Episode 8

-Diablos ¿Dónde?

-Eh… ¿Quién esta…? ¡Eh joven Alan!

Exclamo una voz femenina viniendo de la espalda de este, Alan volteo encontrándose con la joven Rebeca sentada en su cama, esta salió de entre las sabanas y corrió hacia este viendo la gran herida que este tenía, fue entonces que alguien llamo a la puerta sorprendiéndola.

-¡Hermana ¿estás bien? Creí haberte escuchado!

-Estoy bien Sofí no fue nada solo se me cayó un libro y me asuste, no es nada v a dormir ya es tarde.

-Oh bien, entonces buenas noches Rebeca.

Rebeca miro a Alan y dio un gran suspiro aliviada, luego vio el rostro pálido de este y prendió la lamparilla para verlo mejor, fue entonces que sintió un líquido tibio mojar sus dedos “¿Qué…esto es sangre?” Rebeca miro a Alan preocupada y corrió hacia su ropero sacando una manta que tenía guardada allí para luego hacer presión en la herida de Alan.

-Sostenga esto y haga presión para que se detenga el sangrado…

La joven chica nerviosamente y con manos temblorosas busco hilo, aguja y vendas para curar a Alan a quien solo conocía del día anterior “Es mucha sangre no sé si pueda hacerlo, tengo miedo de lastimarlo” pensó Rebeca al ver el tamaño del corte en el abdomen de Alan.

-Eh…primero lim, limpiare la herida…eh, bueno esto yo.

-Ugh

-¡Oh lo siento, yo…yo debería llamar a alguien más para que…!

Dijo asustada Rebeca al escuchar el quejido de Alan al limpiar su herida, está nerviosa lo miro mientras el sujetaba su mano para que ella no se marchara a llamar a alguien más, “No puedo dejar que alguien más me vea así, me harán preguntas y no quiero que la gente de la mansión me miren con miedo” pensó Alan, fue entonces que noto que seguía sosteniendo la mano de Rebeca y esta lo miraba preocupada.

-No soy buena en esto joven Alan, tengo miedo de hacerle daño y que le duela…

-No se preocupe eh pasado por cosas más dolorosas, esto no es nada, yo confió en usted a sí que por favor no llame a nadie.

Respondió Alan tratando de calmar el nerviosismo de Rebeca quien sostenía una aguja e hilo en sus manos, esta dio un suspiro y miro a Alan a los ojos y este le sonrió, Rebeca tomando valor comenzó a cocer la herida de Alan mientras este aguantaba el dolor de cada punzada hecha en su vientre, al paso de una hora ya estaba completamente listo y Rebeca le pidió que se recostara en su cama… “Huele bien” pensó Alan al recostarse y sentir el aroma de las sabanas de la cama hasta quedarse dormido, al día siguiente Alan se despertó confundido al no haber recordado dormirse pero al abrir los ojos vio la hermosa figura de Rebeca frente a él, esta llevaba un vestido verde agua y su cabello suelto el cual caía sobre sus hombros como hilos brillantes de oro, Rebeca al verlo despierto se apresuró hasta el preocupada, Alan al verla en tal estado de pánico no pudo evitar sonreír, era una joven muy tímida y delicada por lo que le costaba un poco comunicarse con ella ya que temía asustarla “No sé qué decirle cuando se comporta así” pensó Alan viendo a esta, fue entonces que Rebeca levanto la camisa de Alan repentinamente provocando que este sujetara su mano con rapidez, Rebeca dándose cuenta de lo que había hecho dio un paso atrás con un rostro sonrojado por la vergüenza al darse cuenta que había levantado la camisa de Alan sin siquiera preguntarle.

Eh…yo, yo lo siento no quería hacer eso solo que, bueno tu herida esta hay, y…

-Sí, lo sé no se preocupe puede revisar si eso quiere.

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