hombres, quien inmediatamente se colocó al lado del padrastro de Ara.

- "Mira bien esto, si no colaboras es lo que le va a pasar a tu madre y a tus hermanos", dijo El Caras, sujetando la cabeza de Ara para que vea a su padrastro.

El hombre al lado del padrastro sacó un arma con silenciador y le disparó en la cabeza, la sangre y los sesos terminaron empapando la pared; la desesperación se apoderó de Ara, cuyo cuerpo temblaba y lloraba desconsoladamente, pensando que eso le pueda pasar a su madre y sus hermanos.

Pronto vinieron otros hombres, se llevaron el cuerpo, mientras El Caras tiró a Ara en un mueble, desatando sus manos y quitando la mordaza, esperando que se calmara. La joven jamás pensó en vivir momentos tan aterradores; y se cuestionaba en que infierno había terminado, estar ahí le tenía completamente asustada, y la idea que esos horribles sujetos, se acercaran a su familia le aterraba.

El Caras hablaba por teléfono y luego se acercó a otro de sus hombres, luego encendió el televisor que había en la oficina, unos minutos después, se podía ver la sala de la casa de Ara, su madre y sus hermanos estaban siendo apuntados por dos sujetos. Ara se puso de pie al ver la escena y sintió el terrible frío recorrer todo su cuerpo.

Ara estaba aterrada mirando las imágenes en el televisor, con lo ocurrido con su padrastro, sabía que esos hombres eran capaces de todo, y si no hacía lo que le pedían, de seguro su familia terminaría muerta.

- "¿Te quedó claro, que ahora me perteneces y harás lo que te diga?", inquirió El Caras, apretando el mentón de Ara y obligándola a que lo quede mirando fijamente; "¡Responde!", gritó.

- "Sí, solo no lastime a mi familia", respondió Ara nerviosamente.

El Caras apagó la televisión; le pidió a sus hombres que fueran por dos mujeres para que vengan por ella y la alisten.

- "Este lugar será tu nuevo hogar, después que te acuestes con el cliente de esta noche, dejaremos la casa de tu familia; y te lo voy a mostrar para que sepas que siempre cumplo mi palabra. Luego, ellos podrán vivir sin problemas; sin embargo, tú jamás te vas a ir de este sitio hasta que yo lo diga, si intentas escapar, avisarle a alguien, pedir ayuda, incomodar a algún cliente, o incluso acabar con tu vida; regresamos a tu casa de mierda y acabamos con cada uno de ellos. Desde este momento, tú solo eres una puta más de este sitio, si eres inteligente y aprendes rápido lo que debes hacer, puedo asegurarme de que seas una puta para clientes vip, eso significa que solo atiendas a uno por noche, pero si te pones a llorar y eres quejosa con los clientes, te pondré en categoría de puta barata y tendrás que atender a varios en una sola noche", explicó El Caras, provocando arcadas en Ara. "Mierda parece que no entiendes", agregó prendiendo el televisor y llamando a sus hombres.

Ara miró como jalaron a uno de sus hermanos, lo hicieron arrodillarse y dispararon, pero no había balas, fue un susto. Ara gritó, aunque se alivió que su hermano estaba vivo, ella sabía que hablaban en serio. Estaba en la boca del lobo y sabía que era imposible escapar.

- "Eso solo fue una advertencia, la próxima la bala va en serio. Así que, sin lloros, sin quejas y sin esa actitud, la vida que conocías se acabó, así que quítate ese horrible buzo de una vez", dijo el Caras volviendo a apagar el televisor.

Ara solo se empezó a sacar la ropa, aún con las manos temblorosas, se quedó en ropa interior, y se obligó a sí misma a no mostrar ninguna emoción, aunque se estuviera muriendo de miedo y de dolor por dentro.

- "Parece que ya entendiste. El cliente que vas a atender hoy día, es supervip, así que, solo harás lo que él te pida, como él te pida, y cuando él te pida; ha pagado por toda la noche", dijo el Caras.

Los golpes en la puerta anunciaron que las mujeres que había mandado llamar, ya habían llegado. Cuando estuvieron dentro, recibieron la orden de llevarse a Ara para que la alistaran, les indicó para que habitación la llevarían después y qué cliente atendería, para que se aseguren de escoger lo que a él le gustaba.

Ara siguió a las mujeres, en el trayecto que la llevaban a los otros ambientes, tuvo que caminar en ropa interior, frente a varios hombres armados que custodiaban el camino.

- "Será mejor que te acostumbres, de este lugar nadie escapa, y si no haces problemas, no recibirás ningún castigo", dijo una de las mujeres.

Al llegar, al lugar la hicieron darse un baño, luego la hicieron ponerse una lencería bastante atrevida, al mirarse en el espejo quiso llorar, pero recordó las palabras del hombre que tiene bajo amenaza a su familia; y no hace ningún gesto, mientras la maquillan. Luego la llevan a la habitación, le hacen una pequeña charla de como atender al cliente, luego se retiran, cuando él ingresó y ambas cierran la puerta al irse.

Ara ni se había atrevido a levantar la mirada, pero cuando él se acercó más a ella, recordó la charla, así que levantó la cara y mostró una sonrisa dibujada; pero sus ojos no podían ocultar su asombro cuando vio al hombre frente a ella; era Bruno Alcázar, el ex novio de su mejor amiga, y verdadero dueño de la operación de trata de blancas en aquel nigh club para hombres.

Ara Park queda mirando al hombre que ingresó, detesta la posición en que se encuentra, en ese momento odia que su madre se haya involucrado con un hombre como su padrastro y que nunca hubiese reaccionado ante el evidente miserable ser que era ese hombre. Aunque ella siempre consideró que una buena persona no debería desear la muerte de otra, convertirse en una víctima de trata de blancas, había hecho que no tenga ninguna pena por el hombre que le ha arruinado la vida.

La joven preferiría estar muerta, antes de atravesar el trago amargo, de convertirse en un cuerpo que satisfaga los deseos morbosos de quienes solo pueden ver a una mujer como un objeto por el que puede pagar; sin embargo, ni siquiera tiene la opción de extinguir su existencia; porque eso implicaría también la muerte de sus hermanos, quienes son la única razón por la cual está dispuesta a soportar tan terrible vejación.

Y encima de tener que aceptar, bajo extorsión, acostarse con un hombre, hubiese preferido otro y no quien tenía en frente, sabía que la humillaría de la peor manera, y bajo las amenazas que le hizo el Caras, tendría que poner una sonrisa forzada, cuando realmente aborrecía la situación.

Ara solo bajó la mirada, sin decir nada; no entendía cómo un hombre que parecía tener la habilidad de conquistar a diferentes mujeres, terminara yendo a un nigh club para hombres, a pagar por servicios sexuales.

- "Pagué por una virgen, siempre hay quienes inician su vida de puta vendiéndola. Vaya que tenías bien escondido tu verdadero ser", expresó Bruno, acercándola hacia él con violencia, para que sintiera el fuerte roce de su cuerpo, y bajando los tirantes dejándola expuesta ante su mirada libidinosa; para luego dejarle chupetones en la piel desde el cuello hasta el pecho.

Ella no podía quejarse, ni apartarse, ni hacer nada por evitarlo, bajo amenaza.