Capítulo XI Puede haber un traidor

Llegamos a la clínica, Diego me llevo a ver a mi mamá. El corazón se me rompió cuando la vi en ese estado ella siempre había sido una mujer fuerte y trabajadora y verla ahora acostada en una cama de hospital conectada a todos esos aparatos me estaba rompiendo el corazón.

"Mamá, mami ¿Qué te hicieron?", me acerqué a su cama con lágrimas en los ojos.

"Lo siento mucho Danna, yo no quería que esto pasara nunca imagine que atentarían en nuestra contra", Diego se veía realmente afectado por todo lo que estaba pasando.

"Tenemos que encontrar a los culpables de esto y debe ser pronto. Por el momento hay que buscar si tienes un traidor entre los tuyos", dije con seguridad.

"¿Por qué piensas que alguien me está traicionado?", pregunto Diego con incredulidad.

"Es obvio que los atacantes sabían bien la ruta de tu hijo y de mi mamá, si nadie los había estado siguiendo entonces alguien tuvo que revelar su ruta".

"Ya he pensado en eso, pero no hay nadie que se atreva a desafiar mi autoridad en todo el país".

"Creo que eso acaba de terminar, hay alguien que lo quiere ver destruido".

Salimos de la habitación donde estaba mi mamá, Diego se había encargado de su seguridad, pues había hombres de negro en todo el piso.

"Tienes mucha seguridad en este lugar", comente mirando a los lados.

"Es mi deber proteger a mi familia, ya les falle una vez y eso no volverá a suceder", dijo con determinación.

Caminamos por el pasillo deteniéndonos frente a una puerta a pocos metros de la habitación de mi mamá. Imagine que ahí se encontraba Lían; sin embargo, no pregunte, sino que continúe mi camino. "Tengo que ver como está mi hijo, ahora vuelvo" Diego entro a la habitación mientras que yo me quedaba viendo como se cerraba la puerta. Mi estúpido corazón volvió a latir con fuerza al saber que Lían estaba a pocos metros de mí.

Continúe mi camino, alejándome lo más que se pudo de ese hombre, desde que salí de este país puse distancia entre los dos, ni siquiera lo buscaba en las redes para evitar recordarlo, pero ahora estoy aquí casi diez años después y aun así este tonto corazón sigue latiendo por él.

Estaba perdida en mis pensamientos, pero una llamada me trajo de vuelta a la realidad, vi que se trataba de Felipe así que respire profundamente y contesté. "Hola", dije inexpresiva.

"¿Cómo es eso que saliste de viaje y ni siquiera me enviaste un mensaje para decirme?", su tono reprochándome me molesto, aunque sabía que el tenía razón, llevaba saliendo con él dos meses y ni siquiera pensé en el cuándo decidí viajar.

"Mi mamá tuvo un accidente y no tuve cabeza para nada más", le respondí con naturalidad.

"Claro, sé que nunca estoy en tus pensamientos. Siempre soy el último en enterarme de tus cosas".

"No estoy para dramas, mejor cálmate y cuando estés tranquilo me llamas". Colgué la llamada furiosa, es decir, se trata de mi mamá y si Felipe no puede entender eso entonces no vale la pena.

Espere un rato más y finalmente Diego salió de la habitación de su hijo. "Vamos para que descanses un poco, mañana volveremos".

"Quiero quedarme con mi mamá, no quiero volver a dejarla sola", estaba preocupada por ella, temía que quien la ataco apareciera y no hubiera nadie para defenderla.

"No te preocupes, ella no estará sola aquí hay muchas personas pendientes de cualquier cambio". Después de insistir por un buen rato, finalmente acepté irme con él a la casa que compartía con mi madre. Realmente Amanda estaba viviendo una vida de ensueño, la casa donde vivía con Diego era enorme, la decoración era impecable, se desbordaba elegancia en cada rincón de este lugar dando a conocer que la familia De La Fuente no era nada simple.

Respire profundamente sintiéndome culpable por alejarme de ella, el aire en mis pulmones se volvía cada vez más pesado y sentía un gran dolor en el corazón. Si no hubiera sido tan cobarde nunca me habría perdido de estar con mi mamá, ahora nunca recuperaré ese tiempo.

"Estoy seguro de que tu mamá saldrá de esta situación, ella nos necesita fuertes así que no te dejes derrotar por la desesperanza", Las palabras de Diego me mostraron otra realidad, no podía dejarme caer, al menos aún no. Esta pelea apenas empezaba y tenía que centrarme en saber quien se atrevió a llegar tan lejos.

Diego me condujo a la que sería mi habitación, no estaba muy convencida de quedarme en este lugar, pero según él esposo de mi madre no podíamos estar separados y además en su casa el podría brindarme más seguridad. Una vez estuve sola respire profundo y saque mi laptop, tenía que investigar todo sobre esta familia y cuáles podrían ser sus enemigos.

Busque casi toda la noche, pero al final el sueño me venció, acababa de llegar de un viaje y después la ida a la clínica, había tenido muchas experiencias en un solo día.

Al día siguiente desperté por un sueño, el corazón se me quería salir por la boca y mi respiración estaba agitada, ya que en este sueño me veía siendo perseguida por gente muy peligrosa, aunque sabía que era un sueño no pude evitar sentirme vulnerable.

Agarre mi teléfono y vi que tenía una llamada perdida de Felipe, también tenía mensajes do de me pedía disculpas por su reacción. No estaba de humor para lidiar con su estupidez, así que decidí contestarle después. Entre al baño y me metí debajo de la regadera, aunque mi mente estaba en lo que había descubierto anoche de la familia De La Fuente, ellos no eran tan sencillos como uno creería, Diego era un hombre con mucha influencia en el mundo de la política, así que debía conocer secretos de personas muy importantes; era un buen motivo para intentar acabar con su familia. Aun me quedaba mucho por descubrir y sentía que no.me quedaba mucho tiempo para hacerlo.

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Comments

Maria Gonzalez Gonzalez

Maria Gonzalez Gonzalez

maratón, maratón, maratón 😀

2025-03-12

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