Estefani es una joven muy hermosa, inteligente con un carácter fuerte y un poco rebelde.
Que se convertirá en la obsecion de Víctor Rymer
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Capítulo 2: ¿quién diablos eres?
Desperté en un cuarto obscuro, me dolía mi cabeza y la sensación de miedo era muy fuerte. Trate de pararme y buscar una salida, no sabia en donde estaba pero me quería ir como diera lugar, analice el cuarto que no tenía ventanas solo 2 puertas me dirigí a una de ellas y se abrió sin ningún problema, pero esa puerta llevaba al baño la cerré y me dirigí a la otra pero esta si tenía seguro, no sabía que hacer que sin darme cuenta empezaron a derramarse mis lágrimas, me senté en el sillón junto a la cama. Abrace mis piernas y lloraba desconsolada recordando a mi mamá y a mi papá en la última vez que los vi juntos y como me despedía de ellos mientras caminaba rumbo a la escuela. Si hubiera sabido lo que pasaría los hubiera abrazado y les hubiera dicho que los amaba y que eran lo más importante de mi vida. Y con cada minuto que pasaba mis recuerdos se profundizaban, solo podía pensar en mi padres, en Ana esa chiquilla risueña que le encontraba sentido a la vida por muy mal que la estuviéramos pasando, en Carlos mi novio al quien yo miraba con amor y deseo. Mientras pensaba en ellos la puerta se abrió lentamente dejando se ver una mujer de mediana edad era guapa tenía cierta elegancia. Ella camino hacia mi me miró y me pregunto
- Estas bien? Esos trogloditas no te lastimaron?. La observe y con mis ojos llenos de lágrimas y con desesperación le dije:
- Déjame ir por favor, no se que hago aquí, tengo miedo.
Ella me miró con tristeza y rabia al mismo tiempo , me tomó mi cabello y me dijo.
- Lo siento pero no puedo hacer eso, si te dejo ir el me matará. Mi rabia creció y con enojo y gritando le conteste
- ¿Quien demonios es el? ¿Por qué me tiene aquí?.
Mi voz se quebró que ya no pude decir más, solo la mire y escuche de atrás de mi una voz firme y con un poco de molestia que me decía.
-Hola preciosa. Al escuchar esa voz me sorprendí y di la vuelta rápidamente. Estaba parado justo atrás de mi un hombre alto con un traje elegante con buena apariencia, con unos ojos color Miel, lo observé fijamente.
- por fin te tengo aquí. Lo miré fijamente con odio y le dije.
-Déjame ir te aseguro que no le diré a la policía, por favor. El me miró tomo mi cabello y me dijo
-lo siento cariño, no te irás, tu eres mía, y si yo no quiero que te vallas no te irás. Sus palabras se clavaron en mi corazón como una estocada, haciendo que mi rabia creciera y le dijera
- yo no le pertenezco a nadie, déjame ir idiota o te juro
- o ¿me juras que? Escuche me niña tonta esta es mi casa y aquí el que da las órdenes soy yo, y si te digo que tu eres mía, es por que eres mía, y si no quieres pasarla mal tendrás que portarte bien con migo, y si no vivirás en el mismo infierno.
Justo en ese momento entro una mujer con una charola con comida, colocandola junto de mi, diciéndome – señorita traje su comida espero que le guste. La observe y con fuerza avente la comida, haciendo que se callara al piso.
La pobre empleada me miró y agachó la cabeza; el solo me tomó con fuerza y me aventó hacia donde estaba la comida en el suelo.
- Si no quieres comer no comerás nada, Tina no le des nada de comer. Ella movió la cabeza diciendo que si y se marchó. El se dirigió hacia mi, se agachó se puso de rodillas a lo que yo tomé el tenedor y se lo clavé en la pierna, parando me rápido para correr hacia la puerta, corrí sin importarme sus gritos, sentía que con cada paso que daba me sentía más segura pero cuando termine de salir de ese pasillo enorme 3 hombres se pararon enfrente de mi tomándome a la fuerza y haciendo que me regresara al cuarto, no podía creer que me estuviera pasando esto. Quien demonios era el para que tuviera tanta seguridad.
A pesar que mostré resistencia fue en vano, me llevaron ante el. Me miró fijamente y me dijo - tu intentas hacer eso de nuevo y tu familia morirá en un entendiste, ya te dije que no te irás y que eres mía.
Salió del cuarto dejándome sola otra vez, no se cuentas horas pase encerrada, pero cada minuto era un siglo para mi, solo quería irme ver a mi madre, extrañaba sus abrazos. Muchas veces me pregunté ¿que por que yo?, ¿qué le había hecho a la vida y a ese hombre para que me tuviera en ese lugar?.
Me que de dormida en medio de muchos recuerdos y lagrimas.
En medio de mis sueños sentí una mano que acariciaba mi cuerpo; esa presencia junto a mi hizo que me despertara con mucho miedo. Me di cuenta que aquel hombre estaba sentado junto a mi y que me miraba de una forma extraña. Me levanté de forma brusca y rápida.
-Tranquila, no te voy hacer nada, a mi me gustan las cosas por las buenas. Mi bella Estefany. Me miró con de deseo y mordiéndose el labio inferior.