Cautiva

Trato de abrir los ojos, pero Se me dificulta, siento que mi cabeza da mil vueltas.

Miro para todos lados y no reconozco el lugar.

Trato de pensar y recuerdos vagos vienen a mi mente, recuerdo haber estado en el cementerio y luego entrar en un callejón, y yo estaba forcejeando con alguien y después de eso ya no recuerdo más.

Escucho el rechinar de la puerta al abrirse, se queda en el marco de la puerta observándome con esos ojos negros como la noche, esos que atemorizan a cualquiera, esos que cuando los miras es como ver al mismo Lucifer en persona.

Se acerca a mí como un león a su presa y yo solo retrocedo hasta chocar con la pared. Mis piernas tiemblan como gelatina y mi respiración se vuelve pesada. No puedo dejar de temblar, no puedo no sentir miedo ante este hombre.

Lorenzo- vaya, pareces un pequeño conejito asustado, ¿que pasa? ¿Acaso me tienes miedo?

No puedo ni siquiera hablar del pánico y mis lágrimas comienzan a caer sin poder retenerlos.

Lorenzo- porque lloras?

Se acerca por completo a mí y con una mano toma mi rostro empapado de lágrimas apretándolo con algo de fuerza.

Eileen- por... favor, suélteme, me lastima.

Lorenzo- hasta que hablas.

Eilen- por favor no- no me hagas daño y-yo no e echo nada malo. (Entre lágrimas)

Lorenzo- shhh, hablas demasiado. Tocando su labio inferior con su dedo pulgar.

Eileen- quien eres?¿ qué quieres de mí? Por favor ya déjenme ir. ( entre sollozos)

Lorenzo- Lo lamento princesa, pero no puedo hacer eso.

Y de ti no quiero nada, pero si de tu padre. Dice esto soltando a Eileen y se sienta en una silla.

Eileen- Mi- mi padre? Y-yo no se nada de él desde hace más de 6 años. Por favor ya déjenme ir. No le diré nada a nadie, pero ya suéltame.

Lorenzo- Ya cállate!! ¡Ese viejo desgraciado mató a mi hermano!! ¡Mi hermano!!

Eileen salta del susto por los gritos de Lorenzo.

Eileen- yo no tengo na-nada que ver co-con ese hombre.

Lorenzo- Te equivocas muñeca, tienes mucho que ver con hombre por el simple echo de que tú llevas su asquerosa sangre por tus venas.

Espero que el gran Rodolfo Ricci de la cara antes de una semana, o si no tendré que matar a su adorada hija, y así cobrar venganza con lo que él más ama. Dice esto dirigiéndose hacia la salida.

Lorenzo- ah y por cierto, espero que este cuarto sea de tu agrado.

Y no te preocupes, no estarás sola, ya que las ratas te harán compañía desde ahora.

Al decir esto sale de este horrible lugar. Corro hacia la puerta tratando de impedir que lo cierre por completo para al menos tener una pequeña posibilidad de escapar aun que más bien lo hago por impulso, pero me es imposible, golpeo y pateo la puerta hasta quedar sin energía y caigo al piso de rodillas

Eileen-por favor, déjenme salir, Yo no hice nada.(llorando)

Miro para todos lados y estoy en un sótano húmedo y sucio.

Me levanto y camino hacia la cama. Me acuesto boca arriba y pienso en todo lo que he tenido que pasar. En como poder escapar de este sitio. En como y porque mi padre fue capaz de matar a alguien y que tengo yo que ver con el sí no lo veo hace más de 6 años.

Pienso en como termine cautiva por un demonio sin corazón.

Pienso en mi madre, en sara, en la Universidad.

Después de martirizar mi cabeza, caigo rendida a los brazos de Morfeo.