Sofía tiene una nueva oportunidad de vida y está dispuesta a tomarla para cambiar su trágico destino, de paso descubrirá lo que significa el amor verdadero y cuan equivocada estaba con las decisiones que tomó en su anterior vida, actuando de manera diferente, pero sin cambiar su esencia.
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2. El vestido manchado
Mi nana insiste en que ingrese a la casa que debo alistarme, que mis padres mandarán el automovil que pasará por mí en unas horas, recuerdo vivamente como fue la vez pasada, estaba emocionadísima porque ese día me iba a comprometer con Fabián, parecía el cuento de hadas perfecto ya que desde la universidad había estado enamorada de él; ahora que lo analizo la única que expresaba sus sentimientos era yo, él apenas disimulaba una sonrisa, yo tenía veintidos años entonces y me había esforzado en acabar mis estudios de post grado para poder ser la esposa adecuada para Fabián, después de todo me llevaba diez años y parecía un hombre sofisticado y caballeroso, pero ilusionada como estaba no había prestado atención a los detalles.
Fabián era alto, piel canela, de mirada seria y de aspecto agradable, sus misteriosos ojos grises siempre me cautivaron, solía usar ropa elegante, si bien era delgado tenía brazos fuertes, debo reconocer que era agradable a la mirada.
Ahora las cosas serían distintas, sabiendo que cinco años más tarde él estaría revolcándose con mi mejor amiga y prácticamente diciéndome que era una frígida, en efecto no había tenido nunca experiencia, él fue el único hombre con quien había estado en toda mi vida y creí que todo estaba perfecto, si él hubiese sido más claro yo hubiese intentado más cosas, ¿qué hago? me estoy culpando yo de su idiotez, no, no puedo permitirme eso, no seré yo la culpable; tomaré el control de mi vida, y no permitiré que nadie se burle de mí jamás.
Después de darme un baño, vi el delicado vestido palo rosa acomodado en mi cama, recuerdo que hace cinco años me arreglé como una angelical princesa, virginal y noble; ahora será diferente, me quiero sentir segura diciendo que pasaré por los ojos de Fabián lo que nunca podrá tener entre tus brazos, va a ver pasar lo que pudo tener y jamás será suyo; sonrio y busco en el closet aquel vestido que me compré aquella vez en Viena, mi amiga Lucía que a mi mamá nunca le agradó me convenció a comprarlo, pero no había tenido el valor de usarlo, creo que ha llegado el momento de ver que tan bien luzco con el puesto.
Horas más tarde, siendo medio día ya, cuando mis padres me vieron ingresar al hotel con aquel vestido, fueron los primeros en impresionarse, era un gris brillante en tela semi transparente de un solo tirante que dejaban mis hombros al descubierto, ceñido a mi figura, aunque el vestido era largo la enorme abertura a un costado hacía lucir mis largas piernas, si no tenía cuidado podría mostrar algo demás; tal vez no tenía el curvilíneo cuerpo de Melanie que siempre la hacía lucir sensual, con su espectacular melena roja y labios carnosos, pero mi cuerpo lo tenía tonificado debido a mis clases de aeróbicos.
Cuando mi madre me vio vestida así, me jaló del brazo a un costado, con una mirada severa.
- “Te has vuelto loca Sofía, ese no es el vestido que preparé para la ocasión, pareces una corriente”, murmuró entre dientes mi madre.
- “Señora Antonia, ¿no me están ofreciendo como mercancía?, así sale mejor”, repliqué enojada.
Nunca antes me había atrevido hablarle así a mi madre, pero si mi final iba a ser morir atropellada por mi marido infiel y por mi traidora mejor amiga, entonces preferiría cualquier otro a ese tan absurdo y desolador.
- “Te golpeaste la cabeza Sofía, tú has sido la primera interesada en este compromiso con Fabián Álvarez”, respondió mi siempre elegante madre.
- “Tal vez haya sido así, pero ya no, soy muy joven para comprometerme”, contesté amargamente.
De pronto sentí el terrible dolor en el brazo cuando mi padre me sujetó fuertemente, es la primera vez que siento que mi padre no estaba dispuesto a ceder a lo que quería.
- “Tú quisiste este matrimonio, niña insolente, y no voy a arriesgar todas mis inversiones y tratados que ya tengo planeado con los Álvarez por uno de tus caprichos, tú te vas a casar con Fabián y te vas a quedar con él hasta que mueras, quieras o no”, me dijo mi padre con voz ronca.
A mi cabeza se viene lo que me dijo Fabián cuando lo descubrí con Melanie en el hotel, “¿tus padres estarán felices cuando se enteren de todo esto?, a ellos más que a nadie les interesa que tú sigas casada conmigo, así que aguántate y piensa mejor las cosas”, miré a mi padre con rabia, pero su mirada era aún peor, me tomó del mentón y la sujeto con fuerza mirándome a los ojos.
- “Acá se hace lo que yo digo, y te vas a casar con ese hombre porque me asegura una fuente de inversiones con la sociedad de su familia, eras la principal interesada y ahora te aguantas, después de todo seguirá financiado toda la vida de lujo que conoces", dijo muy molesto mi padre.
Me estoy dando cuenta que solo soy una pieza de cambio para mis padres, que estoy sola para evitar mi fatídico destino, pues debo encontrar la manera de evitar este matrimonio a toda costa, aún tengo tiempo para cambiar mi futuro ahora que no estoy ciega y puedo ver los hechos sin los ojos de niña tonta que era antes.
Están llegando los invitados y debo ingresar con mis padres al salón, todo está tal como lo recuerdo, en una de las mesas está sentada Melanie sonriéndome, me preguntó desde cuándo empezó el engaño, quisiera salir corriendo, pero me tengo que contener y actuar inteligentemente, hay algo extraño en la mirada de Fabián ahora, nunca me había mirado con deseo y ahora era diferente, después de todo el vestido que llevo puesto había resultado como lo pensé, él me sonríe y se sienta a mi costado, antes eso me hubiese derretido, pero ahora únicamente está en mi mente como Melanie y él sostenían relaciones sexuales salvajemente ante mis ojos y solo siento repulsión, así que ni siquiera puedo mirarlo.
Todo está ocurriendo como sucedió la primera vez, los discursos de nuestros padres, pero puedo notar que Fabián me está desvistiendo con la mirada y únicamente puedo sentir repulsión, pronto él iba a hablar y vendría el pedido formal, me tengo que poner de pie y mirarnos frente a frente; en ese momento, disimuladamente hago caer la copa de vino y mi vestido queda manchado, Fabián trata de ayudarme, pero lo único que buscaba era rozar mis piernas, lo miro molesta y voy corriendo al baño; estoy demasiado nerviosa y no sé qué hacer, luego de unos minutos ingresa Melanie y con esa voz dulce que ahora me resulta molesta, dice algunas cosas para calmarme.
- "Debes haberte puesto nerviosa de tener tan cerca a Fabián, déjame ayudarte para que pronto salgas a verlo y formalicen el compromiso", dijo Melanie con una sonrisa en el rostro.
- "¿Te gusta Fabián?", le pregunto.
- "¿Qué dices Sofía?, sé perfectamente que es el hombre de quien estás enamorada, jamás me fijaría en él", me responde la muy hipócrita.
- "¿Estás segura?, él es un hombre muy guapo", le insisto.
- "Aunque fuera así, no podría fijarme en él, hoy estás muy extraña", replicó.
Ya no le insistí, porque mi madre ingresó y con su mirada hizo que Melanie saliera inmediatamente, mi madre me observó directamente y me dio una fuerte bofetada.
- "Siempre has sido estúpida, pero al menos antes te esforzabas porque no se te notara tanto, ahora vas a salir ahí, pondrás la cara de tonta de siempre y aceptarás la propuesta de Fabián", me dice mi madre sin ninguna expresión en el rostro.
Me quedo sorprendida mirándola, no puedo creer que mi madre me esté diciendo eso, apenas puedo responder "déjame arreglarme un poco", ella sale del baño y respiro profundamente, veo a través del espejo una ventana pequeña, hago un esfuerzo para saltar y salgo por ella, luego corro desesperadamente muy lejos de aquel lugar, no tengo idea ni siquiera a dónde ir, ni tengo nada de dinero, pero no puedo aceptar ese compromiso, ahora que sé cuál sería la consecuencia de todo ello, estoy tan desesperada que cruzo la calle sin mirar y un automóvil frena de golpe, casi fui atropellada y tiemblo nerviosa, de aquel vehículo baja un apuesto hombre alto, de cabello negro y mirada profunda, se acerca a mí diciendo "¿se encuentra bien, señorita?", ya no puedo sostenerme de pie y me desmayo en sus brazos, aunque su mirada queda grabada dentro de mí.
...... Sofía March ......