LAMAS NEGRAS.

Las clases continuaron sin percances, hasta que llegó la hora de la excursión, ya pasaban de las dos, era la última hora de clases, pero todo apuntaba a que duraría más de lo habitual. Se trataba de un proyecto de la materia de biología. La maestra Flora creía que recolectar insectos y diferentes tipos de yerbas era algo sencillo, después de eso tenían que observar su comportamiento, su alimentación en cuanto a los insectos, y averiguar si las yerbas servían para algo medicinal, o en su defecto, si eran venenosas.

—Bien chicos, se que no son unos niños, pero aún así les diré unas pequeñas reglas, aunque la más importante es que no quiero que se separen del grupo. —Flora tenía una voz gentil, y su tamaño la hacía ver demasiado tierna—. El bosque es famoso por su densa niebla y es mucho más grande de lo que párese, podrían perderse.

Sin más, todos comenzaron su camino, Flora, Eneko y Blas iban al frente, dirigiendo a los alumnos. La neblina no tardó en aparecer, era densa, y era difícil ver muy lejos.

—¿Por qué necesitamos insectos? —Preguntó Joseph, con la intención de que todos lo escucharan—. Debería bastar con los que hay aquí.

—¿Podrías guardar silencio, chico malo? —Kai ironizó, ya que a parte de él, nadie más contestó—. ¿Acaso quieres meternos en problemas?

—Yo estoy muy emocionada. —Comentaba muy alegre Rosa. Ese día llevaba una mochila de color morado, mientras que con sus manos iba sujetando los cordones de la misma, dando pequeños saltos al caminar. Joseph no pudo evitar dar una sonrisa por lo tierno de la situación. Mientras caminaban, el grupo de Joseph iba quedando atrás de los demás. Joseph ya ni siquiera veía a los demás—. ¡Deprisa! ¡Ellos nos dejarán sin nada interesante!

—Ya no los puedo ver, seguro que ellos tampoco, ¿Qué tal si tomamos un atajo?

—Flora fue muy clara Joseph. —Kai trataba de caminar en línea recta, quizás para poder ubicar a los demás.

—Vamos Kai, ¿Realmente eres tan frío? —Joseph tomó en brazos a la pequeña Rosa, tomando el camino a su izquierda. Rosa aunque sonrojada, y un poco asustada, no puso resistencia. Joseph escuchaba las quejas de Kai, pero aún así los estaba siguiendo, lo que hizo que pusiera una sonrisa en su rostro. No sabían muy bien cuánto habían caminado, realmente la niebla no los dejaba ver a ningún lado. Joseph bajo a Rosa con delicadeza, quién camino a los árboles, tomando de ellos varios insectos, al igual que hacía crecer las plantas para poder tomar los insectos más fácilmente.

—¡La cantidad de insectos es increíble! —Dijo tomando diferentes tipos de frascos para cada uno de los insectos.

—Creo que ya son suficientes, deberíamos irnos ya. —Kai parecía un poco asustado, quizás nervioso.

—¡Que les parece! El mago de hielo no tiene de hielo sus emociones. —Joseph no paraba de reír con cada una de sus palabras. Kai parecía molesto.

—No es miedo, idiota. —Contestó cursando los brazos—. No quiero tener problemas, y ya estamos suficientemente lejos de los demás.

—Tranquilo, miedoso. —Dijo con burla—. Mi olfato podría rastrear el olor de los demás a Kilómetros. No hay de que preocuparse. Llegaremos sin que nadie se de cuenta de nuestra ausencia.

—Solo por qué todo esto lo haces para impresionar a la chica, sino, ya me hubiera largado.

—¡Jajaja! —Joseph comenzó a reír nervioso—. ¿Rosa? Por supuesto que no.

Kai solo se burló de Joseph, quién parecía un tomate, lo que hace que Kai se ría aún más. Al desviar la mirada, Joseph se percata de la ausencia de Rosa.

—Kai, ¿Dónde se metió Rosa? —Las palabras de Joseph hicieron que Kai dejara de reír casi instantáneamente.

—Estaba aquí hace un minuto.

—¿A dónde iría? —Joseph parecía preocupado.

—No importa, solo usa tú olfato y encuéntrala.

—El aroma de Rosa es peculiar, es como yerbas y flores, algo que aquí abunda.

—Sabia que no era una buena idea. —Kai corrió, gritando el nombre de Rosa, Joseph no tardó en unírsele.

Mientras corrían, la desesperación de Kai fue muy notoria, Joseph realmente se estaba asustando, la cara de Kai estaba muy pálida, estaba aterrado.

—Kai…

—Tú también lo sientes, ¿verdad?

—Es una sensación de peligro… pero… ¿Qué significa?

—No es una sensación, es una presencia. —Joseph no comprendía esas palabras, quizás podía sentir cosas por ser un brujo—. Será mejor encontrar a Rosa cuanto antes.

Joseph sabía que Kai ocultaba algo, quería preguntarle, sacarle lo que sabía a golpes, pero encontrar a Rosa era más importante que cualquier otra cosa. Los minutos pasaban, y no había señales de Rosa, sin embargo había algo que Joseph no podía ignorar.

—Hace calor… —Dijo en un susurro—. Algo se quema. ¡Es por aquí, Kai!

Kai lo siguió, solo para encontrar a Rosa envuelta de sangre, casi no podía oír su corazón. Unas misteriosas llamas negras se dirigía hacia ella, pero no podía hacer nada, no alcanzaría a llegar—. ¡Rosa! —Gritó, pero sus ojos miraron al suelo con rabia, sabía que las llamas la consumirían, pero al regresar la mirada, Rosa estaba cubierta por una pared de hielo, apagando sin problemas y de una manera rápida las llamas. Kai había salvado a Rosa en el último momento.

—¡Retrocede, Rosa! —Gritó Kai, dejando de correr. Kai parecía estar viendo algo entre las llamas, pero él no podía ver nada. No hizo más que acercarse a Rosa, asegurándose de que estuviera aún con vida.

—¿Estás bien? —Preguntó Kai, sin dejar de ver las llamas.

—Tienen que irse, ella… ella no es humana.

—¡Sal de ahí, déjame verte! —Gritó, ignorando las palabras de Rosa. Joseph no sabía que hacer. Estaba aterrado al ver la sangre en el cuerpo de Rosa.

—Espero que ustedes sepan en dónde están. —Joseph vio furioso a la chica que salía de entre las llamas.

—¿Quién eres? —Preguntó levantándose del suelo, dejando a Rosa con cuidado—. ¿Cómo te atreves a hacerle algo así a una chica tan dulce?

—¿Dulce? Ella es peligrosa. No dudaría en matarla. Solo quiero información de los hermanos Lasker. Es todo. —La chica hablaba con un acento ruso, uno que ya había escuchado antes.

—¿Por qué quieres saber de ellos? —Preguntó Kai, con el mismo acento.

—Soy Dasha, por cierto. —Habló mirando a Joseph—. En cuanto a ti, no tengo por qué contestarte.

—Entonces tampoco tenemos que hablar de los hermanos Lasker, así que nos iremos. —Contestó Joseph, provocando una risa en la chica.

Sin previo aviso, Dasha lanza una bola de fuego negro en contra de Kai, pero está no llega muy lejos, ya que una bola de hielo impacta con ella, generando una leve explosión, liberando pequeños fragmentos de hielo, al mismo tiempo que la niebla se disipaba de ese lugar. Es ese momento en el que Joseph se lanzó contra Dasha, con sus ojos rojos como la sangre; garras enormes y sus orejas puntiagudas; su rostro también había cambiado un poco, asemejando una apariencia canina. Sus colmillos buscaban el cuello de Dasha, pero está sin problemas lo esquiva. Dasha parecía mucho más rápida que Joseph ya que esquivaba cada uno de sus zarpazos, pero en un descuido, Joseph logra sujetarla del cuello con la mano derecha, mientras que con la izquierda trata de arrancarle la cabeza, pero Dasha logra zafarse de las garras de Joseph, pero el movimiento hizo que las garras quedarán marcadas en su rostro, mientras la sangre corría de su cara. El lobo estaba contento por su logro, pero esa sonrisa rápidamente desaparece al ver cómo las heridas de Dasha se curan casi instantáneamente, con un solo puñetazo en la cara, Joseph cae al suelo, mientras los ojos en rabia de Dasha se clavaban en él.

—¡Maldito humano! —Gritó mientras su rostro cambiaba, su rostro era aterrador, sus ojos totalmente negros lo asustaron demasiado, mientras que los cuernos de su cabeza lo asustaban aún más—. ¡Pagarás por eso!

—No golpeas nada mal, niña, pero no perdonaré lo que hiciste con Rosa.

Dasha golpeó en repetidas ocasiones a Joseph, pero poco a poco, Joseph también lograba darle varios golpes, haciendo que la chica se enojara aún más. «Sus movimiento son torpes, ¿Por qué?» Joseph por fin lo entendió, Dasha no quitaba los ojos de Kai, quién también la observaba con rabia, pero no hacia nada por pelear. «¿Acaso quiere que me mate? ¿No soy suficientemente peligroso para ti?» Joseph quería saber en qué pensaban esos dos, pero no podía, no lo sabría nunca. Atacó tan fuerte a Dasha que está tuvo que poner toda su atención en él.

—өвдөлт. —Joseph no entendió la palabra, pero una luz comenzó a formar un círculo alrededor de Joseph, quién estaba muy confundido por lo que estaba pasando.

—¡Joseph, muévete! —El grito de Kai sonaba alarmante, Joseph trató de alejarse de la luz, pero no podía moverse, fue entonces que un intenso dolor comienza a surgir desde lo más profundo del lobo, haciendo que este de gritos desgarradores por el dolor.

—Castigo infernal. —Dasha escuchaba gloriosa los lamentos de Joseph, feliz por su sufrimiento—. Es una técnica perfecta para ti.

—Es una técnica peculiar, pero no espectacular. —Decía Kai, un poco más calmado, acercándose lentamente a Dasha, quién lo observaba detenidamente—. Hace que el rencor que tengas en ti mismo, se manifieste en dolor.

—Eso confirma mis sospechas, debí suponerlo por tú habilidad con el hielo. —Dasha dejo de prestar atención en Joseph, quién seguía gritando de dolor—. Eres el mago de hielo, Kai Smirnov, ¿No es así? Has cambiado bastante desde la última vez que te vi, hermanito.

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