Capítulo XII De alta

Estaba harto de estar en esta cama había pasado una semana desde el atentado no veía la hora de volver a mi vida. Mi papá venía a visitarme de vez en cuando, pero como siempre su prioridad era esa mujer. Ese día había discutido con mi padre, pues se suponía que él iría con Amanda y yo me iría con Catalina, pero no el señor quiso que yo llevara a mi madrastra a la dichosa recaudación.

En el camino empece a discutir con ella, ya que Amanda decía que mi futura esposa no era de confianza y que su familia era una oportunista, eso me cegó y no me fije que venían persiguiéndonos, ¿quién era ella para meterse en mi vida?, pensé. La discusión seguía en ascenso hasta que sentimos un fuerte golpe por la parte de atrás del auto, mire por el espejo retrovisor y en una intercesión otro auto nos chocó por el lado en el que iba Amanda. La imagen de su cabeza golpeando el vidrio de la ventana no va se me va a olvidar, nuestro auto fue arrastrado unas cuantas cuadras, perdí el conocimiento y cuando desperté ya estaba en la clínica.

"Hoy te daremos el alta", dijo el doctor mientras revisaba unos papeles.

Sonreí ante la noticia "Finalmente, ya estaba cansado de estar en este lugar".

"De igual manera debes seguir las instrucciones que te voy a dar", advirtió el sujeto mirándome con determinación.

"No se preocupe doctor, yo solo quiero salir de aquí. Siento que me asfixia el olor a medicina".

"No exageres", comentó el médico dejando la carpeta en una mesa.

"¿Cómo está Amanda?", pregunté intrigado.

"Aún sigue en coma, aunque la inflamación en su cerebro está disminuyendo". Explico el doctor con profesionalismo.

"Es una lástima y de seguro su hija ni se ha reportado para estar a su lado", pensé en voz alta.

"Pues te equivocas, la hija de la señora De La Fuente está aquí. De hecho no sale de la clínica". El corazón empezó a latir con fuerza al saber que Danna había regresado. Me enteré por casualidad que ella era la hija de Amanda un año después de que se casaran. Ese día entendí que tanto Danna como su madre eran unas interesadas y que seguramente habían puesto sus ojos en nosotros desde hace mucho tiempo.

Por eso nunca acepte la relación de mi papá con esa mujer y cuando lo enfrente él no creyó en mí y siempre le dio la razón a su nueva esposa. Diego me prohibió que mencionara a Danna delante de Amanda y si no cumplía lo que él pedía me quitaría todo lo que por derecho me tocaba. Por ese motivo nunca le dije sus verdades a Amanda, al menos hasta aquella noche cuando nos atacaron.

"Bueno en breve llegará una enfermera y te ayudará con las vendas, espero que cumplas con las indicaciones y te veré nuevamente en una semana". Dijo el doctor para luego salir de la habitación.

Me quede pensando en Danna y como se vería ahora, seguiría siendo igual de hermosa, seguramente está más bella. Mis pensamientos divagaban entre el pasado y el presente. Si ella está cerca en cualquier momento la volvería a ver.

La puerta se abrió de repente dejando pasar a Catalina quien venía todos los días a visitarme.

"Amor, disculpa que llegara tarde, pero mi mamá quería que la acompañará a hacer algunas cosas". Su voz sonaba algo chillona; sin embargo, con los años me había acostumbrado a ella.

"No te preocupes, más bien ayúdame a levantarme", le pedí, ya que por mis heridas no podía hacerlo solo.

"Mejor esperemos a que llegue una enfermera, me acabo de maquillar y no quiero perder mi glamour sudando como pobre".

A veces me preguntaba que hacía con una mujer tan plástica como esta, entonces recordaba que ella era la única que había permanecido conmigo a pesar de todas mis locuras.

"Está bien esperemos a una enfermera. ¿Esta noche te quedarás haciéndome compañía?"

"Lo siento cariño, pero esta noche tengo una reunión de negocios, iré con mi padre y ya sabes que esas cosas son eternas".

"Ok, entonces nos vemos mañana", dije algo desconcertado.

"OK, me tengo que ir, tengo una cita para probar mi vestido de novia".

Catalina me dio un beso en los labios y salió de la habitación sin más, era increíble que solo hubiera estado diez minutos conmigo se supone que nos casaremos y cualquier mujer en su situación hubiera querido estar con el hombre que ama, pero a Cata no le interesaba estar conmigo.

Me quedé esperando a que llegara la enfermera, mientras eso pasaba tome mi teléfono y por curiosidad busque el nombre de Danna en las redes. No había mucha información sobre ella solo que era una ingeniera excepcional no decía en que empresa trabajaba ni nada relacionado con su vida, ella era un completo enigma.

Soy un tonto, pensé. Estaba aquí buscando información sobre la chica que jugo conmigo cuando era un adolescente, si era una manipuladora a esa edad no me quiero imaginar de lo que es capaz ahora que es toda una mujer. Mi padre estaba cegado, pero yo me encargaría de abrirle los ojos.

La enfermera por fin llegó y me ayudo a alistarme para salir de este lugar, todavía no me podía mover sin ayuda, así que tendría que usar una silla de ruedas hasta que sanara por completo, mi recuperación no sería rápida y me preocupaba la empresa quien la iba a dirigir ahora que mi padre estaba todo el tiempo con su esposa y yo en recuperación.

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