El maltrato se manifiesta de diversas maneras y no siempre a través de la agresión física. A menudo, la vida nos coloca en situaciones donde la baja autoestima nos juega una mala pasada, afectando nuestra percepción y bienestar. Sin embargo, la autoconfianza puede proporcionarnos las herramientas necesarias para transformar nuestras vidas de manera sorprendente, permitiéndonos superar los desafíos y reconstruir nuestra autoestima. En este contexto, es fundamental reconocer las distintas formas de maltrato y trabajar en el fortalecimiento de la autoconfianza como medio para alcanzar una vida plena y saludable.
Es necesario comprender que tenemos valor y no somos simples objetos al servicio de los demás.
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capitulo 2 sin miedo a pedir ayuda
Elizandra se presentó en el trabajo al día siguiente.
Aún estaba cansada ,pero lo mas extraño era que la tienda estaba cerrada.
Tomó el teléfono y llamó a la gerente.
— Hola Mara , soy Elizandra, estoy aquí ,afuera de la tienda y está cerrada.— no entendía que había pasado.
— Me olvide de enviarte la notificación.
No abriremos esta semana.
Habrá una reforma ,los dueños vendieron el negocio.
También están verificando el stock.
Estoy ocupada ,ven la próxima semana y tendremos un panorama más completo.— le informaba.
— Ok gracias. — regreso al departamento y se acostó en la cama .
Hasta que no era tan malo,podía descansar un poco más.
El timbre empezó a sonar y se levantó a atender.
En la mirilla estaba la administradora.
Era un alivio,que no fuera su novio ,asi que le abrió enseguida.
— ¿Elizandra puedo pasar??.— le preguntaba con la cara de bull dog de siempre.
— Si pase.— ¡¡como odiaba a esa mujer!!, cuando aparecía, algo malo sucedía.
Los del condominio la habían apodado el cuervo.
— El tema es el siguiente, habrán reajustes en el predio.
Me imagino que como pudiste pagarte un viaje por Europa, eso no será un problema.—¿que tenía que ver una cosa con la otra?, no lo entendía.
—No es tan así ,ahorré por mucho tiempo para darme ese gusto.— odiaba sus insinuaciones, parecia una vieja envidiosa resentida.
— Las reglas del condominio cambiaron en la última reunión y se extienden a todos.— insistía en su sarcasmo.
— ¿Cuando hubo reunión??.— preguntaba molesta.
Todas las decisiones eran tomadas por unanimidad ,y ella siempre participaba .
— Bueno ustedes no estaban.
Subió 15 % más el gas y los gastos comunes.
El reajuste del condominio es de un 25% y bueno el del alquiler será de 35 %.— esa mujer realmente estaba loca o vivía en otro planeta.
— ¿Como pudieron aceptar todo eso??.— protestaba pensando en el absurdo que tenian que pagar de ahora en delante.
— Hace 5 años que no se reajusta.
Lo siento ,vine porque a partir de pasado mañana ,con el comienzo del nuevo mes ,sube todo.
Aquí tienes tu notificación,debes firmarla como los demás.— le pasaba un documento.
— No puedo pagar este valor de alquiler, y menos los ajustes.—se lo devolvía sin firmar.
—Pensé que compartían los gastos con Daniel.—ironizaba.
— Ya no estamos juntos ,nos separamos.— la mujer puso una sonrisa sarcástica y se marchó.
—¡¡No puedo pagar esto!!..— insistía Elizandra siguiéndola a la puerta de salida .
— Entonces deja el departamento para alguien que si pueda.
Mi portería no es un depósito, te lo advierto.— lo decía por las cosas de Daniel que había dejado el día anterior.
Busco el número de su amiga con la que compartía departamento antes de enredarse con su ex.
—Hola... soy Elizandra.— se hizo un silencio.
— Se quien sos ,que necesitás.— se ponía seca la persona del otro lado de la línea.
—Un lugar para vivir.
Adriana......
¿Aun me puedes alquilar esa habitación?.—preguntaba con miedo.
— Lo siento no puedo.
Además sabes que no me gusta alquilarle a parejas.— iba a cortar cuando escucho algo interesante.
— Es solo para mi.
Daniel y yo terminamos.— una sonrisa satisfactoria se dibujaba del otro lado.
— Ya lo tengo alquilado ,lo siento.— respondía alejando el móvil para colgar.
—¡¡Espera !!,no me cortes.
Recuerdo que siempre me decías que habían chicas universitarias que necesitaban ayuda con el arriendo.— sentía sus súplicas .
Debido a la amistad ,sumado a que no estaba más con Daniel, tal vez le conseguiría un lugar.
—Si lo sé,déjame preguntar, si hay algo te vuelvo a llamar.— sabía que la ayudaría, la conocia perfectamente.
— Muchas gracias, realmente estoy desesperada.
Tenía miedo que no me atendieras.— le decía Elizandra en forma sincera.
— No debería hacerlo, pero tengo buen corazón, te llamo al rato.
Una advertencia de amiga, aún debes cocinar para mi o si no realmente me voy a enojar.— con esa afirmación entendía que había ablandado su corazón.
—Te prometo que cocino para ti, si me consigues un alojamiento.— le hacía una promesa antes de colgar.
Casi enseguida volvió a contactarse con ella.
Una univeristaria se había quedado sin compañera de habitación y estaba cuesta arriba con los pagos.
Se sentía aliviada.
Hasta para mudarse estaba todo a su favor.
Su ex no habia regresado ,para convencerla de lo contrario y tampoco tenía que ir a trabajar.
Uno de los colegas de la tienda en las horas libres repartía encomiendas en un camión y vino a colaborarle.
Cargaron con todo lo que era de Elizandra y regreso las cosas de Daniel al departamento.
Que pagara el si podía el arriendo, ese ya no era su problema.
Entregó las llaves en la portería y se marchó a la casa de la universitaria.
Había hecho bien en llevarse algunos muebles.
No tenía una cama para ella, a no ser un colchón.
El lugar donde preparar los alimentos era físico, porque la chica vivía a pan con algún fiambre ,a veces algo de jugo o alguna hamburguesa.
Mas tarde llegaba su antigua amiga a reclamarle la comida.
— Recién llego y aquí no hay nada .
Ni siquiera hay heladera.
Menos mal traje la mía.— protestaba con las condiciones en las que viviría.
— En mi casa hay todo,ya lo compré.
Me lo debes.— le advertía.
— Ok voy a cocinar en tu casa.— también necesitaba comer algo.
Una chica llegaba al departamento y se asombraba con todo lo que había traído su nueva inquilina.
— Soy Paola.—se presentaba.
— Elizandra ,pero tengo que cocinar para mi amiga
Nos vemos al rato..—se iba siguiendo a Adriana.
— Espera...si piensas cocinar aquí después , no tengo gas.
Yo no cocino.— le advertía.
— No te preocupes yo compraré algo, si pretendo cocinar.—que loca vida llevaban los universitarios, pensaba.
Las dos salieron ,pero la comida ya estaba pronta en el otro departamento.
— ¿ No querías que cocinara?.— no la entendía.
— Ya tengo quien cocine,solo quería torturarte.
Ven aqui.— le dio un abrazo después de tantas peleas y el distanciamiento por la mudanza.
—¿ Me invitas a comer?, entonces comamos.— su barriga lo reclamaba.
— Bueno, éste es un almuerzo para que conozcas a mi nueva novia .
Ella cocina para mi y bueno no creo que le caiga en gracia vernos solas aquí,pero ya viene.— se ponía expectante.
— Entonces la esperamos.— afirmó curiosa en conocerla.
— Salgamos está noche las tres a divertirnos.
Hay que conmemorar que dejaste a Daniel.— sonreía aliviada de verla lejos de ese tipo tan desagradable.
No le había caído bien nunca,lo veía como un aprovechado,había caído de paracaídas en la vida de Eli.
— Nunca te gustó no.— suspiraba.
— Elizandra es que lo vi con una chica así que te fuiste ,hasta que no me caia tan mal,ni por llevarte de mi casa.— se atajaba.
— ¡Mentirosa!.
¿Porque no me lo dijiste??.— se lo reclamaba Elizandra.
—Te veías tan enamorada que tuve pena de hacerlo.—
—Está bien,¿que pasa con tu novia que no llega?.— preguntaba impaciente.
—Pronto ahí está .
Melissa esta es la mujer por la que te cambiaría.— señalaba a una chica que entraba con un par de refrigerantes en unas bolsas.
Elizandra queria matarla.
— Es mentira no le hagas caso .
Además no es mi tipo,me encantan las barbas. — se atajaba Elizandra.
— Jajajajaja, me agradas ,creo que seremos grandes amigas.— la saludaba en forma alegre.
Se sentaron a almorzar y después la ayudaron a instalarse en el departamento al lado.
La novia de Adriana estaba encantada con Elizandra y hablaban de recetas de comidas extrañas todo el tiempo .
Todo quedo ordenado y las amigas se retiraban.
— No lo olvides ,a las 21 pasamos por ti.
No te preocupes Adriana es mi barman y las entradas están conmigo.— le explicaba con una sonrisa animada con la idea de hacerla olvidarse de todo por unos instantes.
— ¿A donde van??.— preguntaba Paola, la universitaria.
— Chiquilla ,te agradecemos el lugar para nuestra amiga, aunque en realidad te hacemos un favor.
Pero no abuses.
No tienes dinero para el arriendo, menos para un trago allí.— no les caia bien a ninguna de sus vecinas.
— Adriana no seas mala.— le reclamaba Elizandra.
— Es que esta mocosa intento sacarnos del predio con firmas.
La moral y que se yo.— le comentaba aún enojada con el mal momento que las hizo pasar.
— Estaba frecuentando una iglesia con mi novio, el me convenció
Les pedi disculpas muchas veces,además lo dejé.— se atajaba esperando consideración.
— El te dejó, bueno creo que estoy siendo ruda contigo.
Esta bien solo por hoy puedes ir ,yo pago tus tragos.— le decía Adriana.
— ¿ En verdad?.—se entusiasmaba.
— Pero no te atrases, a mi novia Melissa no le gusta esperar y ella es la responsable de la música.
Tiene horarios que cumplir.—le advertían.
— Estaré pronta lo prometo.— aplaudía toda alegre ya buscando que ponerse para la noche.
— Tu tampoco te atrases Eli, tres bocinazos y las dejamos.— sabía que cumpliría con lo que les decía.
Se reía de sus actitudes, en realidad sabía que Adriana era demasiado ansiosa y que le molestaba esperar.
Pero ya que irían gratis no iban a perder la oportunidad.
No les costaba nada estar prontas cuando vinieran por ellas mas tarde.