Capítulo VI: El músico de la casa azul

ATENCIÓN: Temas delicados no aptos para todo el mundo. Se recomienda discreción

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Los policías me dejaron afuera de mi casa después de un largo sermón.

Fastidiado entré a mi casa y fui directamente a la habitación de Andrés para contarle lo que había sucedido y sobretodo a quien volví a ver, pero al abrir su puerta, él ya dormía.

Decidí ir a mi habitación para no molestarlo y me acosté en mi cama viendo el techo.

-¿Qué hacía ahí, señorita Evolet? .-Suspiré cerrando los ojos, ¿Será que le debe dinero o algo así? ¿Por qué alguien tan importante como un integrante de la familia De Loughrey, se juntaría con un sujeto como lo es el enmascarado?

La cabeza empezó a darme vueltas, sólo me quedé ahí, hasta quedarme dormido.

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En un par de cuadras después de la esquina Bartonelli, en la calle Miranda, se encuentra una casa azul.

Ahí vive la familia Carey, ¿Qué tiene de importancia esa familia? Bueno, ahí vive Maynard Carey, un músico de veintiún años, conocido de la esquina Bartonelli por su talento.

Sin embargo, después de que el saxofonista apareció, la familia Carey fue culpada, con la excusa que su hijo sabía tocar múltiples instrumentos, entre ellos, el saxofón y que tenía influencia en las calles. Aunque se comprobó su inocencia, Maynard no volvió a salir de su casa, pues aún había personas que lo odiaban y no creían en las pruebas demostradas.

No obstante aún había alguien que continuaba visitando aquella casa azul: Willey Ajax.

Maynard era mayor por cinco años, pero eso nunca fue impedimento para que se llevaran bien.

Eso sí. Maynard Carey, ya no era el mismo que alguna vez los hermanos Ajax habían conocido.

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-Hola, Willey .- Me saludó mi amigo arreglando su cabello chino con sus manos.- ¿A qué debo tu visita?-dijo algo frustrado, eso ya no es raro de él desde que dejó de salir.-¿Es muy temprano no crees?

-Sólo quería visitar a mi mejor amigo y contarle lo que me sucedió anoche.-Sonrió de forma traviesa, a lo que Maynard suspira.- Mmm, ¿Qué sucede? Mi hermano ya casi llega, ¿Lo vas a recibir con esa cara?

-¿Tu hermano?-Maynard abre los ojos de golpe.-¿Andrés? Willey...

-¿Qué?-ladeo la cabeza confundido por su comportamiento.-Andas raro, igual que la señorita De Loughrey hablando con ese saxofo...-Maynard interrumpe con un golpe en la mesa.

-¿Evolet? Willey, deja de hablar así de ella, la puedes meter en problemas con su padre o incluso con el pueblo, si vas gritando eso como si fuera la mejor noticia del pueblo.-Frunce el ceño y aprieta la mandíbula, claramente enojado por mi comentario.

Maynard asistía al Instituto con Evolet, por lo que me dijo, eran buenos amigos, pero desde que llegó Xapá, han dejado de hablar.

-¿Qué sucedió contigo, Maynard? Andas muy agresivo conmigo.

-Me contaron lo que has hecho estos días.-señala mi cámara.-La gente me vincula más contigo y mis posibilidades de salir están siendo mínimas de nuevo. Vienes con tus conspiraciones y me hablas de Andrés, me meto en más líos cada que pasas por mi maldita casa.-El chico aumentaba el volumen de la voz cada vez más.- ¡Tienes que despertar, Ajax! TU HERMANO MURIÓ, WILLEY, DÉJALO IR.

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Su cuerpo estaba en el suelo, entre sus dedos estaba un botecito de Xapá completamente vacío y en la cama había una carta.

Willey encontró a su hermano ya tendido en el suelo.

-¿Andy?-se acercó lentamente intentado creer que su hermano solamente hacía otra de sus bromas pesadas.-¿Andrés? Levántate, no es divertido.- Andy nunca respondió y Willey sólo pudo soltar un grito de dolor intenso y desgarrador mientras abrazaba el cuerpo de su hermano intentando escuchar su corazón latir de nuevo.

Cuando los padres de aquellos hermanos los vieron tendidos en el suelo, su mundo cambió por completo. Y pocos lo podían entender.

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Hubo un silencio profundo e incómodo, de pronto un dolor en el pecho apareció y mi sangre hervía del enojo. De un momento para otro mi puño fue a parar en el rostro de Maynard.

-¡Mi hermano vive! ¡É-él no murió ese día, s-sobrevivió.-El chico en un quejido pudo levantarse y me tomó de los brazos intentando que lo viera a los ojos.

-¡No, Willey! ¡Ya no está aquí! ¡Se fue, déjalo ir! Tienes que ayudar a tus padres y sacarlos de su problema de alcoholismo!

-¡Cállate! ¿Tú que sabes? ¡Vete a la mierda!- Mis sollozos aparecieron, pero intentaba tragarlos, no quería que Maynard me viera débil.- ¡Eres un mentiroso! ¡Eres como todos los demás!- Sentía que me ahogaba, ya no quería estar ahí, necesitaba correr.

Eso hice, salí de la casa corriendo, y a lo lejos veo a mi hermano parado.

-Andrés...

-¿Estás bien? ¿Por qué lloras?preguntó con inocencia y preocupación.

-Todos son iguales en este maldito pueblo...-Ambos nos quedamos en silencio unos segundos, hasta que Andy comenzó a correr.- ¿E-eh? ¿A dónde vas?

-¡Ven, sígueme!

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-Que tenga un buen día, señora.-me despedí amablemente con la mejor sonrisa que podía dar.

Me acomode el cabello frustrado, parecía que el día iba más y más lento, cada que miraba el reloj arriba de la entrada del local. Y es que desde anoche no puedo dormir tranquilo, me siento incómodo en la cama, como si me estuvieran vigilando, y aunque abra los ojos, estoy totalmente solo.

-¡Hey! ¡Demián! Te pago para que trabajes, no para estar en la luna.-mi molesto jefe interrumpe mis pensamientos de golpe, a lo que yo le contesté de mala gana y regreso a mi puesto.

-Hola, Demián.-Levantó la mirada inmediatamente al escuchar mi nombre, viendo así al Señor Villin.- No sabía que trabajas acá.

-Hola, Señor Dominic, es un trabajo temporal, necesito algo de dinero.-me rasco mi nuca nervioso, sabía que me regañaría por no aceptar su oferta de trabajo, y eso estaba apunto de hacer si no hubiera sido por los gritos procedentes de afuera.

-¡WILLEY! ¡ESPERA!

Todo el mundo salió del establecimiento, yo salí al final, al ver aquella escena, todo Palacio se detuvo unos segundos: Evolet intentaba salvar al muchacho de dieciséis años de no saltar del puente que cruzaba un acantilado, mientras que alrededor la gente se limitaba a escuchar y a opinar.

Willey se veía devastado, sus ojos estaban hinchados, y no hablemos del resto de su rostro, su cabello era un desastre y su respiración era agitada.

-¡Déjeme, señorita Evolet! Mi hermano está allá abajo, iré con él, él me quiere ahí. Andrés me quiere ahí.

-Willey, ven vamos hablar, tú y yo, mira hacia abajo no hay nadie, ven hablemos, ¿si?-La chica se veía nerviosa y con miedo, pero intentaba conservar su calma. Evolet tomó la mano del muchacho y le dijo algo en un susurro, por lo que nadie escuchó.

Willey miró con un par de ojos cristalinos a la chica, después al vacío debajo del puente.

-Vamos, Willey, te ayudaré.-Evolet abrazó con cuidado al oji-verde hasta llevarlo al suelo, aquel que parecía ser el único lugar seguro para ambos.

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La señorita De Loughrey me abrazaba como si su vida dependiera de ello, tal vez fue eso o tal vez fue que mi hermano me sonrió y se desvaneció de pronto, pero no pude evitar llorar. Llorar por mi hermano, por olvidar el hecho que ya no estaba aquí.

Maynard tenía razón, yo también me esforzaba en tener la razón, en intentar nublar la realidad. La realidad de que Andrés Ajax se fue, se suicidó.

¿No sé supone que Xapá era para hacer a las personas felices?, ¿Por qué a él no le funcionó?

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Estaba enfrente a la casa azul, cruce a la calle con temor de ser rechazado por mi amigo, después de gritarle tantas cosas. Toqué la puerta y un chico de chinos rebeldes me abrió.

-Maynard...yo...-Mi voz temblaba de nuevo.-Yo...-sentí los brazos de mi amigo rodearme.

-No te vayas tampoco tú, aún quiero a mi amigo, no te vayas así, Willey. No me dejes también...

Esa tarde, ambos nos quedamos un rato abrazados, yo era como un hermano menor para Maynard. No entendí que él sentía, en ese momento, lo que yo por Andrés, mi hermano, mi estrella en el cielo.

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Canción de inspiración:

Hold on- Chord Overstreet

Instagram: @Liristories

Spotify: La melodía de una melancolía- playlist

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