EL AMOR DE SEBASTIÁN

No muy lejos un hombre de mediana edad observa toda la conmoción, preocupado por la reacción de su hijo va corriendo junto a él, pues su plan no salió como lo había pensado, ahora debía buscar otra manera de hacer que aquella muchacha de cabellos dorados caiga en la trampa del matrimonio.

Por otro lado, Sebastián prepara todo para su mudanza a casa de sus padres, mientras que su secretario prepara todo para la ceremonia matrimonial, claro que deben tomar cierto detalle y eso eran sus padres..

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Sebastián - ¡Padre! ¿Cómo estás?, ¿cuándo regresan de su viaje?

Diego - Hola hijo- ¿Sucede algo? - Me sorprende tu llamada.

Sebastián - Bueno quería comunicarles que me voy a casar en unos días y me.........

Diego - ¿Que has dicho?......

Sebastián - Que al fin encontré a la mujer que he buscado desde hace mucho tiempo y me voy a casar con ella..

Diego - ...........................

Sebastián - Papá sé que es repentino, pero algún día enteras mis razones para hacerlo.

Diego - Tu madre....... Esta misma noche viajamos a casa, deberíamos hablar antes de nada.

Sebastián - Digan lo que digan, nada hará que cambien de parecer, ahora te dejo y no falten a mi boda.

Diego - Bien, nos vemos en casa, adiós.

Cuelgan la llamada..

Sabiendo el carácter de sus padres, no se siente preocupado.

Por otro lado, la abuela de Akira la regaña por haber humillado así a un hombre que está dispuesto a ayudarlas.

Abuela Maria - Hija, no entiendo tus razones para hacer lo que hiciste, pero si sé que gracias a eso no volveremos a ver a tus hermanos - llorando.

Akira - Abuelita, te aseguro que mañana mis hermanos estarán de regreso.

- Limpiándole las lágrimas.

Abuela Maria - Dios te escuché mi niña - pero...... como harás que vuelvan si no te has casado mi niña.

Akira - Bueno pues...... me voy a casar.

Abuela Maria - ¡Que! - Sorprendida- ¿Con quién? ¡De donde salió este novio tan repentino.!

Akira - Eso no importa abuelita, lo que importa es que pronto mis hermanos volverán.

Después esa plática, toma su nuevo teléfono y marca el único número que se había registrado.

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Akira - ¿podemos casarnos ya? - lo dice sin esperar a que la persona al otro lado de la línea responda.

Sebastián - ¿Estás segura? No quiero que te sientas presionada...

Akira - Claro que no - Con lágrimas en los ojos - Necesito hacerlo ahora mismo.

Sebastián - Mañana a primera hora te parece si nos vemos en el registro civil?

Akira - De acuerdo, entonces hasta mañana.

Sebastián - Espera.... ¿Te sientes bien?

Akira - No, pero mañana estaré mucho mejor... que descanses.

Sin esperar a una respuesta corta la llamada.

El intranquilo corazón de Sebastián se agitó al pensar que algo malo le sucedía o solo era por la presión que está sintiendo.

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Sebastián - Quiero que averigües que paso después de haber dejado a Akira en su casa.

Cuelga la llamada..

En menos de media hora ya había recibido un informe detallado de todo lo que había sucedido en aquella aldea.

"Así que te atreviste a proponerle matrimonio a mi mujer"

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Sebastián - Ve por mi futura esposa a su casa y entrégale el regalo que te encargue, procura que llegue antes de las 9 al registro civil.

Eloy - Como digas, y en cuanto a sus hermanos ¿que piensas hacer con ellos?

Sebastián - Ve por ellos y llévalos a la recepción, luego has que alguien consiga una nueva casa para su familia, no quiero que vuelvan a ese lugar.

Eloy - Como orden jefe.

Fin de la llamada.

Esa noche ninguno de los dos pudo dormir, los nervios, la alegría y la tristeza todas juntas en una, pues lo que estaban a punto de hacer no solo unirían sus vidas, sino que también sería una ventana abierta a todas las pruebas que esta les pondrá y de donde solo el amor triunfaría.

Al siguiente día...

Tal y como había sido la orden, muy temprano el coche nupcial se estaciona en medio de la gran aldea, llamando la atención de todos los presentes, incluso de una mujer que le brillaron los ojos de celos y codicia.

En medio de la muchedumbre chismosa, Akira y su abuela abordan el coche y se dirigen a un hotel donde se llevara a cabo la pequeña celebración, que para sorpresa de ella es el mismo hotel que está rodeando el bosque del que solo lo separa un muro de concreto.

En casa de los padres de Sebastián, una madre que grita por la inesperada sorpresa.

Valentina - ¿CASARTE? ¿TE VOLVISTE LOCO? NO PUEDES HACERLO.- dando vueltas por el despacho-

Sebastián - Mamá deja de gritar que ya no soy un niño, he tomando una decisión y nadie me va a detener.

Valentina - Es que no puedes casarte hijo, es tan repentina tu desicion que no puedo aceptar que mi pequeño quiera contraer matrimonio.

Sebastián - Dame una razón para no hacerlo madre ¿Acaso tu no te cásaste con mi padre por alguna razón?

Valentina - Es totalmente distinto... ¿Dime quien es la mujer que me esta arrebatando a mi hijo?

Diego - Cariño creo que estas exagerando, nuestro pequeño Taz a crecido y tiene la suficiente capacidad para tomar sus propias decisiones, será mejor que lo dejes en paz y aceptes que nuestro hijo pronto nos dará nietos.

Valentina - ¿Que?.................. - Y se desmaya-

Sebastián - ¡Mamá!.... ¡Papá como pudiste decirle eso! ¿No sabes lo sensible que es mi madre?

Diego - La llevaré a la habitación, - tú ve a prepararte, - no debes llegar tarde a tu boda, - yo me ocuparé de tu madre, - ya se le pasará...

Sebastián - De acuerdo Papá, - A las 9 será la ceremonia, ya toda la familia está avisada, los espero allá.

Con nervios a flor de piel bien disimulado, llega al registro civil donde espera paciencientemente a su futura esposa.