Hielo Y Fuego

Hielo y fuego 1

Elsa Elena Isasa 

Capítulo 1 : Vine. Vi y vencí. 

Victoria tenía cuatro años cuando escuchó a sus padres insultar y echar de su casa a su única tía Grace.  

Le afectó mucho. Grace lloraba y rogaba para no irse. Escondida en la habitación Viky lloraba también porque amaba a su tía. 

Saltó por la ventana y corrió hacia ella y la alcanzó casi en la esquina de la cuadra. 

– Porque tía Grace. ¿Porque se han enojado contigo?-

– Es por el niño. Estoy esperando un niño.-

–¿ Un niño? Pero eso es bonito ¿verdad? Y qué harás tía. ¿Dónde irás? 

– Me arreglaré pequeña. Debemos arreglarnos en la vida. Solos. Entiendes. – 

Y su tía Grace se arregló.

 Grace Cesare tuvo un bebé hermoso. Y de alguna manera sobrevivió sin su familia, ella y su bebé. 

Vicky la extrañaba mucho pero en su casa no se tocaba su nombre. Y las cosas seguían como si nunca una parte de esa familia se hubiera separado. 

Viky para mitigar el dolor solía esconderse debajo de las maderas del desvencijado piso. En el mismo lugar donde jugaban con su tía Grace. Sus padres discutían, él pegaba a su madre, ella lloraba y ambas se escondían. 

Su tía Grace le tomaba la mano y se tiraban al suelo. 

– No respires fuerte.Cierra tus ojitos.Piensa en el frío. Piensa tan fuerte que el frío llegará a tu corazón y te adormilaras. No escucharás ni sentirás dolor. Un corazón helado no duele. Ya lo verás querida Vicky. -

Y era verdad. Tirada en el piso, debajo de las tablas, cerraba los ojos y pensaba solo en el invierno, la nieve blanca helada que comenzaba a cubrirle. Y el pensamiento paraba. El corazón helado no dolía. Hasta los gritos y peleas ya no existían. 

Allí, en ese agujero helado, encontró un día una placa. Era una pequeña cadena con una plaquita que contenía tres palabras “Veni, Vidi, Vinci”. Mucho más tarde, después de haber aprendido a leer,  supo que era latín y se le atribuía esa frase a Julio Cesar. Las letras significaban: vine, vi y vencí. Y desde ese día fue su cadena preferida. En realidad la única que tendría durante mucho tiempo. 

Pero ella, a pesar de ver y sentir no podía hacer nada con el trato que sus padres alcohólicos se daban.

Ahora su tía Grace no estaba. No sabía si aún seguía viva con el bebé que esperaba. Y sus padres seguían peleando. 

Muchas veces quiso intervenir para calmar los ánimos. 

– Mamita.¡ Mira el dibujo que realice para ti.!-

–¡ Vete a tu habitación mocosa! - decía su padre. 

– Si Viky. Vete niña. Tengo que  hablar con tu  maldito padre. -

Y los golpes seguían y los llantos también. Ella con solo 4 años no entendía que pasaba entre ellos y así fue que la noche que volvió a escuchar gritos y golpes, solo se refugió en el lugar secreto mientras lo malo pasaba.

Habían llamado a la puerta y todo parecía tranquilo cuando sucedió. 

Alguien entró y  los gritos de sus padres parecían de terror. Aún no lo sabía pero sus padres estaban muertos. Desde el piso escuchó como en sueños a los policías:

– Cuestión de drogas. Los mataron a los dos. ¿Has encontrado a la hija en algún lado?

– Se lo habrá llevado el mafioso. Pobre niña. Lo que le espera. 

–Hay que tratar de encontrarla y llevarla al grupo de Sociales. Ellos la llevarán a un orfanato. -

El mundo seguía dentro de esa casa con el movimiento de los policías y los forenses.

 Solo para la niña de 4 años el mundo se había detenido debajo de las maderas del piso. Sin comer, sin tomar agua, casi sin respirar, allí estaba la niña soñando con la nieve helada y crujiente entre sus labios agrietados. Solo pudo salir de su escondite cuando sintió el llanto y los gritos de su tía Grace. 

– Tía?-- dijo la niña llorando. 

– ¡Mí pequeña! Aquí estás. Te has escondido en nuestro lugar. ¡Bien hecho! Estás helada y sedienta. Ven corazón. Iremos a mí casa. El niño quedó solo. Ven pequeña. -

– Tía Grace. No te marches. Por favor no me dejes.

– Escúchame Vicky. Jamás te dejaré. Jamás. Ahora comerás y beberás y luego nos largaremos con mí hijo. La mafia ha matado a tus padres. Pero yo velaré por ti. Y te Cuidare siempre. 

Y fue así. 

El pequeño niño de su tía era el bebé más hermoso del mundo. Y desde ese día tuvo dos madres. Grace y Victoria. 

Larry Cesare lloraba como todo bebé y de inmediato su primita pequeña lo consolaba. Lo cuidaba mientras su tía Grace trabajaba. Lo alimentaba  y limpiaba cuando llegaba de la escuela. Lo protegía cuando empezó a caminar y jugar con otros niños. Le ayudaba en el colegio y con sus tareas. Entre sus propios libros de cálculos que ella amaba enseñaba a leer a un niñito de primer grado. Victoria vivía para sus estudios,para Larry y Grace. 

Victoria estaba profundamente agradecida y cada paso que daba en la vida significaba pagar cada día un poco el agradecimiento por esa mujer que fue más que su madre para ella. Su tía Grace y ese niño eran su objetivo. Terminar su carrera para cuidarlos apropiadamente con un buen salario era básico. Y estudiaba fuerte para ello. Y el tiempo pasó con felicidad para esa familia de tres personas.  

El problema que no vio venir fue el de Larry adolescente y rebelde llevándolas de un susto a otro para salvarlo de múltiples problemas. Peleas, faltas en la escuela, amores inapropiados, alcohol, etc. Pareciera que todos los malos genes de la familia se habían mezclado en ese jovencito hermoso que era Larry Cesare.

Consejos de su madre y de su prima no le faltaban. Buenos ejemplos tampoco. La vida le brindó dos mujeres que lo amaban enormemente. Pero el jovencito no mejoraba su conducta. Y la que le sacaba de sus líos era siempre Vicky. Era su responsabilidad y su compromiso con su maravillosa tía Grace.