Las clases habían terminado y para ser el primer día fue realmente emocionante, la tal Danna era realmente sorprendente, la manera en como se defendió de Catalina fue muy gracioso, ver la cara de ella al sentirme el jugo resbalando por su piel fue un poema. Salí del instituto, el día de hoy me había traído mi padre así que non tenia mi auto, camine hasta la salida y vi a Danna sentada en la parada del autobús, no sé que extraña fuerza me hizo caminar hasta donde ella estaba.
"¿Puedo sentarme?", no sé ni porque pregunte eso. Ella hizo un gesto con los hombros en señal que le daba igual. "¿Siempre eres así de maleducada?", volví a hacerle una pregunta tratando de sacar conversación.
"Más mal educado es quien insiste en conversar con alguien que no le interesa ni quiere conversar". Respondió de manera tan sutil que me dejo sin palabras.
"Lo siento, solo quería ser amable", comente mirando a otro lado.
"No me interesa tu amabilidad ni la de nadie ahora si me disculpas quiero estar sola".
"No puedo complacerte en eso, estoy esperando a que vengan por mí", manifesté mirando a lo lejos.
"Entonces seré yo quien se marche", se puso de pie y se fue hacia la otra esquina de la parada, esa chica me tenía intrigado, nunca ninguna joven había querido permanecer era lejos de mí, al contrario, siempre buscaban alguna excusa para lanzarse a mis brazos, pero Danna era distinta y ahora se estaba convirtiendo en un reto.
"No tienes que irte, ya llego mi transporte", le dije caminando al auto que había enviado mi padre por mí. "¿Te llevó a algún lado?", le pregunté con la esperanza de que ella se deslumbrara por el vehículo.
"No, gracias. Ya viene mi transporte", el autobús hizo su parada y Danna subió en este sin voltear a verme. Me sentía herido en mi orgullo y ahora tenia una nueva misión, hacer que Danna Miranda se enamorara perdidamente de mí, así le demostraría que ella no es diferente a las demás chicas que habían caído en mis redes.
Subí al auto molesto. "¿A dónde vamos señor?", pregunto el chófer.
"Sigue el autobús", el chófer me miró confundido, pero no dijo nada; él no era nadie para discutir mis órdenes.
El bus dio varias vueltas y después de casi dos horas vi que Danna bajo de este. "Sigue a esa chica". Ordene con la mirada fija en ella.
Danna camino un par de calles más hasta que llego una casa muy humilde. No entendía como alguien que viviera en estas condiciones podía darse el lujo de despreciarme. Le dije al chófer que me llevara a casa, ya tenía un plan para hacer que Danna se volviera loca por mí.
...********...
Después de la discusión con Catalina en la escuela y el haberme topado con Lían en la parada me sentía colapsada, así no podía volver a mi casa, necesitaba un respiro y por esa razón decidí ir a visitar a una vieja amiga.
Después de casi dos horas de viaje llegué a casa de mi nana Emilia, la quería mucho, ella era la única que comprendía cuando me sentía mal y es que a pesar de que en el instituto no mostré debilidad, en este momento me siento muy mal.
"Dannita hija, que bueno verte por aquí", dijo Emilia con una sonrisa sincera.
"Gracias nana, gracias por recibirme", dije dándole un abrazo.
"Sabes que siempre eres bienvenida, esta es tu casa", respondió ella invitándome a pasar.
Me senté a conversar con mi nana mientras el almuerzo se cocinaba. "Te veo muy triste hija, ¿qué tienes?", pregunto Emilia preocupada.
"Tuve un día difícil, en la escuela las cosas se han complicado con la compañera que te conté la vez pasada", explique cabizbaja.
"Lo siento mucho, hija, pero no puedes dejar que alguien como ella interfiera en tu paz".
"Lo sé nana, pero es difícil y más cuando ella es la popular, la que todo el mundo quiere", dije con nostalgia.
"Siento como si me estuvieras ocultando algo. Dime hija ¿qué te está pasando?", pregunto sentándose a mi lado.
"No es nada nana, mejor veamos como va el almuerzo, ya que muero de hambre". No quería darle importancia a Lían así que no vi necesario hablar de él. Pase el resto de la tarde platicando con mi nana y olvidando todo lo malo que me había pasado durante la mañana, le hable sobre el torneo de matemáticas y mis planes al salir del instituto.
Ya había caído la tarde y era hora de volver a casa, me despedí de mi nana y caminé de vuelta a la parada del autobús, lo que no me esperaba era que mi madre me estuviera esperando.
"¿Qué haces aquí?", pregunté molesta
"Sabes que no me gusta que vengas a esta zona de la ciudad", me regaño para variar mi mamá.
"Si no hubieras despedido a Emilia no habría necesidad que viniera hasta aquí", respondí molesta.
"Sube al auto, no pienso volver a discutir contigo nuevamente el tema".
"Estoy cansada de esto, déjame vivir mi vida. La única que me conoce y me escucha es mi nana".
"¡Basta! Soy tu madre puedes confiar en mí, puedes decirme lo que tanto te molesta".
"¿Para qué? Si nunca me escuchas".
"Ya basta, sube al auto y en casa hablamos de esto".
Sin ganas de seguir discutiendo me subí al auto, no dije nada más. Durante todo el camino me dediqué a mirar por la ventana, hasta que llegamos a una villa de clase alta. Nosotras no éramos pobres, aunque nos gustaba estar de bajo perfil, cuando cumplí los trece le pedí a mi mamá que no hablara de sobre mí con nadie, yo quería ganarme las cosas por mi misma.
Al llegar a casa fui directamente a mi habitación, me quite el uniforme y después de ducharme tome mi teléfono y le envié a Linda, no podía seguir molesta con ella.
No obtuve respuesta, así que dejé el móvil de lado quedándome dormida.
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Comments
jmlanena
Bien arrogante el mocoso!!! 🧐
2025-03-10
1
Maria Gonzalez Gonzalez
y no hablaron madre es hija 😒
2025-03-10
1
Maria Gonzalez Gonzalez
ya salió el patancito de papi.😡😡
2025-03-10
1