Las Piezas De Un Rompecabezas

Cuando abrí los ojos tenía una pequeña cajita en mis manos, no sabía que era, así que la abrí, me quedé algo sorprendido con el contenido, eran dos pequeños anillos, parecían de plata por dentro tenían nuestras iniciales, justo en ese momento mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, estaba tan conmovido que de pronto se me salió.

Rodrigo.- Te amo.

Sergei se quedo pasmado ante mis palabras, pero salió rápido de su asombro, coloco sus manos a ambos lados de mi cara y me beso repetidas veces y entre cada una de ellas me decía cuanto me amaba.

Sergei.- Te Amo…..(Beso) Te Amo…..(Beso) Te Amo…..(Beso) Te Amo…..(Beso)

Yo solo soltaba risitas entre beso y beso, realmente amaba a este Ruso grandulón y romántico, que poco a poco se gano mi corazón. Después de las repetidas muestras de amor, Sergei tomo un de los anillos y me lo coloco.

Sergei.- Esta es una pequeña muestra de mi amor, realmente me gustaría pasar el resto de mi vida contigo, sé que aun somos jóvenes, pero este anillo es una promesa que te hago, algún día lo cambiare por uno de bodas.

Rodrigo.- Te Amo Sergei, y créeme que a mi también me encantaría pasar el resto de mi vida contigo.

Sergei.- Me haces muy feliz y créeme que no te vas a arrepentir de tu decisión.

En ese momento bese nuevamente a mi grandulón, entonces tome el anillo que aun estaba en la cajita, se lo coloque y después lo volví a besar.

Los besos tiernos en algún punto se perdieron y comenzaron a tomar otro rumbo, eran cada vez mas apasionados, mas necesitados el uno del otro, pero yo aun tenia miedo de continuar, sabia que lo amaba, de eso no tenia duda, y sabia que el me cuidaría pero aun así, necesitaba algo mas de tiempo.

Sergei.- Solo déjate llevar, no pienses.

Rodrigo.- Ok.

Parecía que habia adivinado mis pensamientos, sus palabras me reconfortaron y me dieron el impulso necesario para continuar con nuestra noche de amor.

Sergei me besaba los labios, el cuello, el lóbulo de la oreja, y yo solo reprimía mis gemidos.

Sergei.- Dejame escucharte cariño, no te reprimas.

Justo cuando íbamos a continuar escuche el sonido de la puerta, alguien estaba entrando a casa, rápidamente me arregle la ropa y le indique a Sergei que hiciera lo mismo, camine al pasillo para ver quien era y me lleve una grata sorpresa.

Rodrigo.- Papá.

Corrí a los brazos de mi padre, hace casi un año que no lo veía, habíamos estado platicando constantemente pero justo en este momento habia algo que recordé no le habia dicho, y eso era lo concerniente con el Ruso grandulón al que llamo novio.

Santiago.- Mi querido hijo, te extrañe.

Rodrigo.- Te quedarás.

Santiago.- solo un par de días, me los dieron de licencia, debo regresar el domingo.

Rodrigo.- Entonces estarás aquí para mi cumpleaños.

Santiago.- Claro, no me lo perdería por nada del mundo, mi niño cumple 20 años, claro que voy a esta aquí.

Rodrigo.- Gracias pa.

Santiago.- Y Raul, seguramente esta echado en frente de mi televisor.

Rodrigo.- No pa, el esta en su casa, de hecho estoy con mi novio.

Santiago.- A con tu novio, ok, ¿Que? Espera que dijiste.

Rodrigo.- Ven pa, te lo quiero presentar.

Lleve a mi papá a la sala en donde se encontraba un Sergei bastante nervioso, me acerque a el y lo abrace para darle algo de ánimos.

Rodrigo.- Papá, el es Sergei, mi novio. Sergei, el es mi papá.

Santiago.- Mucho Gusto, Soy Santiago.

Sergei.- Mucho gusto señor.

Satiago.- Ruso, ¿cierto?

Sergei.- Así es señor.

Santiago.- Gracias por cuidar de mi niño, se que tal vez sea algo complicado pero lo noto muy feliz y eso me hace feliz.

Sergei.- El es una persona maravillosa que me enamoro desde el primer instante en el que cruce la puerta del salón.

Rodrigo.- Y tu eres un romántico empedernido que se gano mi corazón.

Santiago.- Auch, dejen de comer pan enfrente de los pobres,

Sergei, Rodrigo.- Jajajajaja

Santiago.- Hablando de pan, huele a lasaña, aun queda algo para tu viejo.

Rodrigo.- Claro papá, ven.

Cuando mi papá vio toda la decoración se quedo mudo de la sorpresa, pero después dijo.

Santiago.- Creo que les arruiné la velada.

Rodrigo.- No papá, estamos felices de que estés aquí, así te puedo contar algo más.

Santiago.- Dime.

Rodrigo.- Hoy es nuestro aniversario. Llevamos 6 meses juntos y mira el regalo que me dio.

Santiago.- Dios, pero aun son muy jóvenes

Sergei.- Tranquilo señor, le di ese aniño como promesa de que en algún momento tendrá uno mejor en su dedo, yo lo amo y quiero pasar el resto de mi vida con el.

Santiago.- Pues en vista de que están decididos, y veo que ambos se hacen muy felices mutuamente no me puedo oponer, Sergei, tienes mi consentimiento y mi bendición para que estén juntos el resto de sus días.

Rodrigo.- Gracias papá.

Sergei.- En verdad se lo agradezco mucho.

Mis lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, estaba tan conmovido y realmente feliz, no podía pedir un papa mejor, el resto de la velada la pasamos los 3 juntos viendo películas y

platicando también, cuando nos dimos cuenta ya era muy tarde.

Santiago.- Sergei, lamento mucho decirte esto.

Sergei.- Lo se señor me tengo que ir es tarde.

Santiago.- No lo que te iba a decir es que lamento decirte que tendrás que quedarte, porque no permitiré que salgas a estas horas de la noche, es peligroso.

Sergei.- En verdad, Gracias.

Santiago.- Hijos vayan a descansar.

Rodrigo.- Pa-papá. (rojo como tomate)

Santiago.- Hay hijo, no nací ayer y sé que posiblemente este chico se ha quedado varias veces en casa, no es así.

Sergei.- Le prometo que siempre he respetado a su hijo, el es muy importante para mi, nunca haría nada que el no quisiera.

Santiago.- Lo se, no te preocupes, ahora vayan a dormir.

No lo pude soportara más, como podía existir un padre tan comprensivo, así que me lancé a sus brazos, estaba realmente feliz.