Enamorar A Un Vampiro

"Antes de ver a mi padre necesito decirte algo importante", soltó Daemon.

La seriedad con la que lo dijo prendió los nervios de Rhett al instante. Viniendo del vampiro, cualquier cosa podría ocurrir, incluso la situación más ridícula.

Se preparó esperando lo peor, "Te escucho", respondió, y vaya que sí lo haría.

"En la posada sucedió algo interesante, más bien, me di cuenta de algo importante".

Rhett pensó en cuál de todos los eventos pudo haber provocado algo así en Daemon, tal vez fue la masacre de la aldea o también podría ser el haberse expuesto al sol. Temía que fueran malas noticias, recién estaba acostumbrándose a la nueva identidad de su compañero.

El vampiro continuó hablando al notar que Rhett no respondería "Tu aroma es inusual".

"¿Mi aroma?", preguntó Rhett de vuelta, prendiendo su olfato para intentar captar algo. No encontró nada. "¿Qué tiene de malo?".

Daemon se tomó un tiempo para responder, pudo ver en su rostro que estaba buscando las palabras correctas para darse a entender mejor, "No tiene nada de malo, de hecho me fascina" empezó, Rhett no tuvo tiempo para ponerse nervioso cuando Daemon continuó hablando "Es solo que tiene un rastro extraño en él".

No comprendía lo que estaba escuchando, ¿un rastro extraño? ¿Quiere decir que trae un olor que no es de él impregnado? No entiende.

"Me estás confundiendo", Rhett continuó olfateando el aire.

"Te lo diré, pero debes prometerme que no huirás o me tomarás por loco".

Estuvo a punto de ofenderse por la acusación, la verdad es que sí estaba dudando de la palabra de Daemon. No se sentía bien admitiendo ese hecho, aunque tampoco pensaba que fuera algo malo ser precavido, debe recordar que Daemon le mintió durante dos años enteros.

"Vamos, dímelo", retó. Nada podía sorprenderlo después de todo lo que había visto en estos últimos días.

"¿Quién es tu padre?", preguntó Daemon.

"Creí que me dirías lo que averiguaste".

"Para hacer eso necesito saber quién es tu padre, respóndeme, Rhett", escuchar su nombre saliendo de los labios de Daemon fue como un balde de agua fría que cayó directo a su cuerpo para despertarlo.

"Yo nunca conocí a mi padre", dijo Rhett con vergüenza, todavía era un asunto que le era difícil de tocar. Su madre y él siempre estuvieron solos, desde pequeño jamás preguntó por él, tampoco se interesó en buscarlo.

El vampiro empezó a merodear por la habitación, sujetando su barbilla con una de sus manos. La luz de las velas lo hacía ver menos pálido que de costumbre, podía imaginarlo antes de ir al cuerpo de cazadores, encerrado en esta habitación lo que duraba el sol.

"Hay una gran posibilidad de que tengas sangre vieja en tu cuerpo", Daemon no paró de merodear mientras hablaba, "Hueles como a mi padre".

Eso solo lo confundió más, las cejas de Rhett se juntaron tanto que parecía que solo tenía una. "¿Tu padre es mi padre?", preguntó su conclusión más lógica.

Daemon le regaló una gran risa, mostró sus dientes blancos soltando una carcajada gigante. "Oh, Rhett, ¿cómo puedes pensar algo así?", alcanzó a decir el vampiro intentando recuperar el aire.

Rhett no estaba molesto, aunque en el fondo se sentía un poco estúpido, el ridiculizarse valió la pena para tener al Daemon sonriente que tanto le encantaba, jamás podría cansarse de verlo.

Cuando Daemon se dio cuenta de la atención que tenía puesta Rhett en él, soltó un carraspeo y se recargo contra el marco de la puerta. "Con sangre vieja me refiero a aquella que proviene de los primeros vampiros que existieron jamás, por eso el nombre. No hay persona en esta tierra con más edad que los vampiros originarios".

Conocía la leyenda, es superfamosa por los bardos que cantaban una que otra canción en las calles. Nunca le prestó real atención, se escuchaba irreal que un ser pudiera vivir tanto tiempo, lo único que recuerda es que solo existen tres vampiros originarios y dos de ellos desparecieron.

"Entonces, ¿qué tiene que ver eso conmigo?", si fuera hijo por pura casualidad de uno de esos vampiros, no importaría de todos modos, es decir, Rhett no contaba con ninguna habilidad innata.

"Rhett, podrías ser descendiente de uno de los tres", habló con rapidez Daemon, luego se corrigió "Excluyendo a mi padre, nos quedan dos opciones".

Esto rebasó todo lo que esperaba escuchar, pero despertó su curiosidad las ideas que surgían de la mente de Daemon, que eran como un caballo a toda marcha. "¿Por qué no crees que sea tu padre? Yo podría ser tu hermano", dijo sin cuidado, a Daemon le dieron escalofríos de solo pensar en la posibilidad de que fuera así.

"Eso es imposible" defendió, "Si fuera el caso, soltarías un aroma similar al mío, tengo una media hermana y lo he podido comprobar".

Escuchar que Daemon tenía una hermana hizo que Rhett se diera cuenta de lo poco que sabía de él, ¿sería su hermana mayor o menor?, ¿qué edad tenía Daemon?

"Sigo sin entender por qué es importante" cortó Rhett. No quería hablar de su padre, si estuviera en sus manos evitaría el tema lo más posible.

"Formemos un lazo, Rhett", Daemon bajo la mirada hacia sus pies, lucía apenado. "Lo pensé desde el primer instante en el que te vi, ahora que mis sospechas se han confirmado, podemos...".

A Rhett se le fue el aire, su corazón palpitaba tan alto y rápido que temió que Daemon lo escuchara.

"No", contestó Rhett.

El vampiro levantó la cabeza tan rápido como un rayo para mirar a Rhett, sus ojos estaban más abiertos de lo normal, sorprendido.

El cazador continuó "No puedes pedirme algo tan íntimo como eso de la nada, Daemon".

Se sentía ofendido, el vampiro ya había dañado demasiado la confianza de Rhett, empezando con sus mentiras, sus secretos y las manipulaciones para alejarlo de Sophie en el pasado, aunque ya no le interesara ella, el resentimiento seguía allí.

"Puedo darte tiempo", propuso Daemon. Eso sonó bien para Rhett.

Nunca imaginó que tendría a su compañero de lazo tan cerca de él, si alguien en el pasado se lo hubiera dicho, entonces se habría reído hasta dolerle el estómago. Y es que compartir un lazo era como casarse para las criaturas de la noche.

Humanos y criaturas de la noche no podían tener lazos, es por eso que Daemon fue cuidadoso con proponérselo sin antes estar seguro de que era un mestizo. Tal vez las habilidades no estaban allí, pero la sangre es lo más valioso para un vampiro en este mundo.

Rhett no estaba seguro de si estaba tomando una buena decisión al dejarse llevar por sus apenas nacientes sentimientos, ya tendría toda una vida por delante para arrepentirse. Mientras tanto, hizo una nota mental de que debía hablar con su madre al respecto.