Capítulo XII: Que esos huecos en blanco dejen de serlo

-¿Qué quieres decir? .-Willey se acercó a mí curioso por mi declaración.

-El saxofonista sólo se acerca a personas que necesita en su plan, y esos son los que estábamos en su casa.-Willey parece confundido.

-Entonces, ¿Los Palacistas que dicen verlo?.-Cierro los ojos arrepentido por abrir la boca. Miro a Willey, la verdad es necesaria, y él lo sabe, puedo verlo en sus esmeraldas redondas.

-Te voy a contar, pero lo que te diga no debe salir de esta habitación, ¿Entendido? .-dije firme.-Esto no es cualquier problema pequeño, Willey. No se resume al saxofonista, ni en Xapá.

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Era Diciembre, el año es totalmente irrelevante. Todo era paz y tranquilidad, ¿Muy cursi?

Bueno, en realidad, no todo era color de rosa. La verdad es que Palacio sufría con el descontento del gobierno, como seguro ya habrás oído con otras naciones, era un gobierno con mil y un promesas, que al final nunca llegaron.

Todo esto había provocado grandes manifestaciones de todo tipo, por pobreza, por violencia, por inseguridad, por la educación, etc.

A veces, Palacio se volvía una ola de gritos durante todo el día, los siete días de la semana y no se podría decir que eran totalmente pacíficas.

Hasta que llegó el saxofonista.

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-Y por eso estoy aquí.-dije viendo el cielo con esperanza de encontrar las respuestas en las nubes. Llevaba menos de media hora a lado de Demián desahogándome sobre el músico.Si hace un año me hubieran dicho que estaría a punto de llorar con Cabot, seguro me reiría incrédula. Aún así, estoy aquí y extrañamente acudí a él, ¿Por qué me reconforta contarle esto?

-Ev.-el que usará el diminutivo de mi nombre me era raro viniendo de él, pero no me molestaba, parecía que viniendo de Cabot todo parecía en calma.-Creo que tiene una...-Su consejo se ve interrumpido por el sonido de un auto negro frenando justo enfrente de nosotros, de el, bajo un joven en traje negro y su cabello negro azabache permitía que sus ojos azules resaltaran de forma inaudita. Sin duda se llevó la atención de toda persona que pasaba por ahí en ese momento.

Aquel hombre cautivador se acercó a nosotros de forma segura, sin apartar su mirada penetrante de nosotros.

-¿Lo conoces? .-Me susurró el castaño a lado mío, parecía estar retando con la mirada al extraño, aunque si lo pienso bien, a todos suele dar esa mirada, así que no estoy segura que es lo que piensa. Yo negué su pregunta con un pequeño sonido mientras me ponía de pie.

-¿Evolet De Loughrey?.-dijo el chico al acercarse lo suficiente a nosotros. Miré un segundo a mi alrededor, todas las personas habían parado sus actividades para observar al nuevo visitante.

-Si, soy yo.-regrese mi atención al desconocido.-¿Tú eres? .-El chico con una pequeña sonrisa seductora tomó mi mano besando el dorso de esta acompañado de una pequeña reverencia. Su acción me tomó de sorpresa pero me hizo dibujar una pequeña sonrisa.

-Un placer.-Se enderezó sin soltar mi mano.- Soy Thiago MacQuoid.

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Me puse de pie con seriedad, me cruzo de brazos acercándome a Evolet para tomarla de la cintura y ponerla atrás mío, separándola del recién llegado.

-Así que, ¿Thiago MacQuoid? ¿De dónde vienes? .-pregunté sin desviar la mirada del nuevo visitante, algo me incomodaba de él, este sonríe hacia Evolet y luego sus ojos se fijan en mí.

-Soy de Villarreal, la ciudad vecina, ¿Tú quién eres?

-Demián, Demián Cabot.-Me presento analizando sus movimientos y gestos.

-Un placer, me encantaría seguir hablando, pero.-Me da una sonrisa más falsa que Xapá.- ahora tengo pendientes que atender con la señorita De Loughrey, si ella me lo permite, señorita.-me hace a un lado dirigiéndose a Evolet.- estaría encantado de hablar con usted, le invito un café.-Su rostro se compone de un momento a otro, ¿Y este quién se cree?

Miro a Evolet, quien mira al tal Thiago pensativa, mientras que yo me concentro en intentar leerla, saber que es lo que piensa, ¿Es ingenua o yo me preocupo de más? No me genera confianza alguna. Evolet me regala una mirada a mí y después a la mano extendida del chico bien vestido.

-Bien, joven MacQuoid, hablemos.-la chica sin duda alguna ingenua toma la mano del desconocido.-Hablamos luego, Demián.-No te metas, Demián, no te metas.

-Espera.-¿No sé callarme?.-No conoces a este tipo.-digo con ceño fruncido viendo al mencionado de pies a cabeza.

-Descuida, estaré bien.-Y así, ambos se subieron al carro, se fueron y yo no hice nada para detenerla.

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A principios de año, entre Enero y Marzo, se escuchaba alrededor de las dos de la mañana un saxofón tocando la misma canción llena de tristeza, era la definición perfecta de desolación y dolor. Al principio, los palacistas creían que era parte de una manifestación, pero después de una semana, a ninguno de los residentes cercanos, le agradaba escuchar a diario el saxofón.

Las primeras quejas comenzaron, llamaron a la policía días seguidos durante dos semanas para cesar a la molesta persona, más los policías al llegar al lugar, la supuesta música ya no se escuchaba y no había indicios de personas cerca, los oficiales después de unos cuantos días creían que era parte de un personaje para manifestarse, así que en lugar de detener al culpable del "ruido" había multas altas por "llamar a las autoridades sin razón".

Las manifestaciones continuaron y empeoraron por dichas multas aparentemente innecesarias. Fue así como la melodía de una melancolía sin dueño aparente apareció.

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-Para ese punto, Palacio ya era un campo de guerra, aún no existía Xapá, pero ya escuchabas hablar a los palacistas sobre la canción del saxofón.-le explicaba a Willey mientras le enseñaba unos artículos de periódicos de hace unos meses.

-¿Cuál era el punto de hacer tanto alboroto? .-preguntó Willey confundido.- ¿No se supone que el señor misterioso quería detener la producción de Xapá? .-Niego sacando otros artículos que fui guardando.

-No, Ajax, ese nunca fue el objetivo principal, te dije, esto es más grande que eso. Claro que Xapá esconde algo y me imagino que el saxofonista lo sabe, pero eso es sólo una piedra en el camino.

.¿De qué hablas, Maynard? .-el pelirrojo me miraba confundido y yo suspiro, sé que esto no debería contarlo.

-No puedo decir mucho, pero creo que el saxofonista sabe uno o dos secretos del gobierno, no sólo tiene que ver con Xapá, hay algo más. Sólo que en ese punto estoy igual que ustedes no sé todo.-Me encojo de hombros y era cierto, no lo sabía, no tenía idea.

-¿Entonces por qué confías en él?.-Willey me mira intentando comprender la información.

-Hubo y hay gente que finge ser el saxofonista, son personas comunes con la habilidad de tocar el saxofón y se aprendieron la canción que tocaba el

saxofonista.-El chico de dieciséis me mira con ceño fruncido esperando que le responda su pregunta.-Este chico enigmático se ha vuelto una figura de lucha, una figura para alzar la voz, tal vez no como un héroe pero sí creo que pasará a la historia, hay otro grupo que utiliza su imagen para otro tipo de conveniencia, ese es el grupo que todo el mundo ve. El lado que tu ves, el lado que tu hermano vio.-Willey frunce el ceño una vez más y pasa su mano por su cabello exasperado.

-¿Me dices que hay más como él?.-me río divertido por su conclusión.

-No hay nadie como él y nunca lo habrá, si bien es alguien complicado, eso no significa que no te deje algo. Creo...creo que por eso confío en él, respondiendo tu pregunta.-le sonrío viendo una de las fotografías que se tomó hace unos meses en una de las manifestaciones.-Porque me hace saber que no estoy tan loco como dicen los medios. No te obligare a que tú también lo hagas, pero intenta conocerlo más, antes de juzgarlo.

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"Intenta conocerlo más", la frase de Maynard resuena en mi cabeza, realmente lo estamos juzgando de manera errónea ¿Pero sí es como dice Maynard? Si hay más de una versión, ¿En quién creer?

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-Bien, vamos a darle una oportunidad más a ese señor misterio.-dice el chico oji-verde como niño regañado, pero sinceramente ya es un avance.

Confío en el enmascarado más de lo que debería, pero sólo tal vez así, la libertad real regrese. Es mi última esperanza.

La guerra ya había iniciado probablemente de hace mucho y si hablamos de luchas, hemos perdido demasiadas. Estoy apostando cada gramo de mi existencia en este enmascarado que se convirtió en mi amigo sin querer. Estoy apostando para que esos huecos vayan llenándose, que dejen de ser blancos y se queden con tinta para siempre.

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Canción de inspiración:

"Feeling good"-Michael Bublé

Instagram: @Liristories

Spotify: La melodía de una melancolía - Playlist

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