Episode 4

La mirada de Lont se dirigió a la espada y levanto la mano.

_No use runas\, Guardabosques de los Midnight_ dijo en un susurro_. Escúchame\, también soy un Guardabosques. Váyanse. Ahora.

Les tomo un segundo asimilar las palabras del soldado, pero Sean asintió y le hizo un gesto a Niall para decirle que volvieran al coche. Lont liberó a la barrera gritando algo en polaco a los otros soldados, que estaban parados en pequeños grupos a lo largo de frontera. Y luego le dijo a Sarah: ¡Vete!

No se lo tuvieron que decir dos veces. Se subieron a los coches rogando que el soldado rubio en la estación no estuviera aún al corriente de la traición de Lont. Mientras tanto, Sean conducía tan rápido como podía, pero no con tanta velocidad como para que los otros soldados pensaran que tenían algo para esconder. Sarah miro a Lont a los ojos por un momento y gesticuló un "gracias" con los labios.

Sean levanto tranquilamente la mano, les agradeció a los soldados y asintió brevemente. Sarah no podía creer lo tranquilo que estaba. Ella quería verse igual de serena que Sean, pero no pudo evitar voltear y mirar a través de los espejos, se imaginaba a los vehículos del ejército o coches de la policía siguiéndolos, toda una persecución semejante a las de una película de acción. Como si con los demonios no tuvieran suficiente. Ella prendió la radio y empezó a cambiar de estación en estación.

¿Entiendes algo de polaco? Por si salimos en las noticias.

_Ni idea\, lo siento. La única palabra que entendí fue tu nombre. Espero que el guardabosques este bien_ replicó Sean_.¿Como demonios lo supo?

_No tenía idea. Supongo que deben quedar todavía algunas personas en la red cuidandoa las familias Secretas.

Sarah respiro profundamente; su boca estaba seca.

_Supongo que nunca lo sabremos. No hasta que todo esto se acabe y podamos empezar a descubrir cuántos de nosotros quedamos aún....

Las palabras de Sarah quedaron entre ellos. Los dos terminaron la oración en sus mentes: "si seguimos vivos". Estuvieron callados por un tiempo, mientras la llovizna se convertía en pequeños copos de nieve una vez más, caían blancos y silenciosos en el camino y en los campos que los rodeaban. Luego Sean entrelazó sus dedos con los de Sarah y apretó su mano por un momento, un momento que termino demasiado pronto. Regreso la mano al volante y dejó a Sarah con el corazón derretido y la mente corriendo a mil por hora.

Era la primera vez que la había tocado desde que dejaron Islay. La sensación de su piel en la de ella le trajo un mar de emociones que no sabía cómo manejar. Tragó saliva, se rodeó con sus brazos y se sumió en el asiento.

"Te amo", dijo en su mente una y otra vez. Las mismas palabras que había susurrado en su oído en la playa en Islay, con solo el mar y el viento como testigos.

Sean, su Sean.

Sarah alcanzo a verlo de perfil mientras conducía. Sus atractivos rasgos estaban tensos, apretados, pero debajo del miedo y la tensión, Sarah realmente podía ver su esencia, con los ojos tan claros como una mañana de verano y su piel dorada, la de alguien que creció en un lugar soleado, aún no perdía color después de pasar meses en Escocia y ahora en medio del invierno Europeo. Una imagen se formó en su mente: ella y Sean en los  brazos del otro, solos, en la oscuridad. Pero inmediatamente la ahuyentó. ¿Cuál era el punto si Sean estaba convencido de que podían estar juntos?.

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