PROHIBIDO AMARTE

Narra Alex

Al día siguiente de la partida de papa, me encargue personalmente de ayudar a Samanta con su trabajo sin que ella se enterara, le ayude a conseguir la organización logística de la tarima, el sonido, las luces, las sillas y mesas, los meseros y más. Con lo que ella no contaba era que no todo lo obtendría gratis, le pedí al gerente que facturara a nombre de la compañía del tal Hugo, toda la alimentación y lo que hayan consumido en las habitaciones y en las instalaciones del hotel, no entiendo porque quiere todo gratis, si su jefe gana buen dinero, o será que tal vez ella y el tal Hugo tienen algún tipo de relación, de solo pensarlo me da un poco de ira, no sé cuál sea el motivo de este sentimiento si ni siquiera conozco al tal diseñador, que por cierto nunca ha dado la cara en los escenarios, ahora que lo pienso bien, Samanta tampoco se ha mostrado en ningún lugar como su asistente, la persona que siempre da las entrevistas es Elena, por ende todos creen que es ella la que organiza todo, con este último pensamiento compruebo mi teoría, quien la viera con ese temperamento tan impetuoso y le gusta buscar beneficios a través del s3x0.

Después de ultimar detalles con las personas del hotel que están dispuestas para el desfile, salgo directo para la casa donde de inmediato me cambio para ir hacer mi rutina de ejercicios, esta vez deseo golpear todo lo que se me atraviese, por ende decido entrenar box, me pongo mis guantes y comienzo a golpear con fuerza el saco, como si llevara un demonio dentro que quisiera exorcizar. Sin esperarlo, llega samanta con sus ojos llenos de furia

- Maldito Hij* d* put* como te atreves – me grita la muy condenada y yo la miro con una sonrisa, para demostrarle que sus palabras no me afectan

- ¿ahora qué? – le pregunto sin entender

- ¿Porque me llego una factura del hotel cobrando una suma exorbitante por la alimentación? – me pregunta

- Pues creo que es claro – le respondo dando la espalada para dejarla sola y ella se acerca

- Estoy harta de ti, de tu maldita actitud, cuando entenderás que tú no eres más que una sanguijuela en esta familia, ni a bastardo llegas – me grita al tiempo que se acerca para golpearme, eso me enfurece, ni que fuera ella la que paga

- Maldita niña estúpida, que crees, que te lo daríamos todo gratis – le grito y ella me golpea con más fuerza, quito mis guantes para atajar sus golpes, que aunque no duelen si me enojan

- Tú no tienes derecho a nada, además el abuelo ya me había dado la autorización del hotel – me grita y veo como se ensanchan las venas de su cuello

- Solo hablaron del hospedaje, pero en ningún momento de lo demás – le digo con desinterés de su molestia

- Porque no te mueres de una vez desgraciado – me grita lanzándome un golpe en la cara que logró esquivar agarrando su mano en el aire, la empujo con fuerza y cae al suelo

- Quieres golpearme, pues ven acá – la reto mostrando mi cara – dame con todo lo que tengas, pero te advierto que si no logras darme aunque sea un golpe que logre noquearme, pues cobrare hasta las habitaciones – la reto con furia y veo como sus ojos se vuelven rojos de la ira

Me lanza varios golpes descoordinados que logró esquivar con facilidad, puedo ver el odio en su mirada y en la fuerza que ejerce para golpearme, el sudor de su cuerpo por el ejercicio se hace más evidente, tanto que su camisa se ajusta a sus pechos y puedo notar que no trae sostén, solo un top lo suficientemente trasparente como para dejar ver el color de sus pez0n*es, cuando la veo respirar con dificultad por el agotamiento le doy un pequeño golpe en su vientre y ella cae al suelo, pero al ver que se dispone a levantarse de nuevo para la pelea, me monto encima de ella poniendo mis piernas alrededor de su cintura y de esta manera inmovilizar sus piernas, veo que me va a dar un golpe con sus manos así que las tomo con una de las mías y la inmovilizo por completo, veo como hiperventila, sus hermosos senos suben y bajan en una danza que me excitan, bajo mi rostros hasta pegarlo al de ella, veo sus ojos fijarme en los míos con ira y sorpresa, pero eso más me excita, me la imagino de rodillas complaciéndome y con esos hermosos ojos fijándose en mi deleite, esos pensamiento me enciende más y una erección se hace notoria.

- Te dije que no me volvieras a insultar porque si no te castigaría, ahora lo has hecho y lo pagaras – le susurro

Acerco mis labios a los suyos y paso mi lengua por el borde de su delicada boca y me dispongo a besarla con deseo, abro mi boca y la obligo abrir la de ella que forcejea para zafarse, pero no la dejo, introduzco mi lengua para recorrer cada parte de ese delicioso interior, ese beso salvaje me enciende y aunque siento que ella no se deja llevar no puedo parar, comienzo a bajar por su cuello mientras que con mi mano libre acaricio sus pechos por encima de su ropa sudada, no sé en qué momento me descuido tanto que ella logra golpear mis partes más sensibles con su rodilla, caigo al suelo del dolor y poniendo mis manos en mi pen* para menguar el dolor.

- Eres un imbécil, jamás me fijaría en una escoria como tú, nunca se te vuelva a ocurrir acercárteme – me dice

Se aleja de mí, pero retrocede un poco, se agacha a una distancia moderada para observarme derrotado y luego sale del gimnasio con una sonrisa triunfal mientras me deja con este dolor que hizo que mi dureza se bajara de inmediato.

Después de unos cuantos minutos logró recuperar mi fuerza, voy a mi habitación, me doy una ducha aun adolorido, me acuesto a dormir.