Dylan, El Hijo De La Otra

Mientras los tres compañeros de Mario sujetaban a Dylan para que este no se moviera. Mario como se lo había advertido anteriormente acercó la navaja hacia la comisura de los labios del chico con las intenciones de cortarlo.

Sin embargo, antes de hacer algo que le desgraciaría la vida al chico se escuchó un grito.

— ¡SUÉLTENLO!.—

Era la voz de Brandon quien corría desesperado hacia ellos con el teléfono en la mano mientras les tomaba fotografías.

Los pandilleros al ver los flashes del teléfono soltaron a Dylan y de inmediato se cubrieron el rostro para no poder ser reconocidos.

— ¡Eh llamado a la policía y ahora con estas pruebas todos ustedes irán a la cárcel!.— Los amenaza Brandon empujando a Mario y cubriendo a Dylan con su cuerpo quien lentamente se pone de pie.

Aunque el hombre sentía que le temblaba hasta el alma se hacía el duro y trataba de soñar fuerte para que los pandilleros no se les acercaran.

— Los conozco a todos y cada uno de ustedes, así que dejen en paz a Dylan o yo mismo llevaré a la policía hasta su casa aunque tu padre sea mi amigo de años Kevin.— Se dirige hacia el chico que acompaña a Mario el cual se sorprende mucho.

— Lo siento no volverá a pasar.— Le dice el chico nervioso y temeroso para después salir corriendo.

— ¡Maldita gallina!.— Exclama furioso Mario viendo al chico que corre por la calle.

De pronto a lo lejos se escucharon las sirenas de la policía lo que provocó que los amigos de Mario y él mismo, salieran corriendo, claro no sin antes voltear a ver a Dylan con una mirada fulminante.

Brandon al ver que estaban lo suficientemente lejos se dió la media vuelta hacia Dylan quien los miraba furioso.

— Son unos cobardes, ni siquiera tuve tiempo de llamar a la policía y ve como corren despavoridos.— Le dice Brandon soltando un suspiro de molestia dejando al chico sorprendido por su hazaña.

— Vamos a tu casa a limpiar esa herida antes de que se te infecte.— Le pide el hombre recogiendo la mochila del piso.— A estas horas ya no hay autobús para ir a poner una denuncia en su contra, pero con las fotografías como pruebas mañana lo haremos y...—

— Yo no quiero hacer eso.— Le dice el chico rápidamente.

— Dylan eso sería lo mejor, siempre te molestan y mira hoy a qué punto han llegado, eso no se puede quedar así.— Trata de convencerlo en ir a poner una denuncia.

El chico mira fijamente a Brandon y en un tono serio y frío le dice decidido.

— Claro que no se va a quedar así porque yo mismo me encargaré de darles una lección con mis propias manos.—

Brandon al ver el rostro desencajado y decidido del chico al que a conocido desde siempre, ya no le dijo nada para no molestarlo aún más.

Pensó que tal vez cuando se le enfriara la cabeza pensaría las cosas bien y sería el mismo joven carismático y amable que suele ser, por lo que solo se limito a acompañarlo hasta su casa donde su madre al verlo lo abrazó y comenzó a llorar de la impotencia que sentía.

— Madre no llores estoy bien.— La trata de consolar el chico abrazándola fuerte.— Además el pelo me crece muy rápido verás que en un par de semanas estará largo nuevamente.— Le dice soltando una pequeña sonrisa para hacer sentir mejor a su madre la cual sigue llorando desconsolada en sus brazos.

Cuando al fin logro consolar a su madre y de que esta junto a Brandon le desinfectaran la herida de la mejilla, que para suerte de Dylan solo era un rasguño, el chico ceno junto a ellos haciendo de cuenta que nada había pasado y después se fue a su habitación a tratar de dormir.

Por la noche casi no pudo dormir pensando en alguna forma de hacerles saber a esos chicos que jamás se vuelvan a meter con él.

Sabía perfectamente que tenía que hacer algo definitivo o sino tal vez la próxima vez su madre lo tenía que ir a reconocer a una morgue y eso jamás lo iba a permitir y no por que tuviera miedo sino por que no quería que su madre sufriera.

Al otro día después de despedirse de su madre y de que esta le dijera que lo esperaría en la parada del autobús para traerlo de regreso a casa, Dylan se fue directo al café a encontrarse con Edward como últimamente lo hacia.

El anciano que ya estaba en la cafetería al ver entrar al joven a esta se puso tan rápido de pie que le provocó un pequeño mareo.

— Señor.—

Intenta ir en su ayuda Logan quien está en la mesa tracera pero el anciano le hace seña de que se quede en su lugar al ver que Dylan viene rápido hacia él y Logan al ver al chico supo de inmediato porque el anciano estaba así.

— ¿Edward se siente bien?.— Le pregunta preocupado Dylan acercándose al anciano mientras lo toma del brazo para ayudarlo a sentar.— ¿Qué le paso?.—

— Eso es lo que yo te debería preguntar a tí.— Le dice el anciano mirando la vandita en su mejilla y el pelo corto.

— Oh… Esto…— Dice el chico nervioso tocándose un poco su pelo el cual le quedó al ras de la nuca.

— Deja de darle tanta vuelta y dime qué pasó— Le dice molesto el anciano.

El chico soltó un suspiro pesado y mientras tomaba asiento frente al anciano comenzó a platicarle que había tenido una pelea con un chico y que había sido algo sin importancia.

El chico le platicaba con una sonrisa como si no le importara.

El anciano lo escuchaba y sabía que esa pelea tuvo que ser muy seria para el chico estuviera así, ya que anteriormente lo había visto pelear y para nada creía lo que le estaba diciendo Dylan.

Aún así no dijo nada y solo siguió escuchando la versión que le daba el chico.

Luego como todas las mañanas pidieron su café americano con un toque de vainilla, unos panqueques y desayunaron mientras conversaban cosas de la vida.

Entonces cuando se llegó la hora de que Dylan se fuera a la universidad, Edward con una cara super seria volteo a ver a Logan.

— ¿Señor necesita que investigue lo qué pasó?.— Pregunta Logan al conocer perfectamente a su jefe.

— Consígueme todos los videos de seguridad cercanos a donde fue agredido Dylan. Además quiero los nombres de todos y cada uno de los involucrados. ¡Les enseñaré a no volver a meterse jamás con mi nieto!.— Exclamo el anciano furioso.

^^^Continuará…^^^

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