Prisionera Del Desierto

Khalil miraba las fotografías que Moad había conseguido, no entendía que había visto. Por más que mirara las fotos una y otra vez. No lograba descubrir que era, estaba frustrado.

Fue cuando vio al jinete de espaldas que se dio cuenta.

El jinete, en particular ¿era una mujer?. No lograba distinguir su rostro, pero de eso estaba seguro.

- Pensé que había sido bien clara contigo comento Concepción al ver a Guido en la sala de la casa.

- Si estoy aquí es porque aún eres mi socia Concepción y supongo que aún te interesa el negocio respondió Guido.

- Te escucho respondió Concepción sentándose.

- Llego el enviado de un Jeque, Concepción se puso en alerta. Quiere comprar varios caballos.

- ¿Jeque de donde?, respondió Concepción.

- De Raleigh, ni sé donde queda. Pero eso no es lo importante comprará varios caballos y eso nos conviene a ambos. Lo invité al partido de Polo y se vengó a conversar contigo es porque no quiero problemas.

- ¿Estás aquí para pedirme que finja ser tu abnegada esposa?, comento Concepción con sarcasmo.

- Te estoy pidiendo que te comportes a la altura, eres mi socia y el negocio será bueno para ti y tu bastarda.

- Está bien cuenta conmigo para la venta, pero si te metes con mi bastarda como tú la llamas despídete de todo negocio.

Esa noche Concepción le informó a su hija que Guido iría al partido.

-Entonces no iré, no jugaré a la familia feliz después de lo que me hizo respondió Lily.

- No te estoy pidiendo eso, pero si el negocio sale bien será bueno para nosotras. Me pediste que aceptara a Ainara aquí, siempre te he dado todo lo que me has pedido. No te estoy pidiendo que finjas amor por él, solo no seas grosera respondió Concepción.

- Está bien, pero que se mantenga lejos mío y no lo hago por el negocio lo hago únicamente por ti respondió Lily, Concepción abrazo a su hija y le dio un beso en la mejilla.

Lily subió a su dormitorio ahí la esperaba Ainara.

- ¿Debo irme?, pregunto Ainara.

- No, estás loca. Quería pedirme que no fuera grosera con Guido mañana durante el partido. Parece que vino un príncipe a comprar unos caballos respondió Lily sin darle importancia.

- Un príncipe, ¿de dónde?, ¿y como es?, pregunto Ainara entusiasmada.

- No sé, no pregunte respondió Lily.

- Lily como no te interesa, piensa en tu amiga podría convertirme en princesa respondió Ainara.

- Tú no serás princesa serás. La Reina Ainara, dijo Lily colocando una manta sobre el hombro de su amiga como si fuera una capa, mientras hacía todo tipo de reverencias, espero que al menos me lleves de criada respondió Lily.

- Debería analizar tus talentos como criada respondió Ainara, que desfilaba como una reina.

Concepción se dirigía a su habitación cuando un fuerte estruendo, seguido de unas carcajadas llamaron su atención.

Al abrir la puerta de la habitación vio a su hija y a su amiga tiradas en el suelo riéndose como si fueran dos niñas.

- Pensé que habías madurado Lily, ¿están bien?, pregunto Concepción.

- Muy bien respondió Lily entre risas.

- Buenas noches, niñas descansen respondió Concepción.

- Buenas noches, señora respondió Ainara riéndose. Concepción cerró la puerta y se dirigió a su habitación.

- Definitivamente, serás un fracaso como criada, donde has visto que derriben a la reina comento Ainara. Lily seguía riéndose.

A la mañana siguiente Khalil leía unos mails mientras desayunaba.

Tenía asuntos de estados que atender, aunque lo que más quería era terminar con ese asunto.

- Yassir tendré que viajar a New York, en cuanto regresemos a Buenos Aires me iré y tú te quedaras al frente de la investigación.

- Como ordene señor. ¿Hablará hoy con la señora Belluscio?, pregunto Yassir.

- Todavía no lo decido, pero quiero que estés atento a la foto, si ves aparecer a esta persona quiero saber ¿quién es?, comento Khalil señalando.

- Estaré atento, señor iré a preparar todo para irnos con su permiso dijo Yassir haciendo una reverencia.

En cuanto termino de responder sus mensajes, Khalil fue a prepararse para salir.

Lily y Ainara ya estaban listas para salir , vestida con un sencillo vestido rojo largo vaporoso ajustado en la cintura, lo acompaño con unas sandalias de tacón bajo, un sombrerito "boater hat" el cual adorno un broche de libélula, para darle un toque más cool.

Ainara había escogido un vestido corto blando acompañado por un sombrero blanco, Lily al igual que otras veces había sido muy generosa con ella y le había prestado algunas joyas también.

-¿Pensé que participarías del partido?, pregunto Concepción.

- Es la idea, llevo mi equipo, pero aún no me decido respondió Lily.

En cuanto llegaron ellas se ubicaron en su lugar de siempre, Lily vio a Guido dirigirse hacia ellas.

Lily se puso de pie y se dirigió a la zona de vestuarios.

Khalil se dirigía hacia la zona donde le indicaron se sentaría la familia Belluscio, cuando una mujer vestida de rojo pasó delante de él, no pudo evitar mirarla tenía una forma de contonear su cuerpo.

Que se quedó parado mirando hacia donde iba.

Yassir siguió caminando cuando noto que el príncipe Khalil había quedado atrás, los jinetes comenzaron a pasar cuando él recordó su misión debía buscar a un jinete en particular, se dirigió a la zona del campo y comenzó a mirar a los diferentes jinetes, fue custodia vio a Guido Belluscio saludando a una mujer, la volvió a mirar y estaba casi seguro de que era…

Yassir salió corriendo a buscar a su jefe,

- Señor, Señor, su alte...

- Yassir que te he dicho, lo regaño Khalil.

- Lo siento señor, pero es ella señor es ella. El señor Belluscio está con ella señor, por favor venga conmigo.

- Yassir cálmate, has visto a un fantasma no logro entender nada.

- No señor, está bien viva, pero es ella la señora Montero está con Belluscio respondió Yassir. Khalil se quedó impactado.

— Estás bromeando Yassir?, comento Khalil mientras caminaba junto a él.

- No bromearía con algo así señor, allí está el señor Belluscio respondió Yassir. A medida que se iba acercando Khalil comenzó a ver a la mujer, tenía el color de cabello cambiado, vestía diferente. Pero sin duda alguna era Nadia Montero, estaba impresionado, pero más impresionado quedó cuando vio que ella le tocaba el brazo a una joven de manera afectuosa.

Vestida de blanco, pelo castaño la joven sonreía. Guido Belluscio le sonreía a medida que él se iba acercando.

- Señor Asghar bienvenido dijo Guido mientras estrechaba su mano, permítame presentarle a mi esposa Concepción Belluscio dijo Guido.

- Es un placer conocer la señora Belluscio respondió Khalil estrechando la mano de la mujer.

- El placer es mío señor Asghar.Ella es Ainara dijo Concepción.

- ¡Ainara!, un gusto dijo él estrechando su mano mientras la miraba con interés.

- Bienvenido respondió Ainara algo incomoda por su mirada, en cuanto Khalil la miro a los ojos, ella desvio la mirada.

- ¿Espero que Neuquén este siendo de su agrado?, comento Concepción.

- Lo es, es un lugar maravilloso y tan diferente a mi país respondió Khalil.

- ¿Su pais se encuentra en medio oriente ?, pregunto ella.

- Así es señora Belluscio, ¿ha estado alguna vez allí?, pregunto Khalil.

- No jamás, lo más lejos que he ido es a Punta del Está en viajes familiares respondió ella.

Khalil supo de inmediato que mentía, sabía perfectamente que ella había estado en Durham, al menos en una oportunidad para el casamiento de su hermana.

- Es un lugar magnífico, le encantaría.

- Ahí viene exclamó Ainara mirando con entusiasmo el campo.

Khalil se acercó a Guido, para mirar los ejemplares.

- ¿Cuántos años tiene su hija?, pregunto Khalil.

Guido lo miro desconcertado en que momento se había cruzado con Liliana.

- Mi hija tiene veintitrés años, es una gran amante de los caballos, pronto será la veterinaria principal de nuestro establo comento Guido.

Khalil miro a Ainara, ella lo estaba mirando, pero en cuanto él la miro ella desvió la mirada. ¿Sería esa mujer, su futura esposa?, era bonita de curvas generosas, algo vergonzosa.

Khalil se fue a sentar cerca de Ainara, el partido de Polo había comenzado, pero Khalil no tenía interés en eso. Estaba mirando a Ainara, cuando noto la cadena que llevaba colgada de su cuello. La reconoció de inmediato, cuantas veces había visto esa misma cadena en el cuello de Mariana Al-Halabi durante ese viaje a Londres, en el retrato que Malek tenía en su oficina.

En cuanto el partido Khalil se puso de pie busco a Yassir.

- ¿Tomaron fotografías?, pregunto Khalil.

- Si señor, respondió Yassir.

- Quiero que órdenes que alguien siga a la señora Belluscio, no quiero que la pierdan de vista ordenó Khalil.

- Enseguida señor respondió Yassir.