Capítulo 18

Rafaela estaba enojada, imaginando que su amiga lo sabía todo, por eso insistió en que fuera a la reunión.

Tan pronto como llegó a la oficina de la empresa, Rafaela fue directamente a la oficina de Ava. Cerró la puerta con más fuerza de la que pretendía, haciendo que Ava, que estaba escribiendo algo en la computadora, saltara en su silla.

—¡Ay! ¡Qué susto! Dijo Ava, mirando a Rafaela con sorpresa. — ¿Qué pasó?

Rafaela se cruzó de brazos y miró a su amiga con aire de acusación.

—Lo sabías, ¿verdad?

Ava frunció el ceño, pero su expresión rápidamente se transformó en una sonrisa culpable.

—¿Sabía qué? No te entiendo.

—¡Que la reunión en Grupo Vasquez Tech era con Nicolás! Rafaela señaló a Ava, con la voz cargada de frustración.

Ava se rió nerviosamente y se recostó en su silla.

—Está bien, yo... lo sospechaba, no estaba segura.

—¿Lo sospechabas? Rafaela arqueó una ceja, dudosa.

—Bueno, vi el nombre Grupo Vasquez Tech en el correo electrónico y, por curiosidad, investigué un poco. Cuando vi que el CEO era Nick, até cabos.

—¿Y pensaste que sería una buena idea mandarme allí sin avisarme?

—Rafa, si te lo hubiera dicho, ¿habrías ido?

Rafaela dudó, pero terminó resoplando y llevando las manos al cielo.

—¡No importa! Podrías, al menos, haberme preparado para el shock.

—Está bien, está bien... ¿Y cómo fue? ¿Habló de ustedes o de trabajo? Preguntó Ava, inclinándose hacia adelante, con los ojos llenos de curiosidad.

Rafaela suspiró y se sentó en la silla frente al escritorio de Ava.

—Fue... complicado. Quería hablar de trabajo y fue profesional. La respuesta de Rafaela tenía un dejo de decepción.

—Estás viendo, solo quería hablar de trabajo.

—Pero no se resistió a hacer sus comentarios sarcásticos...

—¿Como?

—Como decir que sigo estando "nerviosa", como me conoció. Rafaela puso los ojos en blanco. —Y para colmo, se inventó que quiere una fiesta de disfraces para el evento de la empresa.

Ava se rió, divertida por la expresión de enojo de Rafaela.

—Bueno, al menos tiene buen gusto para los eventos. Las fiestas de disfraces siempre gustan.

—¡Ah, y al final, Nick todavía me pidió mi contacto directo! Rafaela volvió a levantar las manos. —Dijo que era para "alineaciones de última hora", sin intermediarios.

—Vaya... Bueno, por ese lado, parece que Nick realmente está tratando de acercarse a ti.

Rafaela la miró seriamente.

—Ava, esto no es gracioso. Tiene que entender que el pasado es pasado.

Ava se encogió de hombros, todavía sonriendo.

—Quizá esté tratando de demostrarte que ha cambiado.

—O quizá solo se esté divirtiendo a mi costa.

—¿Y tú? ¿Cómo te sientes con todo esto?

Rafaela abrió la boca para responder, pero se detuvo. La verdad era que no lo sabía. Sentía rabia, confusión y algo más que no quería admitir.

—No importa cómo me sienta. Voy a seguir haciendo mi trabajo, pero voy a mantener esto estrictamente profesional.

Ava sonrió, pero no dijo nada. Sabía que Rafaela estaba tratando de convencerse a sí misma más que a ella.

—Estoy en mi oficina trabajando... Dijo aún sin saber por qué estaba molesta porque Nicolás no hubiera hablado de ellos.

El viernes por la mañana, Rafaela recibió el correo electrónico de Ava informándole que Nicolás había solicitado una reunión para ese día. Suspiró al ver su nombre y negó con la cabeza, sintiendo que era otra de sus jugadas, ya que estaba dentro del plazo que habían acordado.

—Esto tiene que ser una broma... Murmuró, pero sabía que no podía negarse.

Poco antes del mediodía, llegó a la sede del Grupo Vasquez Tech y la llevaron directamente a la oficina de Nicolás. Él la esperaba con su postura confiada y una sonrisa casual que inmediatamente la puso a la defensiva.

—Rafaela, me alegro de que hayas venido. Se puso de pie, tendiéndole la mano.

Ella aceptó el saludo a regañadientes, sintiendo su toque que se prolongó.

—Estoy aquí para hablar del evento. Así que, ¿qué necesitas saber o qué quieres añadir?

Nicolás cogió la chaqueta colgada del respaldo de la silla y sonrió.

—Bueno, en realidad, pensé que sería mejor que habláramos durante el almuerzo. Es el único tiempo libre que tengo hoy.

Rafaela frunció el ceño, desconfiada.

—¿Almuerzo? Pensé que era una reunión.

—Y lo es! Pero una reunión con buena comida. ¿Vamos?

Antes de que ella pudiera protestar, Nicolás ya le estaba sujetando la puerta. Rafaela lo miró vacilante, pero terminó cediendo.

—Esto es altamente poco profesional, para que conste. Se cruzó de brazos mientras lo seguía.

—Y por eso mismo lo hace todo más interesante. Dijo Nicolás guiñándole un ojo.

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