– He vivido tantas vidas que me resultan absurdas las personas que matan por poder y avaricia, o aquellas que quieren ser jóvenes eternamente. De nada sirve vivir sin un propósito o amor verdadero.
— Soy Gustavo Chevalier, el emperador del vasto imperio Terra Nova, pero durante muchos años fui el paladin de mi hermano. Fui testigo de cómo amó a su ahora esposa con todo el corazón en sus diferentes facetas.
— Han pasado siglos, pero yo sigo añorando su olor, su dulzura, su reconfortante presencia y su preciosa sonrisa, que iluminaba mis días.
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Creo que me está dando fiebre
Al despertar, Mónica enfocó su mirada en su mesita de noche, en la cual había dos cartas. Imaginó que su prometido había mandado correspondencia, pero no había rastro del ave; ¿dónde estaría?
— Milady, ¿puedo pasar? —preguntó su doncella tras la puerta.
— Sí.
— Qué bien que ya despertó. Dentro de poco será la cena —dijo la doncella mientras preparaba la tina.
— Berta, ¿dónde está Amina?
— El ave está en el despacho de su padre. Él dijo que la cuidaría mientras usted llegaba. Me extraña que no le haya dicho.
— Seguro se le olvidó. —Berta ayudó a preparar a Mónica en total silencio; su señorita estaba muy extraña.
Mónica hizo una reverencia al llegar al comedor y tomó asiento en total silencio.
— Me enteré de que la misión fue todo un éxito. No defraudes al ducado —le dijo su hermano con severidad. Pero, para sorpresa de todos, Mónica guardó silencio. El duque, al ver el extraño comportamiento de su hija, decidió intervenir.
— Tú eres quien defrauda al ducado al ser tan cobarde. Ni siquiera puedes cumplir los deberes básicos, que son cuidar del ducado y su gente —le dijo el duque a su hijo en forma de reproche.
— Padre, yo...
— Silencio, comamos en tranquilidad. — Todos ignoraron el sentimiento de furia e incomodidad que había en sus corazones y continuaron la cena, como si nada hubiera pasado, hasta que Mónica rompió el silencio.
— Padre, ¿dónde está Amina?
— En mi despacho. Mañana te la regreso.
— La necesito hoy. ¿Hay posibilidades de que me la puedas devolver después de terminar la cena?
— Pasa a mi despacho después de cenar. — Ninguno de los presentes entendía de qué estaban hablando el duque y Mónica, pero les daba curiosidad saber quién era la tal Amina. Sin embargo, sabían muy bien que no podrían averiguarlo en ese momento; el duque no se notaba de muy buen humor.
Al terminar la cena, Mónica fue a buscar a Amina. No confiaba en que el ave estuviera en cualquier lado de la casa que no fuera su habitación.
— Ven, bonita, ya estás a salvo. — Le decía Margaret a la paloma al entrar a su habitación. Berta miraba con mala cara al ave, pues cada vez que la tenía cerca comenzaba a estornudar.
Berta ayudó a Mónica a colocarse su ropa de dormir, que era un inmenso camisón que la cubría por completo. Berta se retiró apenas alistó a su señorita; en cambio, Mónica se quedó a leer ambas cartas, la curiosidad no la dejaría dormir en paz.
— Para mí, es un completo honor tener tu honestidad desde la primera carta. Es la mayor prueba de tu respeto hacia mí, y me complace grandemente captar tu atención. He considerado volverme un ladrón para robar cada uno de tus suspiros. Así como quieres ser cómplice de mis sueños, yo quiero ser cómplice de los tuyos; y, más aún, quiero ser tu anhelo. Quiero que desees, desde el fondo de tu corazón, conocerme y explorar los misterios que me rodean, así como yo añoro conocerte a profundidad. — Mónica sentía un extraño picor en su pecho, pero lo ignoró y continuó leyendo.
— Disfruto pasar mis tiempos libres en la literatura, pero me atrae terriblemente la poesía. Podría recitarte halagos de amor estando ante el altar. Prefiero la espada, ya que me concede el privilegio de defender a mi familia. Amada mía, lamento informarte que no he descubierto qué me gusta más, si lo dulce o lo salado, aunque disfrutaría como nunca de esa combinación. Pero eso es algo que te contaré en nuestro lecho. Del té y el vino, gusto por igual; cada uno tiene su momento en mi mesa. — Por una extraña razón, Mónica se sintió caliente.
— Creo que me está dando fiebre —dijo Mónica para continuar con la lectura.
— Sé que te apasiona la medicina, el legado familiar corre por tus venas, y tienes un talento inigualable, pero quiero saber con qué sueñas, cuáles son tus anhelos y deseos. Yo estaré atento a todos ellos.
Atentamente: Tu Prometido. — Mónica calló en su cama, suspirando mientras aprisionaba la carta contra su pecho.
— Este hombre tiene la habilidad de ponerme nerviosa —dijo una sonrojada Mónica, quien, después de unos minutos suspirando, abrió la otra carta.
— Amada mía, tu padre me avisó que estás en una expedición. Te escribo para que sepas que todos los días te pienso y a cada momento quiero saber cómo te va en el día. Deseo que tu misión sea un éxito rotundo. Sé que llegarás a casa con una gran victoria. Atentamente: tu prometido. — Mónica atesoró sus cartas con sumo cuidado, guardándolas en su lugar secreto. Esa noche, durmió plácidamente sin siquiera recordar al emperador.
😅😅😅
Cambio de nombres: Margaret en lugar de Mónica
1- tendrá el testimonio en tiempo real de las víctimas del depravado conde.
2- despertará a la realidad de todo lo que el Emperador ha hecho por su pueblo, en especial las mujeres.
3- tendrá la posibilidad de ayudar a esas chicas con sus habilidades de sanadora.
Tal vez así entienda que el amor que el Emperador siente por ella es real, puro y sincero; desde siempre y para siempre.