Romina una mujer que se enfrenta a un cambio en su vida después de un accidente que la deja postrada en una sillas de ruedas busca venganza del culpable que le arrebató todo llegando a los límites para recuperar lo que un día le perteneció sin medir consecuencias.
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Un mal presagio.
Después de un corto viaje que parecía eterno para lautaro por fin llega a su mansión.
- Maldita lluvia no quiere parar.
Ayuda a bajar con cuidado a Lucía quien no paraba de temblar.
- Es increíble que ni una toalla te ofrecieran.
Lautaro estaba furioso con todo lo sucedido, definitivamente hoy era un día de mierda para él.
- Señora Lila por favor llévala a que tome un baño caliente y luego dele sopa. Ha pasado mucho frío.
- Como ordene joven.
- NO Lautaro, primero dime que está pasando, puedo ayudarte en algo.
- Lo mejor que puedes hacer es cuidar de tu salud Lucia.
Le deja un cálido beso en la frente y luego se va a su despacho.
- Señorita escuché al joven por favor.
- Está bien vamos. Gracias, Lila.
Lautaro comienza a revisar todos los archivos de los últimos años buscando una solucion.
Cómo puede ser posible que Romina ahora posea el 60% de mi compañía cuando inicialmente su familia solo tenía un 10.
Maldita sea porque justo ahora vuelve y de adonde sacó esa absurda idea de querer casarse conmigo, es que acaso todavía culpa a mi familia de aquel maldito accidente.
Lautaro no podía evitar comenzar a tomar sin control. La situación era demasiado complicada, pero como podía aceptar casarse con ella y menos después de escucharla decir que era para verlo sufrir bajo el mismo techo.
Ja lo lamento querida Romina, pero no te puedo dar el gusto que tanto deseas ver. Ahora necesito recuperas ese 20%, no me será de mucha ayuda, pero es mejor un 40/60 a un 80/20.
Mientras tanto Romina se sentía muy tranquila cenando en completo silencio. Después de todo no había nada que Lautaro Andreani pudiera hacer contra ella.
- Romi aquí está la información de esa chiquilla que acompañó a Lautaro hoy.
- ¿Quién es ella tía?
- Todo indica que es una protegida de él.
_ ¿Protegida o una pequeña amante?
- Aquí dice que se conocieron hace 3 años atrás. Tal parece que Lautaro casi la atropella después de eso la ha mantenido a su lado todo el tiempo.
Primero como sirvienta y luego como su asistente personal.
Pero no hay indicios de que sea su amante.
- Si es una pequeña amante o no eso no me importa siempre y cuando no estorbe en mis planes, no es de mi incumbencia saber bajo qué faldas mete su cabeza Lautaro Andreani.
- Que pasa si el acepta el matrimonio, pero te pide que ella venga también.
- Por supuesto que me negaré, se supone que el único humillado será él y jamás permitiré que meta a una de sus zorras bajo mi mismo techo.
- Tu abogado me informo que él aviso ya se emitió y mañana más de 80 personas recibirán su compensación y tendrán que dejar sus puestos.
- ¿Solo 80? Yo creí que esa empresa tenía a más de 200 empleados.
- No podíamos echarlos a todos de una sola vez Romina, de igual manera una vez que ellos abandonen la empresa serán contratados en la nuestra.
- De eso nadie se puede enterar tía. Mucho menos Lautaro, él tiene que pensar que soy una bruja en carne y hueso.
- Todo está arreglado querida. La empresa está bajo otro nombre y absolutamente nadie sabe que es de nuestra propiedad.
- Gracias tía, por todo tu apoyo y por estar dispuesta a ayudarme.
- Hija yo también perdí todo ese día. Mi hermana, mi cuñado y hasta un pedazo de ti. Pero me alegra saber que aún tienes un corazón noble que no lastimara a personas inocentes.
- Eso jamás sucederá tía. Mi venganza es solo con la familia Andreani nadie más pagará los platos rotos yo no soy como ellos que destrozan todo a su paso con tal de obtener un poco de dinero.
No importa cuánto me cueste Lautaro será mi esposo y lo are conocer el infierno en el que su familia me izo vivir durante 15 años.
- Yo te ayudaré en todo, solo que después debes de cumplir tu promesa conmigo Romina.
- Ja Ja Ja Esto ya no tiene solución tía. Ya fuimos a varios hospitales y te dijeron que jamás podré volver a caminar.
Por qué no te rindes de una vez. Yo ya acepté mi destino.
_ Pero yo no estoy dispuesta a aceptarlo. La medicina avanza, la ciencia evoluciona estoy segura de que algún día volverás a caminar Romina, pero también necesito que tú tengas la disposición de hacerlo.
- Si todo sale como lo planeamos yo cumpliré mi promesa sabes que nunca rompo mi palabra.
_ Con eso me basta y me sobra cariño.
Esa noche la lluvia no cesó, es como si anunciara un mal presagio. Uno que no tendría remedio.
Luego de ducharse y prepárarse para dormir Romina observa la fotografía de sus padres. Dejando caer varias lágrimas sobre el retrato.
Pronto... Muy pronto papá, mamá todos se arrepentirán de quitarnos lo que fue nuestro.
