ESE MALDITO SAN VALENTIN

Manuel

_ ¿y mi prometida?_ menciona, recorriéndome de pies a cabeza. Si cabrón es lo que estás pensando

_ está cambiándose, vendrá en un momento _ respondí con altanería _ pasa ¿quieres un café?_ le pregunté caminando hacia la cocina escuchando sus pasos detrás, hurgue en alacena, buscando el bendito café que no encontraba

_ cuarta puerta, a la derecha _ dijo con sorna _ ¿Por qué no te has ido? Ya cumpliste dándole sexo _ giré a mirarlo enojado con el café en la mano _ Después de casarnos, si Yanelis quiere, pueden seguir encontrándose aquí. Cuando sea mi esposa puede conservarte como su juguete sexual _ Estaba por golpearlo, pero Yanelis apareció y sus ojos hicieron zigzag entre los dos.

_ Walter, ¡déjame explicarte!

_ ¿qué vas a explicarle?_ gruñí soltando el cafe, y me acerque a ella _ ¡es obvio lo que ocurrió! ¡Nos acostamos, porque nos amamos! ¡El compromiso se cancela!

_ Yanelis _ la nombró

_ Manuel vístete y vete. Necesito hablar con él

_ ¡que no! ¡No lo haré! ¡Mi mujer! No se quedará a solas con otro hombre _ intenté tomar su mano y me empujó

_ Manuel ¡vete! Y haz de cuenta que lo de anoche nunca ocurrió.

_ te esperaré en el auto _ dijo el pinche pendejo y se fue. La miré, en busca de una explicación lógica, esperando que se quedará conmigo

_ ¡no te irás con él! Menos después de lo de anoche, gemiste en mis manos, ¡gritaste que me amabas!

_ ¿de qué me sirve amarte si no podemos estar juntos? Yo no volveré a darte todo de mí otra vez. No te llevaré el almuerzo como a ti te gustaba. No me esforzaré por cocinarte lo mismo que tu madre, porque ella es la mejor en todo, hasta para prepararte unas put@s tostadas. Manuel, yo no cambiaré para hacerte feliz, yo no seré como tu madre.

_ nunca te pedí que lo hicieras. Nunca te pedí que te comportaras como ella

_ tienes razón, nunca lo pediste, solo fueron insinuaciones o indirectas, comparaciones que salieron de tu boca y yo lo hice porque te amaba, porque me gustaba verte feliz. ¿Acaso vas a negarme que te gustaba todo eso?

_ nunca dije lo contrario _ me quedé sin palabras

_ pues esa no era yo, está frente a ti, soy yo. No me esforzaré por nadie más. Por más que te ame, puedo vivir sin ti y te lo demostré. Cámbiate y vete, hoy no regresaré.

_ ¡No dormirás con él luego de estar conmigo!_ enfurecí _ no, nos cuidamos, quizás estés embarazada _ desvío su mirada al suelo

_ tomaré las pastillas de emergencia _ caminó hacia la puerta, sin atreverse a mirarme

_ ¿qué paso con la mujer que quería tener tres hijos?

_ desapareció cuando entendió que los cuidaría sola _ Salió por la puerta.

Una vez más me dejó, pero esta vez no me quedaría quieto. Sus palabras navegaron en mi mente de nuevo, lo mismo me dijo mi padre y esa mujer. ¿Y si no me dejo por ese hombre, si no porque se hartó de mi madre? ¡Es imposible! ¡Mi madre no es mala!

¡No Manuel! Ponte en su lugar. Si su madre te hubiera tratado de la misma forma, no lo soportarías. ¡Sus padres siempre fueron respetuosos! Comencé a razonar sobre lo que creía sobre Yanelis y sus razones para dejarme. Me hice un café y revisé todo el lugar mientras lo bebía, aún en ropa interior.

Todo era un mar de confusiones en mi cabeza. Creí que me dejo por otro que tenía una mejor posición económica, pensé que se casaría con él. Me había destrozado tanto el orgullo sus palabras diciéndome que era un simple mariachi, que éramos de diferentes clases sociales.

Siempre lo supe. Siempre sentí que era muy poco para una mujer como ella y pensé que no le importaba. Que me amaba, lo veía en sus acciones. Sin embargo, ese día, el día que me dejo, no insistí porque supuse que ese hombre que mencionó si la merecía. Se mudó aquí cuando nos separamos, para evitarme, ¿quizás? Sabía que iría a su departamento a buscarla y tenía razón, lo hice muchas veces, supuse que no quería verme, luego me enteré de que se había mudado, ¿qué fue lo que hice tan mal?

Solía revisar su perfil, nuestras fotografías era lo único que había. Ni siquiera las borró. Nunca se la vio con otro hombre hasta hace seis meses cuando nos volvimos a encontrar ¡Necesito saber por qué me dejaste Yanelis!

Mi celular sonó sacándome de mis pensamientos, fui a buscarlo, con lo que hicimos anoche no tenía idea de donde quedó. Maldije al ver el nombre de Miguel

- ¿dónde chingados estás Manuel? ¡Recuerda que hoy tenemos mucho trabajo!

- lo lamento, ya voy.

- ¡apúrate! Sabes que es el día donde más trabajamos a las dos, tienes que estar en el restaurante y tienes otras cuatro presentaciones más la última es en un hotel

- ¡lo sé! No soy un niño.

Yanelis

Subí al auto de Walter, con la garganta doliendo por la impotencia acumulada. Ese imbécil nunca entendió por qué nos separamos y nunca lo entenderá

_ ¿Cómo estás? _ me preguntó

_ bien

_ ¿bien…?

_ Vámonos… _ puso en marcha el auto

_ ¿vamos a casa de tus padres? ¡Creo que los necesitas!_ lo miré y no pude evitar sollozar. Se estacionó a unas cuadras de la casa de mis padres a esperar que termine de llorar, lo cual agradecí.

_ no comprendo tus motivos para usarme cuando él también te ama _ mencionó cuando logre calmarme

_ el amor no es suficiente cuando por mantenerlo debes humillarte, y perderte a ti mismo. No puedes permanecer, esperando solo amor, sin empatía, sin compañerismo, sin apoyo mutuo, sabiendo que solo tú te esforzarás. No vale la pena.

_ no te entiendo… es tan difícil conseguir a quien te ame y a quien amar, no deberías esforzarte por ese amor.

_ ¡tienes razón! Pero los dos deben esforzarse, no solo tú o terminarás cansando.

_ ¿cómo tú lo hiciste? Por eso te fuiste

_ si

_ ¿era más fácil huir que enfrentar la realidad? ¿No deberías haber hablado con él?

_ ¡no Walter! No creas que no lo intente, me esforcé por abrir sus ojos, él se negó a hacerlo y yo me negué a seguir esforzándome... Mejor cambiemos de tema

_ Me contrataron de Lacoste como su modelo principal _ exclamó de repente

_ ¡excelente noticia! _ grité feliz por él _ ¿Pero tu empresa?

_ quedará a cargo de mi hermano menor.. Como supondrás debemos terminar.

_ ¡gracias por estos seis meses! Te volviste un gran amigo… Aunque me besabas con asco _ soltó una carcajada _ o vamos nunca nadie me beso con tanto asco

_ ¡lo siento, lo intenté!

_ no te culpo, siento lo mismo cuando no es él, no puedo besar a nadie más ¿Cuándo te irás?

_ En un mes, ¿quieres que nos separemos hoy o en unos días?

_ ¡ya presenciaste mi estupidez! Te necesito, cuando Briget se case, luego serás libre.

_ está bien, ¡te dejaré disfrutar de este cuerpo unos días más!

_ ¿quieres una separación tranquila o una escandalosa?

_ ¡tranquila! No quiero que me cancelen el contrato _ se rió

_ ¡como ordene mi novio falso! ¿Ya se lo dijiste a mi primo?_ me miró por varios segundos sin entender _ Walter siempre supe de su relación _ suspiró antes de contestar

_ ya se lo dije.. esta furioso. Pero me cansé de esperar, no seguiré saliendo a escondidas con él, llevamos diez años así. Fue suficiente.

_ a eso me refería, no se arriesga por ti. Mientras te quedes en ese lugar que le resulta cómodo, él es feliz, aunque tú estés sufriendo y se lo digas, no le importa. ¡Considera insignificante lo que tú le pides! ¡Como si únicamente fuese un capricho!

_ ¡Ahora te entiendo! _ suspiró _ yo también me cansé, di todo por él y nunca es suficiente _ apreté su mano en señal de comprensión

_ vamos, ya estoy mejor, debo decirle a mis padres de nuestra ruptura antes que la prensa lo sepa

_ buenas tardes, señorita _ me saludo Dora, el ama de llaves, abriendo la puerta

_ hola Dora, ¿por qué estás aquí en san Valentín? ¿No tienes un enamorado que ver? _ mencioné bromeando

_ ¡lo mismo le pregunté!_ exclamó mi padre acercándose.

_ ya le expliqué que no tengo a nadie y en vez de estar en mi departamento de 60 mts² es mejor esta mansión _ nos reímos _ Yanelis ¿quieres chocolate con malvaviscos?

_ ¡me encantaría!

_ ¿Y usted joven?

_ sí, yo también quiero ¡gracias Dora!

_ Ya les traigo

_ hola mi pequeña _ dijo papá abrazándome, sentí esa calidez que necesitaba, en esos brazos que siempre fueron mi refugio _ hola Walter

_ ¡buenas tardes, señor!

_ Acompáñenme _ rodeo mi hombro y caminamos juntos hasta la habitación donde mi madre suele pintar.

Esta vez estaba dibujando unas rosas, tenía unos pantalones deportivos negros y una camiseta de igual color debajo de su delantal gris. Su largo cabello lacio de color castaño y blanco, estaba atado en una coleta, mi mancha blanca es lo único que herede de ella, en el mismo lugar

_ ¡hola mamá!_ murmuré detrás de ella y giró a mirarme, soltó su tableta de colores, el pincel y se quitó el delantal, para venir hacia mí

_ hola mi pequeña _ me abrazó _ ¡hola Walter!

_ ¡hola señora!

_ ¿por qué están aquí un día tan importante? _ caminamos hasta los sillones. Walter y yo nos miramos. Él asintió, cuando nos sentamos decidí hablar

_ mamá, papá, nosotros vamos a separarnos y quería que ustedes lo supieran primero

_ es comprensible _ respondió mamá _ no se aman _ los miré y los dos rieron

_ hija eres adulta y respetamos tus decisiones _ dijo papá

_ ¿no te enoja?

_ No, de hecho, ¡me hace feliz! Te dije que te casarías cuando tuvieses 50 años

_ papá

_ ¡Gracias Walter por cuidar a nuestra hija!_ agregó mamá _ ¡siempre serás bienvenido aquí!

_ ¡gracias, señora!

_ ¡llegaron los chocolates!_ exclamó Dora trayendo una bandeja con tazas para todos

_ ¡gracias Dora!_ gimió mamá feliz, amaba las chocolatinas con malvaviscos, mientras que papá amaba mirarla, eran el ejemplo de amor y lealtad que siempre soñé.

Esa noche Walter y yo llegamos a un hotel volviéndonos el centro de atención, como suele ocurrir desde que anunciamos nuestro noviazgo, habíamos comenzado a cenar cuando el sonido de unos mariachis, se escuchó en el escenario, algo normal era San Valentín

El problema era esa voz. Mi cuerpo celebró y mi conciencia maldijo al mismo tiempo. Ese maldito cupido estaba uniendo nuestros caminos otra vez y mientras más me esforzaba en alejarme, más nos acercaba y justamente otro maldito San Valentín. De todos los hoteles, ¿justo en este?

 _ ¡Juro que no sabía nada de esto!_ se excusó Walter

_ No te preocupes, ¡lo sé! Además, es uno de los mejores contantes, nunca negué ese hecho...

El grupo de Manuel se acercó a una mesa para cantarle a una pareja, que al parecer acababan de comprometerse, era una sorpresa para la mujer. Todos aplaudieron incluso nosotros, mientras los mariachis continúan con su trabajo y como siempre ocurre cuando él canta, le piden otros clásicos.

Vayas donde vayas, en esta ciudad siempre encuentras a una persona que le gusta el mariachi. Es conocido como la música del romance y del amor, si le sumas el talento de este hombre, la atracción aumenta.

_ ¿quieres que nos retiremos?

_ ¡si por favor! ¿Ya tengo la cara de idiota admirándolo no es así?_ se rió asintiendo

_ Sí. Vamos _ nos levantamos, él abrazó mi cintura y nos dirigimos al ascensor. Habíamos reservado una habitación del hotel, solíamos fingir para la prensa

Luego de dos horas Walter se escapó de la habitación con cuidado de que no lo vieran y yo me quede sola. Siempre hacíamos lo mismo, ya que se supone que una pareja en San Valentín debería hacer sus..

¡Maldición! ¡No puedo sacarme de la cabeza lo de anoche!

Me tomé una ducha para calmar mis ansias. Cuando estoy terminando de secar mi cabello suena la puerta, me acerco a observar por la mirilla, era un empleado del hotel con la cena lista en un carrito. Toqué el interruptor para dejarlo pasar, no cene nada, por eso solicite que me trajeran algo de comer

_ pase puede dejarlo en la mesa, gracias _ murmuré regresando a lo que hacía

_ ¿que paso con tu noviecito?_ escuche su voz, al mismo tiempo que la puerta se cerraba. Giré encontrándome a Manuel con la vestimenta del hotel.

_ ¿no deberías estar trabajando?

_ ¿y tú no deberías estar foll@ndo con tu enamorado? ¿Qué ocurre? ¿Ni siquiera te toca, no es así? _ sonrió orgullo de su descubrimiento.

_ ¡Regresará en cualquier momento!_ argumenté al notar como sus ojos me estaban desnudando

_ no llevas nada debajo de eso, ¿no?_ fue una afirmación más que una pregunta, empezó a desabotonar el chaleco y luego la camisa. No quería caer otra vez, no debía dejarme llevar, pero mi cuerpo no estaba de acuerdo