AMANDO EN SECRETO

^^^"Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo”.^^^

^^^Mario Benedetti^^^

En el departamento de relaciones institucionales del Tribunal de Cuentas Europeo, los pasantes celebran que tendrán un rival menos para conseguir el empleo; después de la agresión de ayer contra su directora, es evidente que Sophie Klein está fuera de competencia. No obstante, Samantha Soria no está con su mejor humor el día de hoy, una auditoría se está llevando a cabo y sabe muy bien de quién es la orden.

En la mansión Weber, en un Rolls Royce negro llega el anciano Robert Latouff, con su andar elegante a pesar de ayudarse por un bastón y su aura dominante.

-Papá, ¿Estás bien? ¿Qué te trae por acá?- pregunta Anne, mientras se acerca a abrazarlo.

-Esta no es una visita de cortesía, vine a pedirte ayuda- dice separándose de su hija y adentrándose en la residencia.

Anne asiente y lo hace pasar al estudio para mayor privacidad, una vez tomaron asiento le pregunta - A ver papá ¿Qué es eso que necesitas de mí?

- Le he dado a tu hermano un mes para que me presente una candidata a esposa y el tiempo se le está acabando, por lo que cumplido el plazo estipulado, seré yo quien le escoja una mujer.- Lo dice de manera tan casual, como hablar del clima o disertar sobre negocios.

Anne mira a su padre detenidamente y no ve ni un ápice de duda en su estrategia.

- ¿Mi hermano aceptó esto que me cuentas?- cuestiona incrédula.

- No, pero tendrá que hacerlo, tú únicamente encárgate de preparar una cena para la próxima semana que yo me encargo de la prometida- dice con una sonrisa de satisfacción y se retira dejando a su hija sin palabras.

A la salida, se encuentra a Sophie entrando, ella le saluda cálidamente como es su costumbre, el anciano responde el saludo y sigue su camino.

La chica entra distraída al estudio a colocar en la biblioteca algunos libros que compró, encontrándose con Anne perdida en otro mundo, le habla y la mujer solo reacciona cuando es tomada y balanceada por los hombros.

-Madrina, madrina ¿ocurre algo con el abuelo?.- niega sin pronunciar palabra.

-¿Por qué se encuentra así?- pregunta visiblemente preocupada.

-Mi padre quiere arreglarle un matrimonio a mi hermano - un escalofrío recorre la columna vertebral de la joven y se expande por el resto de su cuerpo, su corazón se acelera y el temor la invade, pero debe mantenerse estoica; no puede permitirse expresar sus sentimientos, no es el momento.

La entrada de Dina y Elliott le dio la oportunidad a Sophie de salir del lugar, debía hablar con Ekrem, sabe cómo funciona lo de los acuerdos matrimoniales en esa sociedad y su mayor temor es que ceda a los designios de su padre; no es un secreto que quien mueve los hilos en esa familia es el viejo Latouff, solo Elliott se había revelado una vez que se graduó en la academia militar, pese a eso, tiene cierta influencia sobre él.

Sin que nadie lo note, sale de la residencia Weber a toda prisa, llama un taxi y espera su llegada, en ese lapso se comunica con Rina, para saber la ubicación de Ekrem. No quiere interrumpir si se encuentra en una reunión importante.

Frente a la mansión, él ya espera por ella, cuando el auto se detiene, le abre la puerta y extiende su mano ayudándola a salir, sin soltarla la atrae a su cuerpo fundiéndose ambos en un abrazo, de repente sin ningún pudor Ekrem toma en sus manos el rostro de Sophie y la besa con urgencia.

-Te extrañé - le susurra sobre sus labios con su voz ronca y sus ojos llenos de deseo.

- También te extrañé, pero entremos, no es por eso que estoy aquí- ella tomándolo de la mano, hasta atravesar el portón.

No muy lejos de allí Samantha presencia la escena completa y el odio cala cada vez más sus huesos.

... Ekrem entre caricias, besos y palabras de amor, logró calmar las angustias de Sophie. En este momento, siente la respiración dominante de su hombre, su abrazo firme y su fuerza mientras acaricia su cabello, un cosquilleo en todo su cuerpo la hace ser consciente de zonas que no sabía que existían.

-Quédate está noche- le dice con la voz llena de todo ese amor y deseo que lleva años reprimiendo.

-No puedo, mi madrina se preocupará- dice apenas con un hilo de voz.

Ekrem toma su teléfono y le marca a Anne quien no responde, luego a Elliott y tampoco contesta. En eso suena el teléfono de Sophie. Le hace una seña al empresario señalando el aparato.

-Si Dina - contesta la chica.- ¿Pasa algo?

-Estamos en el hospital, el abuelo se sintió mal, pero ya está estable, lo dejarán hoy en observación.

- Iremos de inmediato - y colgó.

Cuando la pareja está a punto de salir, se enciende la luz de la pantalla del teléfono del CEO.

-Dime Anne ¿cómo está papá?

- Ya está bien, pero lo monitorearán toda la noche, así que me quedaré con él hasta mañana, ¿puedes localizar a Sophie y acompañarla? El personal de la mansión tiene el día libre y Frank está de viaje.- una sonrisa se dibuja en el rostro del hombre y un brillo de picardía aparece en sus ojos.

- Está bien, la traeré a casa.

Sus labios se curvaron hacia arriba, mientras asentía repetidas veces con la cabeza. Tomó por la cintura a su novia y un brillo travieso adornó su varonil cara, haciendo que aparecieran esos hermosos hoyuelos que Sophie tanto adora.

-Los astros se alinearon para que te quedes.- dijo acercándose como un depredador a su presa.

La chica se siente nerviosa, ruborizada hasta las orejas, asiente con el corazón acelerado, no sabe qué pasará, no tiene ninguna experiencia, es la primera vez que está en una relación a pesar de su edad, porque cuando al fin se sintió interesada por alguien, fue por Samuel con quién no logró más que un acercamiento de amigos.

-Tranquila, hoy no pasará, solo quiero amanecer contigo entre mis brazos- el corazón de ella se regocija, ese ha sido su sueño secreto desde antes de aceptar sus sentimientos por él, quiere saber qué se siente.

Abrazados suben a la habitación, Ekrem con un brillo travieso se adentra al vestidor y de allí sale con una caja que le entrega a Sophie, dentro se encuentra una finísima lencería rojo sangre, con un estilo muy sensual que no llega a la vulgaridad. A estas alturas su rostro no puede subir más de tono.

-Es la primera pieza, para comenzar a convertirlo en nuestro vestidor...

Desde su auto, una mujer tomando directamente de una botella de whisky ve como se van apagando una a una las luces de la mansión, una daga atraviesa su pecho cuando la última habitación se queda en oscuridad.