Natacha La Elegida Del Duque

El duque ese día compartió un largo rato con Patrick y Natacha, luego se dirigió a su casa y decidió hablar con su madre.

Madre del Duque: dime hijo, ¿qué sucede contigo? Hace días que te comportas muy extraño y sé que en algo andas con Javier.

Duque: Doña Carlota, a usted no se le puede engañar.

Madre del Duque: soy tu madre y si yo no te conozco, entonces ¿quién?

Duque: te voy a ser sincero, tú deseas que yo me case al igual que toda la familia. Yo me he resistido hacerlo porque no había ninguna mujer que me interesara realmente; sin embargo, creo que eso ha cambiado.

Madre del Duque: vaya, vaya, mi hijo nunca deja de sorprenderme. ¿Y se puede saber quién es la afortunada?

Duque: es Natacha Anderson.

Madre del Duque: ¿es la muchacha con la cual bailaste el primer baile?

Duque: sí, mamá, es ella. Precisamente para serte sincero, la he visto un par de veces más.

Madre del Duque: hijo, debes tener claro que tú eres alguien importante y antes de formalizar un compromiso, dado tu título, debemos asegurarnos de que ella y su familia cumplan con los requisitos necesarios para ser tu esposa.

Duque: lo más importante no debería ser que nos queramos mutuamente.

Madre del Duque: en tu caso no puede ser así. Eres un noble y tienes cercanía con el rey. Recuerda que tu tío es el rey y tu primo y mejor amigo el príncipe, así que debes cuidar tu imagen no solo por ti, sino también por ellos.

Duque: ¿y esos requisitos cuáles deben ser según tú?

Madre del Duque: primero, que la prometida sea doncella, por supuesto. Eso es algo obvio en toda señorita de bien y que tanto ella como su familia tengan buena reputación y no haberse visto envuelta en escándalos o situaciones ilegales.

Duque: creo que eso no será problema.

Madre del Duque: eso lamentablemente no lo decides tú, sino la familia.

Duque: ese no es mi mayor problema.

Madre del Duque: ¿y cuál es tu problema entonces?

Duque: no sé si yo soy de su agrado y le gusto.

Madre del Duque: ¿qué señorita de buena familia se atrevería a rechazar al duque? Eso es una ofensa muy grande.

Duque: Yo no le he dicho abiertamente mi interés por ella y nunca hemos hablado estando solos nosotros dos solos.

Madre del Duque: Menos mal que has sido prudente. Hay muchas familias interesadas en vincularse con nosotros por nuestra posición social, título y fortuna.

Duque: Madre, ella es una mujer muy diferente. No acostumbra ir a bailes ni a salones de té, no es muy conocida en sociedad, además tiene un trabajo, tiene sus propios ingresos. También tiene buena educación, una mente muy tenaz y una simpatía muy grande.

Madre del Duque: Veo que en verdad te gusta.

Duque: Sí, madre, pero no sé si yo soy de su agrado o no. ¿Cómo debería proceder ahora? Yo quiero que ella esté conmigo, pero no por compromiso sino porque me quiera.

Madre del Duque: Hijo, debes tener cuidado. Si es una mujer especial como tú dices, quizás no se deje cortejar como tú piensas. Sin embargo, recuerda que una señorita que no cuide su honor no la aceptaré en la familia.

Duque: Madre, ella es reservada. Jamás se ha insinuado de manera alguna hacia mí. Por lo mismo, no sé si yo le agrado y no sé cómo abordarla.

Madre del Duque: Vamos a hacer lo siguiente. Yo les enviaré un mensaje invitando a la familia Anderson a cenar en nuestra casa y podré evaluar la situación, conocer a la señorita que te gusta y darte una opinión más certera.

Duque: Madre, solo te pido que la trates con respeto, sobre todo a ella y su familia. Seguramente te gustará mucho.

Madre del Duque: Por supuesto que la trataré con respeto, pero ahora que conozco tus intenciones con ella, debo asegurarme de que hagas una adecuada elección.

En casa de la familia Anderson.

Más tarde, un mensajero llegó a casa de la familia Anderson entregando la invitación para cenar en casa del Duque junto a su familia en tres días más.

La madre de Natacha, al leer el mensaje, empezó a gritar y todos los integrantes de la familia llegaron junto a ella para saber qué le sucedía.

Padre de Natacha: Mujer, tranquilízate. Dime qué te sucede.

Amanda: Madre, habla que me asustas. ¿Qué es lo que pasa?

Madre de Natacha, un mensajero acaba de traer una invitación para toda la familia para cenar en casa del duque junto a su familia.

Amanda, ¿madre hablas en serio?

Madre de Natacha, jamás bromearía con algo así. Tú sabes lo serio que es esta situación, debemos tener mucho cuidado y dar una buena impresión como familia.

Natacha, ¿madre podría yo no asistir a esa cena?

Padre de Natacha, hija creo que justamente tú eres la razón de esta invitación a la casa del duque.

Natacha, ¿qué tengo que ver yo con que nos invitaran a la casa del duque?

Padre de Natacha, el duque solo ha compartido contigo bailes, ha conversado contigo e incluso ha trabajado contigo en tu plantación.

Natacha, es verdad, pero puede ser que a su familia precisamente no le guste que el duque haya trabajado en mi plantación y nos inviten para dar a conocer su molestia.

Madre de Natacha, no creo que sea así, eso sería algo muy irrespetuoso por parte de su familia y la señora Carlota, madre del duque, se caracteriza por ser una mujer muy educada.

Amanda, la razón que sea no me importa, de todas mis amigas y sus familias nunca han sido invitadas a la casa del duque y podré presumir de esto por mucho tiempo.

Padre de Natacha, Natacha quiero hablar a solas contigo en mi escritorio, acompáñame.

Natacha, entendido, padre.