Fragmentos.

Cómo si de una bola de fuego se tratase, Lucifer caía bruscamente hacia las profundidades del infierno. El infierno es un lugar espantoso, el calor era insoportable, las llamas hacían que el respirar sea prácticamente imposible. Lucifer fue cayendo más y más abajo, dónde al final, en el noveno círculo Lucifer por fin cayó. Levantándose con dificultades. Al prestar más atención una lágrima de ira salió de él. Su cuerpo estaba totalmente inmóvil, su cuerpo había sido separado de su alma. Los cuatro jinetes bajaron hasta ahí, dónde lo vieron extrañados, pues para ellos, había dos Lucifer.

— ¿Qué significa esto? —Preguntó Uriel, acercándose un poco al alma de Lucifer. Entendió que su cuerpo había sido separado de su alma, pero no entendía el motivo. A ellos no les había pasado eso, y realmente le preocupaba—. No era la forma en la que pretendía gobernar el cielo, Lucifer.

—Solo tenemos que salir de aquí. No creo que sea tan difícil. —Comentaba Sariel. Estaba segura que Lucifer los sacaría de ahí, pero no duró mucho ese pensamiento, ya que Lucifer les hizo saber que por el momento no podría sacarlos a todos de ahí.

—Apenas y tengo una quinta parte de mi fuerza y gaste mis últimas fuerzas en ocultar las otras partes de mi poder, eso sin mencionar que sin la espada, no podremos entrar al cielo. No le basto con humillarme, si no que ahora me obliga a estar aquí… lo destruiré todo. Juro que acabaré con todos en el cielo así sea lo último que haga.

— Mi señor, —Habló Azazel. Era un chico atractivo, no aparentaba tener más de 19 años; un par de alas blancas, aunque un poco más pequeñas que las que tenían los arcángeles; cabello corto y color castaño; ojos negros y portaba una armadura celestial. Ninguno de ellos noto su llegada, incluso Lucifer se sorprendió de que estuviera ahí—. Si lo tranquiliza un poco, la espada no se encuentra en el cielo. Yo mismo me encargue de eso… aunque… no se en donde está en el mundo terrenal.

— ¿Azazel? ¿Qué estás haciendo aquí? —Lucifer se miraba preocupado, Azazel no tenía que estar ahí.

—Por ahora eso no es importante, mi señor. Según mis cálculos la espada debió caer no muy lejos de Israel. —Comentaba mientras se deshacía de su armadura. Lucifer no sabía cómo procesar la información de Azazel, la espada no estaba en el cielo y él estaba ahí, algo que no quería. Yekun tenía que asegurarse de que el no luchara, de que él se encontrara a salvo—. Tenemos la ventaja de que Dios no puede bajar al mundo humano, y no le conviene dejar desprotegido el cielo ya que perdió a cinco arcángeles, sin embargo nosotros tampoco podemos hacerlo. —Azazel hablaba con la verdad, estaban en la misma posición que el cielo—. Pero no pongan esas caras, afortunadamente para ustedes me tienen aquí, y tengo un plan. Con el poder actual de Lucifer y el de nosotros seremos capaces de sacar por lo menos a uno de aquí, ¿Pero a quién?

—Será Sariel. —Dijo en seco Lucifer, pues aparte de ella y Azazel, estaba seguro que jamás lo traicionaría. Lucifer extiende sus brazos, los cuales son tomados por Azazel y Uriel, mientras que Raguel tomara la de Uriel y Remiel la de Azazel, finalizando en una clase de circulo cuando Remiel y Raguel se tomaron de las manos, dejando en el centro a Sariel—. Donde Dios creo la luz, la oscuridad llevara muerte, caos y destrucción. La puerta se abrirá para que la oscuridad del infierno cubra la luz.

Al finalizar las palabras de Lucifer, un pentagrama en llamas aparece debajo de Sariel, ella se asusta por unos segundos, pero sin previo aviso ella ya no se encuentra en el infierno. Mira por todas partes pero no comprende en donde está. Extiende sus alas y comienza a volar, su ropa estaba totalmente quemada, al echar un vistazo hacia abajo puede ver una clase de cráter en llamas. Antes que nada, una túnica aparece alrededor de ella, tapando su desnudez. Mientras volaba sin rumbo, la voz de Lucifer se hacía presente en su cabeza. «MI poder fue escondido en cuatro niños mortales, seguramente en este momento ya no lo son. Tendrás que encontrarlos antes de que sepan lo que son, si no los encuentras pronto, cualquiera de ellos podría matarte.» Las órdenes de Lucifer eran claras, pero tenía una misión más. «También tienes que buscar un recipiente. De ser posible también tienes que encontrar mi espada.»

—¿Un recipiente? —Pregunto Sariel a la nada. No sabía si Lucifer la escucharía, pero así fue. «Aunque mi cuerpo físico no pueda salir de aquí, mi alma si que podría, pero mi poder es tan grande que un humano cualquiera moriría después de unas cuantas horas de servirme como recipiente. Necesito que consigas un humano con la inmortalidad de un vampiro, la fuerza de un lobo, la capacidad de usar magia, una velocidad sin igual, entre otras cosas. En pocas palabras una creatura con todas las virtudes de mis creaciones.» —. ¿Pero cómo hare eso? —«Ese es tu problema, no el mío. Seguramente serás capaz de resolverlo.» Fue hasta entonces que la voz de Lucifer desapareció de la cabeza de Sariel, dejando sus pensamientos para ella sola.

—Se llamará quimera, la única en su especie.

Dos años no eran nada para un ser celestial como Sariel, sin embargo en el mundo terrenal si que lo eran. En alguna parte del mundo, en la oscuridad de la noche cuatro mujeres, cada una con un bebé en brazos corrían por el bosque desesperadas y llenas de sangre. Los niños no parecían tener más de dos años. Tras de ellas corría una multitud de personas con antorchas, lanzas y grandes rocas. Las mujeres sabían que no podrían seguir corriendo más, estaban agotadas. Con su último respiro dejaron a los cuatro pequeños escondidos entre los árboles mientras que con un abrazo y un beso en la frente los abandonaron ahí. Entregándose a sus perseguidores. Sin dudarlo las decapitaron sin siquiera darles un juicio. Sin saberlo, unos penetrantes ojos rojos los observaban desde las sombras. Ellas murieron para proteger a sus hijos, sin embargo y por el miedo uno de ellos comenzó a llorar, lo que delató su ubicación. Estaban listos para quemarlos vivos, sin embargo un poderoso gruñido que resonaba en todas direcciones los detuvieron. El miedo se hacía cada ves más grande al no saber de dónde venía ese aterrador sonido. Los ojos rojos es lo único que delata a un gigantesco lobo de color negro. ¿Desde cuándo estaba ahí? Su pelaje se confundía con la oscuridad de la noche, mientras que sus dientes blancos y ojos rojos se van haciendo cada vez más grandes conforme se van acercando.

— ¿Qué están haciendo en el bosque tan noche? —Dijo una misteriosa voz desde lo alto de un árbol, dirigiendo todas las miradas hacia él—. ¿No saben que hay criaturas de la noche rondando por aquí?

— ¡Son aliados de las brujas! —Gritaron en la multitud—. ¡Hay que matarlos!

— ¿Aliados? ¿Brujas? —El hombre estaba en la oscuridad, no podían ver su rostro hasta que esté bajo de un salto—. Soy Eneko Lasker. A diferencia suya, yo quiero ir lo que tienen que decir antes de que mueran, ¿Por qué asesinaron a esas mujeres? ¿Pretenden hacer lo mismo con esos pequeños? —Señalo con el dedo a los niños, quienes se abrazaban el uno al otro.

—Practicaban brujería. Esas criaturas que llaman niños son hijos del mal. —Dijo un joven que Eneko no se molestó en ver.

—Ya veo. —De nuevo todos voltearon asustados ya que el lobo se lanzó contra ellos, arrancando sus extremidades de un solo mordisco, mientras que Eneko con un solo sorbo les arrebataba la sangre del cuerpo. Eneko tomó una de las lanzas y la lanzó, clavando en ella a cuatro personas justo en la cabeza. Todos fueron muriendo, mientras los niños los observaban confundidos, pero sin miedo. El osico del lobo estaba completamente lleno de sangre, nadie pudo hacer nada contra ellos. De las casi 60 personas solo quedo una, un pequeño joven de no más de 17 años, quién se sujetaba la cabeza, esperando su final. Eneko se acercó lentamente hasta él, tomándolo fuertemente del cabello lacio y castaño que tenía, manchándolo aún más de sangre—. ¿Cuál es tu nombre, pequeño?

— ¿Qué… que demonios son ustedes? —El chico estaba aterrado, pero aún tenía coraje para enfrentarlos.

— ¡Huy! Respuesta equivocada. —Dijo con una sonrisa mientras jalaba del cabello del chico, casi arrancándoselo.

— ¡Guillermo! ¡Mi nombre es Guillermo! —Gritó sujetando los brazos de Eneko, quién lo suelta haciéndolo caer al suelo de espaldas. El lobo, quién estaba quieto hasta entonces se acercó a ellos, transformándose en Blas—. ¿Qué son ustedes?

—No hace falta matarlo, nos ayudará a que entiendan lo que pasa si salen de noche. —La voz de Blas era un poco diferente, como si tuviera problemas para concentrarse en mantener su forma humana, mientras se acercaba lentamente al chico—. Somos un hombre lobo y un vampiro. Anda, vete. Cuéntales lo que pasa si entran aquí de noche.

Sin pensarlo dos veces el chico corrió despavorido, aterrado y con lágrimas en los ojos, muy seguramente se había hecho en sus pantalones. Eneko estaba molesto, no estaba seguro si dejarlo con vida era lo mejor. Podría convertirse en un problema, pero Blas ignoró por completo sus palabras, parecía más interesado en los niños. Los niños los veían, no parecían tener miedo, pero estaban confundidos. No sabían lo que pasaba.

—¿Recuerdas lo que dijeron? —Preguntó Eneko.

—Dijeron algo… pero no preste atención.

—Son hijos del mal, ¿Por qué dirían eso?

—Es posible que sean los niños que mencionó Sariel. —Blas tomó a dos de los pequeños mientras que Eneko tomó a los otros dos—. Si es así, ¿Crees que los salvamos en vano? Seguramente Sariel los matará.

—Es cruel dejarlos aquí… a su suerte. Será mejor llevarlos con nosotros. —Eneko comenzó andar mientras que Blas lo seguía con duda—. ¿Se lo piensas contar?

—No lo sé. —Contestó sin más—. Lo que si se es que no confío en Sariel, lo que hicieron con nosotros me está matando lentamente.

Eneko no contestó. Siguieron su paso subiendo una gran colina dónde los esperaba un lago inmenso, dónde del otro extremo había una cabaña hecha de troncos. El camino hasta la cabaña era de una gran cantidad de flores y pasto, una hermosa vista para cualquiera. Al entrar, la belleza de afuera es opacada por la sangre y los cuerpos tirados en el suelo que había dentro de la cabaña.

—No creo que sea un buen lugar para que vivan unos niños, ¿O tú que opinas?

—Tienes razón, Blas. Será mejor que limpies este lugar. Daré un paseo con los niños. —El sarcasmo de Eneko lo molestó, sin embargo no dijo nada, tenía que hacerlo.

Pasaron varias horas, pero por fin había terminado. La casa estaba limpia pero, ese olor a muerte y sangre aún estaba ahí, seguramente el sería el único que lo olería. Quizás lo mejor era ir a buscar a Eneko, ya estaba por amanecer y aún no volvían, sin embargo al abrir la puerta quedó completamente paralizado, alguien estaba esperándolos ahí.

—Si que ha sido bastante difícil encontrarlos. Así que aquí es donde se esconden. —La voz de la mujer era suave, pero provocaba un terrible miedo en él.

—Sa…Sariel…

— ¿Quién más idiota? —Dijo cambiando totalmente su expresión—. Quiero que me entreguen lo que les dimos. El poder para los sobrenaturales, seguramente aún tienen un poco. —Blas no sabía que hacer, de ser posible se lo entregaría, pero el no lo tenía, Eneko era quien lo resguardaba, pero si él volvía Sariel vería a los niños. —¿Qué estás esperando? ¡Dámelo!

—Eneko, él es quien lo tiene. Salió, no creo que regrese en un tiempo.

—Ya veo, bueno igual tengo tiempo de sobra. Puedo esperar.

—¿De verdad? —Blas no sabía que hacer. Estaba desesperado. «Esta a punto de amanecer, Eneko está a punto de regresar. ¿Qué hago? ¿Qué hago?» Los pensamientos de Blas no le permitían concentrarse. Estaba sudando. —¿No prefieres que te busquemos en cuanto llegue?

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, seguro que tienes cosas mas importantes que hacer que esperar a Eneko.

—Pues a decir verdad, aún no logro encontrar la estrella de la mañana, Lucifer podría matarme por eso.

—Te repito, cuando Eneko llegue, nosotros te buscamos. Es lo menos que podemos hacer por las molestias.

Sariel sospecha un poco de las palabras de Blas, había algo raro en su forma de hablar, sin mencionar que estaba bañado en sudor, pero pronto comprende lo que pasaba.

—Puedo ver tu cara de preocupación. Tienes miedo de no poder controlarte y atacarme, ¿No es así?

—¿E-es muy obvio? —Dijo aliviado.

—No creo que pudieras acercarte a mi, pero tú autocontrol es de alabar. —Dijo estirando sus alas—. Está bien, me iré. Pero quiero que sea lo antes posible, ¿Escuchaste?

Sariel no dijo nada más. Se había marchado. Blas por fin pudo respirar tranquilo. Eneko probablemente se tuvo que quedar en algún otro lado por el sol, así que no lo vería hasta la noche. Lo que le pareció perfecto ya que aprovecharía para dormir.

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Zulay Gonzalez

Zulay Gonzalez

Hola saludos 👋 sabes me gustaría saber cómo sabes todo esto sobre los angeles caídos? yo sé un poco de Azazel, Samael y hasatan , la mayoría de las personas solo saben de hasatan ósea solo piensan que es uno. será que si entre tu conocimiento sepas que la mayoría de los humanos son ángeles que tienen que pasar por el vientre y nacer para venir a rectificar en la tierra y así dependiendo de su comportamiento sube o baja

2022-03-19

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Capítulos
1 Prólogo.
2 EL PRINCIPIO DEL FIN.
3 Fragmentos.
4 LOS HERMANOS LASKER.
5 ARCÁNGELES.
6 RECIPIENTE.
7 ESCUELA SOBRENATURAL.
8 PASADO.
9 LA HIJA DEL DEMONIO.
10 ¿CERBERO?
11 LAMAS NEGRAS.
12 VOCES.
13 LA BESTIA DE LA LUNA LLENA.
14 AZAZEL, EL PRÍNCIPE DE LA IRA.
15 ENFRENTAMIENTO.
16 INFILTRACIÓN.
17 DESPERTAR.
18 SECRETO.
19 LA LLAMA ETERNA.
20 PROBLEMAS.
21 MOSCAS.
22 ÉL SEÑOR DE LAS MOSCAS.
23 AMENAZAS.
24 EL NECRONOMICON.
25 CONEJILLO DE INDIAS.
26 PRIMERA LECCIÓN.
27 INFINITA OSCURIDAD.
28 EL REGRESO DE LOS JINETES.
29 LA ESCUELA DEL PECADO.
30 REVELACIONES.
31 CARA A CARA.
32 NADA.
33 EN CAMINO.
34 CUÍDALOS.
35 REFUERZOS.
36 LIBERACIÓN.
37 LA PESADILLA DE RAGUEL.
38 EL REGRESO DE LUCIFER.
39 CASTIGO.
40 EL PODER DE LUCIFER.
41 PERDÓNAME
42 ¿FERMÍN?
43 EL TRATO DE NICHOLAS.
44 CULPA TUYA.
45 FAMILIAR.
46 SEGUNDA OPORTUNIDAD.
47 FOTO.
48 RECUERDOS.
49 BIENVENIDA.
50 LOS SIETE PRÍNCIPES DEL INFIERNO.
51 DESPEDIDA.
52 MI CASTIGO.
53 HASTA PRONTO.
54 INDIGNOS.
55 MONSTRUOS.
56 LA DIMENSIÓN DEL CAOS.
57 DASHA SMIRNOVA.
58 HEREJE.
59 LOS HERMANOS KUCHER.
60 LA BESTIA DE LA LUNA LLENA.
61 DEL ODIO AL AMOR. PARTE I.
62 DEL ODIO AL AMOR. PARTE II.
63 SACRIFICIOS.
64 MEFISTÓFELES.
65 EL EFECTO DEL PECADO.
66 LOS CABALLEROS DE SAN GUILLERMO. PARTE I.
67 LOS CABALLEROS DE SAN GUILLERMO. PARTE II.
68 LOS CABALLEROS DE SAN GUILLERMO. PARTE III.
69 NO DIGAS NADA.
70 LA NIÑA QUE ORABA POR EL DIABLO.
71 BASURA.
72 EL ESCRIBA DE DIOS.
73 TRAIDOR.
74 EL ÁNGEL DE LA PURIFICACIÓN.
75 REUNIÓN.
76 LA FALSA TRINIDAD.
77 NO LO RECUERDO.
78 BILL Y JOHAN.
79 PAZUZU.
80 LO QUE MI CORAZÓN SIENTE.
81 LA ESCUELA DEL PECADO.
82 ¿QUE DEBERÍA HACER?
83 CODICIA.
84 EL BASILISCO VS. LA QUIMERA.
85 EL ANGEL DE LA MUERTE.
86 NO PUEDE ESTAR PASANDO.
87 VELKORCK LAFARC.
88 FALSA ESPERANZA.
89 EL VENENO DE DIOS.
90 HOMBRE MUERTO.
91 SATANÁS.
92 LOS CUATRO REYES CELESTIALES.
93 EL LLAMADO DE DIOS.
94 FRENTE A FRENTE.
95 EL FRUTO PROHIBIDO.
96 PREFIERO LA MUERTE.
97 CASERÍA.
98 MALAS PERSONAS.
99 EXTRAÑOS.
100 PERDIDOS.
101 DISCUSIÓN.
102 LOS OCHO SELLOS DEL APOCALIPSIS.
103 EL PRINCIPIO DEL FIN.
104 TRES DE LOS DOCE.
105 REUNIDOS.
106 CONFIANZA.
107 DISFRUTANDO DE SU VIDA.
108 LA REINA DE CORAZÓNES.
109 PACTO.
110 UN MAL ANTIGÜO.
111 EL LÁTIGO DE SARIEL.
112 GULA VS PEREZA.
113 PAPÁ.
114 MAMÁ.
115 LA MUERTE, EL ANGEL Y EL DEMONIO.
116 LO SIENTO TANTO.
117 PROMESA.
118 LA LANZA DEL DESTINO.
119 MARIONETA
Capítulos

Updated 119 Episodes

1
Prólogo.
2
EL PRINCIPIO DEL FIN.
3
Fragmentos.
4
LOS HERMANOS LASKER.
5
ARCÁNGELES.
6
RECIPIENTE.
7
ESCUELA SOBRENATURAL.
8
PASADO.
9
LA HIJA DEL DEMONIO.
10
¿CERBERO?
11
LAMAS NEGRAS.
12
VOCES.
13
LA BESTIA DE LA LUNA LLENA.
14
AZAZEL, EL PRÍNCIPE DE LA IRA.
15
ENFRENTAMIENTO.
16
INFILTRACIÓN.
17
DESPERTAR.
18
SECRETO.
19
LA LLAMA ETERNA.
20
PROBLEMAS.
21
MOSCAS.
22
ÉL SEÑOR DE LAS MOSCAS.
23
AMENAZAS.
24
EL NECRONOMICON.
25
CONEJILLO DE INDIAS.
26
PRIMERA LECCIÓN.
27
INFINITA OSCURIDAD.
28
EL REGRESO DE LOS JINETES.
29
LA ESCUELA DEL PECADO.
30
REVELACIONES.
31
CARA A CARA.
32
NADA.
33
EN CAMINO.
34
CUÍDALOS.
35
REFUERZOS.
36
LIBERACIÓN.
37
LA PESADILLA DE RAGUEL.
38
EL REGRESO DE LUCIFER.
39
CASTIGO.
40
EL PODER DE LUCIFER.
41
PERDÓNAME
42
¿FERMÍN?
43
EL TRATO DE NICHOLAS.
44
CULPA TUYA.
45
FAMILIAR.
46
SEGUNDA OPORTUNIDAD.
47
FOTO.
48
RECUERDOS.
49
BIENVENIDA.
50
LOS SIETE PRÍNCIPES DEL INFIERNO.
51
DESPEDIDA.
52
MI CASTIGO.
53
HASTA PRONTO.
54
INDIGNOS.
55
MONSTRUOS.
56
LA DIMENSIÓN DEL CAOS.
57
DASHA SMIRNOVA.
58
HEREJE.
59
LOS HERMANOS KUCHER.
60
LA BESTIA DE LA LUNA LLENA.
61
DEL ODIO AL AMOR. PARTE I.
62
DEL ODIO AL AMOR. PARTE II.
63
SACRIFICIOS.
64
MEFISTÓFELES.
65
EL EFECTO DEL PECADO.
66
LOS CABALLEROS DE SAN GUILLERMO. PARTE I.
67
LOS CABALLEROS DE SAN GUILLERMO. PARTE II.
68
LOS CABALLEROS DE SAN GUILLERMO. PARTE III.
69
NO DIGAS NADA.
70
LA NIÑA QUE ORABA POR EL DIABLO.
71
BASURA.
72
EL ESCRIBA DE DIOS.
73
TRAIDOR.
74
EL ÁNGEL DE LA PURIFICACIÓN.
75
REUNIÓN.
76
LA FALSA TRINIDAD.
77
NO LO RECUERDO.
78
BILL Y JOHAN.
79
PAZUZU.
80
LO QUE MI CORAZÓN SIENTE.
81
LA ESCUELA DEL PECADO.
82
¿QUE DEBERÍA HACER?
83
CODICIA.
84
EL BASILISCO VS. LA QUIMERA.
85
EL ANGEL DE LA MUERTE.
86
NO PUEDE ESTAR PASANDO.
87
VELKORCK LAFARC.
88
FALSA ESPERANZA.
89
EL VENENO DE DIOS.
90
HOMBRE MUERTO.
91
SATANÁS.
92
LOS CUATRO REYES CELESTIALES.
93
EL LLAMADO DE DIOS.
94
FRENTE A FRENTE.
95
EL FRUTO PROHIBIDO.
96
PREFIERO LA MUERTE.
97
CASERÍA.
98
MALAS PERSONAS.
99
EXTRAÑOS.
100
PERDIDOS.
101
DISCUSIÓN.
102
LOS OCHO SELLOS DEL APOCALIPSIS.
103
EL PRINCIPIO DEL FIN.
104
TRES DE LOS DOCE.
105
REUNIDOS.
106
CONFIANZA.
107
DISFRUTANDO DE SU VIDA.
108
LA REINA DE CORAZÓNES.
109
PACTO.
110
UN MAL ANTIGÜO.
111
EL LÁTIGO DE SARIEL.
112
GULA VS PEREZA.
113
PAPÁ.
114
MAMÁ.
115
LA MUERTE, EL ANGEL Y EL DEMONIO.
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LO SIENTO TANTO.
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PROMESA.
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LA LANZA DEL DESTINO.
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