Episode 20

INDÓMITO

Flores muertas y ciénagas,

el sueño incontrolable del desaliento, 

la forma en que tu vida se detuvo

y nunca se volvió a mover.

VENECIA 

Después de unos meses de haber llegado. Ranieri había muerto. Tancredi se enfermo tanto que tuvo que huir a una misión perturbadora, y Micol se encontró sola, tan sola que había empezado a pasar tiempo con Lucrezia, o al menos todo el tiempo que podía pasar con una persona que nunca sostenía una conversación.

Odiaba la habitación de Lucrezia, el aroma de las flores le provocaba nauseas y la sensación de descomposición debajo de todo la hacia sentir como si estuviera dentro de una tumba. Aparte de sus susurros constantes, era como si Lucrezia ya estuviera muerta y en un ataúd abierto. A pesar de ello, Micol se sentaba a menudo con ella, al principio lo hizo por que se sentía terriblemente sola, pero los últimos días lo había hecho por que tampoco quería que Lucrezia se sintiera sola. Por alguna razón, Micol había empezado a sentir un vinculo con la joven durmiente. Tenían la misma edad y las dos eran Herederas Secretas a las que el mundo se les derrumbaba a su alrededor. La única diferencia entre ellas es que los poderes de Micol no eran tan poderosos, pero le permitían seguir con vida. Mientras que los de Lucrezia eran inmensos y únicos, pero la habían condenado a una muerte en vida.

Así que Micol se sentaba con ella, acurrucada en el alfeizar de la ventana, con las persianas abiertas (en contra de las ordenes de Vendramin) para dejar que el sol invernal de Venecia se filtrara. Mas allá de los jardines amurallados, sus estatus y sus fuentes, el agua del Gran Canal brillaba.

Por todos los medios posibles, Micol trataba de bloquear el constante susurro frenético de Lucrezia, y para ello le contaba historias de sobre su vida en Toscana antes de que todo sucediera, sobre sus hermanos, sus padres,los caballos y los perros que solían criar en los terrenos de su villa en la colonia. Mientras se lo contaba, sus recuerdos eran tan fuertes que podía casi sentir el viento en su cabello y oler el aroma de los viñedos, de los pinos y del sol. Su recuerdo favorito era cuando montaba a bero, su semental, pues siempre rechazaba montar un poni o una yegua. Al revivir esos recuerdos, Micol podía, una vez mas, sentir la libertad de una vida sin limites, sin miedo.

Lucrezia nunca se detenía para escuchar, claro esta, así que continuaba con su interminable confusión de susurros, pero Micol hablaba de toda formas y cantaba algunas melodías que sabia, tonadas y canciones de cuna que su madre solía interpretarle.

Se sentaba ahí hasta que era demasiado, hasta que ya no podía seguir obligándose a respirar ese aire, así que huía al laberinto de habitaciones bañadas en oro que era el Palazzo Vendramin y entraba al jardín, respirando profundamente. A pesar de eso, era el olor putrefacto del canal lo que la saludaba, no el de los pinos ni el de los limones, los aromas familiares de su casa.

 

 

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play