Episode 4

-Joven Alan sígame.

Hablo el Conde mientras caminaba con la pequeña Sofía aun en sus brazos y Rebeca caminaba junto a estos, Alan entro con estos a la mansión observando el interior de la mansión “Es muy hermosa la mansión…ese cuadro parecen ser las jóvenes y el señor Conde con su esposa” pensó Alan viendo un inmenso cuadro a la entrada de la mansión, el Conde subió las escaleras de la mansión hasta un cuarto en el segundo piso entrando en este para recostar a su pequeña hija.

-Duerme tranquila mi niña.

Dijo el Conde mientras recostaba a su hija y luego salía solo con Rebeca mientras Alan los seguía desde atrás, fue entonces que escucho la conversación de estos.

-Tuviste algún problema en la fiesta de té.

-No padre, todo fue bien pero Sofí se sentía cansada por lo que nos vinimos antes de tiempo, siento haber intervenido con tus planes padre.

-No, no tienes nada de que disculparte hija mía, sé que siempre piensas en la familia así que no te preocupes.

Respondió el Conde mientras acariciaba la cabeza de su hija, esta miro a Alan de reojo sonrojándose levemente por la vergüenza de ser tratada como una niña pequeña delante de él, Alan la observo y sonrió discretamente por la escena frente a él “Hace mucho que no veía una reacción tan linda delante de mis ojos” pensó Alan mientras observaba a esta dar unos pasos hacia atrás despidiéndose de su padre para luego marcharse dejándolos a solas.

-Hah…bueno joven Alan acompáñeme a mi estudio para que podamos hablar más cómodamente.

Dijo el Conde mientras caminaba por el pasillo de la mansión hacia su estudio, al llegar el Conde camino hacia su escritorio y miro a Alan desde su asiento ofreciéndole a este sentarse frente a él, luego miro a el rostro de Alan y dio un suspiro.

-Joven Alan gracias por salvar a mis hijas, no sé qué sería de mi si a ellas les pasara algo la verdad yo estoy solo con ellas desde la muerte de mi esposa y mi hijo mayor está en la academia preparándose para tomar mi puesto como Conde en el futuro por lo que no se encuentra aquí…bueno joven Alan, puede sonar repentino pero usted dejo ver su gran habilidad al rescatar a mis hijas por lo que me gustaría ofrecerle trabajar para nosotros como escolta de ellas cuando estas tengan que salir, Sofí no puede salir mucho por si delicado estado de salud pero Rebeca participa en muchos eventos sociales representando a la familia, dígame joven Alan ¿acepta ser escolta de mis hijas manteniéndolas seguras?

-Eh Conde yo…

Alan miro la cara de preocupación del Conde  pero no podía dejar de pensar que ese no era su lugar, él se había decidido en no quedarse en ningún lugar y simplemente vivir sin tener esperanzas en nada ni nadie, este no quería sentirse solo o traicionado nuevamente por lo que prefería alejarse de cualquier que le pudiera hacer sentir estas emociones.

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