un obscuro deseo

Y es así como Don Martin, fue a la cueva nuevamente y volvió a hablar con el charro.

Charro: Pero no pierdes el tiempo, Martin, dime si estás listo para entregar a uno de tus hijos?

Martin: De hecho tengo a 6 mujeres preñadas, dime a cuál prefieres.

Charro: Esta vez no será tan fácil, me entregaras al niño y aparte me entregaras la sangre de la madre, te diré que ritual debes hacer.

Martin: Si lo que sea, solo dame el oro, he estado viviendo de préstamos y apariencias.

Charro: Y así será siempre pero en fin, lo que harás será seguir las instrucciones de este pergamino, que te entregaré,si haces todo correctamente, el costal de oro aparecerá bajo el árbol de pino que está en la orilla de la finca.

Martín: Pero señor, no sé leer ni escribir, cómo sabré cómo hacer lo que está escrito ahí?

Charro: Hay Martin es lógico que no lo leerás, trae ilustraciones osea pinturas y podrás descifrarlo con claridad.

Y es así que Don Martin, comenzó a hacer sus atrocidades todo estaba listo, esa misma noche llevo a su primera víctima, la joven que se le insinuaba.

Don Martin: Ahora usted, acuéstese en el piso, ahí donde está la pintura de la Estrella.

Lo que la joven no sabía era que era un pentagrama pintado con un pedazo de carbón.

María: Oiga mi señor, pero no le hará daño al niño?

Martin: No le dije que hable o si?, acuéstese y cállese.

La mujer se quedó quieta y en silencio, él le puso un pañuelo en los ojos y la amarro de manos y pies. De pronto Martin saco una daga y la clavo en el pecho de la mujer que no murió al momento, agonizaba, pero no moría, en automático comenzó a sangrar de su parte baja y así perdió al niño.

Una vez que perdió al niño, ella falleció, el siguiente paso fue colgarla de los pies hacia una tinaja hecha de barro, hizo un corte en la yugular y así drenó la sangre del cuerpo.

Todo ese sadismo tenía un fin, que don Martin tuviera dinero ese dinero que estaría sucio y manchado con sangre de inocentes.

Martin ya era un monstruo sádico y sin escrúpulos, un asesino serial en toda regla y su único objetivo eran las riquezas.

Con todas las embarazadas hizo lo mismo, la sangre la guardo en aquellas tinajas las cuales tenía que enterrar cerca al cerro donde estaba la cueva del charro, él sabía que sería bien recompensado por ello y así fue.

Al llegar a su finca una vez que estuvo todo realizado al pie de la letra. Recibió su oro, estaba enterrado bajo el árbol eran 6 costales de oro.

Martin estaba enloquecido por tanto oro, ahora no era suficiente, quería poder.

Poco a poco la gente del pueblo comenzó a murmurar sobre lo que el hacía.

Las jóvenes desaparecían y todos sospechaban de don Martin, para evitar eso, comenzó a ir por mujeres de otros pueblos.

Llegaba a casas de campesinos y les ofrecía oro, por sus hijas. Estos al ser personas de bajos recursos, no podían negarse.

Su ambición era ya sin límites y sus atrocidades apenas comenzaban.

Todo era por dinero y poder eso lo había enloquecido totalmente.

Don Martin comenzó a realizar fiestas y comidas, dónde invitaba a ricos y poderosos, cada noche se dedicaba a sus fiestas llenas de lujo y ostentosidad, siempre comenzaban a la 12 pm y terminan a las 4 AM. Y eso solo era una parte de todo lo que ese monstruo haría.

Aún falta lo peor y su ambición y soberbia lo llevaría a cometer actos abominables.

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