LA PROTAGONISTA DE MI HISTORIA

_ Así que tú eres la amante de mi prometido, la famosa señorita Elina. ¡¡Vaya!! me imaginaba a alguien más hmm más... Diferente

Esto lo dijo mientras barría con la mirada a la susodicha.

Elina se sintió avergonzada, puesto que en el lugar habían otros nobles, quienes no dudaron en mirarla con desaprobación.

_ Se equivoca señorita Lena, el príncipe y yo, tan solo somos amigos _ respondió la susodicha, tratando de justificarse. No quería que su reputación quedará manchada.

Bueno, si no quería que su reputación quedara manchada, No si hubiese acercado al príncipe puesto que tenía un compromiso, bueno prosigamos

_ princesa heredera (corrigió) no te olvides que el príncipe y yo, ya estamos comprometidos. Pero volviendo a lo que acabas de decir ¿la amistad entre un hombre y una mujer existe?

tamala, por zorra. Bueno, según la época en la que está ambientada la novela, en ese tiempo la amistad entre un hombre y una mujer no existía. A menos que la quisieses cortejar, pero se supone que este no era el caso.

Elina, sintiéndose atacada y ofendida, salió corriendo del lugar, puesto que no pudo soportar las miradas acusadoras que la observaban.

Mientras corría, la falda de su sencillo vestido se enredó entre sus piernas, ocasionando que está se cayera.

Esta es la primera vez que escucho que un vestido sencillo, hace que la protagonista se caiga, siempre es el vestido ostentoso, pero bueno, continuemos.

La pobre damisela en apuros, corría para salir del palacio, encontrando en su camino al honorable príncipe, quien al verla en la situación en la que estaba, no dudo ni por un segundo, bajar de su caballo y socorrerla.

¡Oh! Elina, mi adorada Elina jajaja.

Elina no dudo en contarle al príncipe todo lo ocurrido, diciéndole, como Lena la había humillado delante de todos esos nobles. Que ahora, todos hablarían de ella y dirían que es la amante del príncipe, dejando manchada su reputación.

El príncipe, como buen príncipe, se sintió mal de que Elina se viera afectada por los celos de su prometida, que prometió ayudarla y desmentir todo. Quedando Lena, como la causa de todos los males venidos y por venir de Elina.

Los días pasaron y con esto, la ausencia y el rechazo del príncipe hacia Lena, se hacía más que evidente. El corazón y el orgullo herido de nuestra ahora villana, se llenaba de odio y celos hacia la chica.

Muchas dirían, ¿qué culpa tiene la chica de que el fulano ande de nalgas prontas? (para los que no entienden la referencia de nalgas prontas, es algo así como, de coqueto) Bueno, respondiendo la pregunta. La chica sabía que el príncipe estaba comprometido y además, siendo ella también de cuna noble, estaba educada y sabía que hablar con un hombre comprometido no estaba bien.

Es aquí que me preguntó, ¿dónde queda ahí la maldita sororidad? Eso entre mujeres no existe.

Para este momento, el príncipe ya había solicitado Cancelar su compromiso con la señorita Lena. Pero sus padres por temor a represalias del Duque se negaron rotundamente.

Con esto a favor, Lena ideó un plan para quitarse de en medio a Elina. No pensaba matarla, pero si quería que la humillaran (ultrajaran). De este modo, el príncipe nunca se volvería a fijar en ella y los reyes, tampoco lo permitirían.

Pero, como por arte de magia, resulta que el príncipe se entera de todo los planes de Lena y atrapa a los criminales en el acto. Sí, justo antes de que se la dejaran ir(penetraran), ya que según la novela, atraparon a los criminales en el acto.

El príncipe los interroga personalmente y le saca toda la verdad a los criminales. Dejando como única culpable a Lena.

A partir de aquí, los reyes cambian de parecer acerca del compromiso de Lena y de su hijo, cancelando el compromiso. Según sus palabras, una mujer así, no podía ocupar un puesto tan importante.

O sea, que el maldito de su hijo si podía humillar a una mujer y tener diez más, pero ella no.

Alerik quería la pena de muerte, pero los reyes no podían a hacer eso, puesto que hacerlo sería como ponerse la soga al cuello. Los Duques no lo dejarían pasar así de fácil.

Alerik no estaba conforme con el resultado del juicio de sus padres, puesto que creía que lo que le intentó hacer a su amada era causa de muerte.

Lena, molesta, acepto su castigo, en este momento, su orgullo era más grande que su corazón roto. Además, no le hacía mal el irse de ese lugar, para nunca más regresar.

Los duques no estaban de acuerdo con eso, puesto que sus tierras se encontraban en aquel reino y su hija no debía o más bien, no tenía por qué irse de por vida. aún así, sabían que su hija merecía un castigo por sus actos, aunque, más que por sus actos, era por no haber hablado con ellos. Con gusto, hubiesen desaparecido a toda la familia, de ser necesario.

Los reyes, ante está demanda, se dieron cuenta que efectivamente no podían expulsarla por mucho tiempo, además, que los duques podían hablar con él emperador y fácilmente revocar esa sentencia.

El rey, analizando la situación, accedió a la petición de los duques, dejando como castigo que Lena fuera mandada fuera del reino por dos años, pero, sin ayuda económica de los duques. Después de esos dos años, ella podría regresar como si nada hubiese pasado.

Los duques conformes, aceptaron, tal vez ellos no podrían ayudarla económicamente, pero ¿quién dijo que alguien ajeno a la familia no pudiese hacerlo? Con esto en mente, buscaron una propiedad lejana, pero cerca del imperio, allí, su hija estaría por dos años, después de ese tiempo, regresaría a ocupar su lugar, como la señorita Larsen.

Teniendo tan maravillosos padres, desaprovechó su ayuda, yo que ella, les pido el reino, capaz y me lo daban.