EL TIRANO DEL IMPERIO QUIERE CASARSE CONMIGO

El Barón miró a su hija quien le sonrió alegremente para decirle.

-Hija ¿por qué tienes esperando al Duque? - la mira deje la taza

-Eso... - ríe - es porque en ningún momento aviso de su visita, y tampoco tomo en cuenta si quería recibirlo - frunce sus cejas - además de que no sé que busca, ya que me negué al matrimonio con él

El padre de la joven la miró y sonrió.

-Bien, pues entonces que espere…

Desde que la joven llegó a ese tiempo y a ese lugar había notado lo voluble que eran sus padres con ella, pero aun si siempre eran estrictos en cierta manera, pero siempre mostraban su amor a ella, lo que la hacía sentir un poco mal, ya que ella no era su verdadera hija.

Mientras tanto en el palacio imperial, en una habitación muy lujosa entraba el mayordomo quien se detuvo antes de llegar a la cama, para hablar con una voz sería y algo cansada.

-Majestad debe prepararse pues la reunión será en unas horas… - menciona el cansado mayordomo para ver levantarse al hombre que con una mirada aterradora y sonrisa de burla, dijo.

-Oliver, que saquen esta basura de mi habitación y manda a quemar todo lo que toco con sus manos

Menciona este para pasar a un lado del mayordomo qué lo miro con sorpresa al notar su espada manchada de sangre por lo que se acercó a la cama notando a la joven desvestida y muestra que estaba en la cama de su majestad.

-¿pero?..

Alcanza a decir el anciano para ver al joven con esos ojos rojos que lo miraban atentamente, para escucharlo decir de nuevo.

-Mándala a la casa del marqués, y dile que si hija cometió traición por lo que la mate con mis propias manos y así será con todas las hijas de esos bastardos que quieran buscarme esposa.

De la frente del mayordomo se notaba como el sudor corría, bajando hasta su cuello para responderle.

-Entendió su majestad.

Dijo para verlo salir, al igual que él, quien miro a la criada, que al ver la escena por poco grita, pero este cubrió su boca y dijo.

- No grites, sabes como su majestad, ve por las demás y limpien esto, yo iré por unos guardias, para sacar el cuerpo.

Oliver quien era el mayordomo del palacio, salió en busca de los guardias para realizar lo que su majestad pidió, pero mientras caminaba por los pasillos pensaba, como es que ese muchacho se hizo tan despiadado, si él estuvo con él desde que nació, después de la. Muerte de los emperadores y ahora que el mismo es el emperador, este salió de su pensamiento para verlo en el jardín del palacio practicando con su espada y soltar un suspiro y seguir con su camino.

Regresando a la mansión del Barón Grandt, este ya estaba listo para la reunión como cada principio de semana, así que paso por su sala observando que el duque ya se había marcado al no ser recibido por su hija, este camina hasta donde está su esposa, quien le da un beso en la mejilla.

-Ya de iras - dice Matilde para despedir a su esposo

-Si, pero donde esta Tesis-observa buscando a su hija

-En el carruaje dice que le habías prometido ir a conocer el palacio imperial. - responde la madre de la joven acomodando la ropa de su esposo

-Es verdad, es peor que no se aburra… - ríe - y espero que no sea porque ya mato a alguien más…

La esposa de este sentía lástima pues el emperador siempre en cada reunión anunciaba que ya había matado a una joven, por lo que todos tenían miedo de presentar a sus hijas, pero otros las mandaban al propio matadero.

Al terminar de despedirse de su mujer el Barón salió de su mansión pasa subir al carruaje, en donde miro a su hija algo aburrida mirando por la ventana, por lo que dio la orden de partir al palacio imperial.

El emperador quien ya estaba listo para la reunión decidió tomar aire antes de que esos aristócratas lo hiciera enojar, este miro la fuente en el jardín para soltar un suspiro y con esos hermosos ojos rojos observaba cada detalle de ese lugar, para empezar a escuchar como llegaban los carruajes, a pesar de estar casi del otro lado del palacio.

Tess miro lo grande que era el palacio imperial pasa ser ayudada por su padre para bajar del carruaje, ambos fueron recibidos por el mayordomo qué notaba a la joven cita de tez clara, ojos grandes y del mismo color que las esmeraldas, quien lo saludo con educación para mirar a su padre ysonreírlee, para el mayordomo era una presión muy grande pues pensaba que el Barón presentaría su hija al Emperador y sería peligroso.

El Barón caminó junto a su hija, hasta llegar a la entrada del jardín imperial donde le dijo.

-No te acerques a donde la reunión se dará, y si vez al Emperador no te interponga en su camino, si puedes corre.

La joven estaba confundida con lo dicho por su padre para verle marchar y ella sentarse en una banca en ese jardín, mientras sacaba un libro.

-Veamos donde me quedé..

Dijo sin notar quien estaba no muy lejos de ahí que por alguna razón no la miró y se retiró para ir a escuchar las quejas de los aristocratas.