#1

Narra Alastor.

Desde que Lucifer se fue al cielo todo se me vino de cabeza, él se llevó a Charlie nuestra pequeña hija y yo me quedé con Tomás, él realmente me causa dolores de cabeza, pero aún así es el mejor hijo que pude tener, todas las noches fantaseo con que Lucifer toque las puertas del castillo y volver a ser la familia que éramos antes de que se fuera, nunca me dijo la razón de porque fue aceptado en el cielo otra vez.

Ser el rey del infierno ahora es extraño, no es difícil como decía mi marido, ningún demonio se acostumbra aún a que sea el nuevo rey, ya que el nombre de "Lucifer" siempre estuvo en la boca de todos, como una pesadilla que jamás quisieran tener.

A veces es taaaan aburrido estar solo en el castillo, mi hijo suele salir siempre con Yadael, un amigo de su infancia. Cuando llega sano y salvo me vuelve el alma al cuerpo.

Mi hijo Tomás, siempre se mostró cariñoso, atento y carismático conmigo, es igualito a mí, nunca me mostró desobediencia alguna pero, últimamente lo estaba haciendo.

.... . ....

Alastor se encuentra viendo un par de fotos en el album familiar.

Tomás bajó las escaleras y abrazó a su padre para decirle buenos días.

Alastor — ¿Cómo dormiste?

— Dice mientras deja las fotos de lado —

Tomás — De lo peor, creo que estoy teniendo insomnio.

— se talla un poco los ojos —

Alastor — Tengo un par de pastillas si quieres.

Tomás — No te preocupes.

— lo mira y ve las fotos —

Alastor suspiró.

Tomás — ¿Por qué estás viendo el album?

Alastor — Pues, para recordar la familia que somos.

Tomás — Papá esto no es una familia.

— Dijo mientras saca un taza —

Alastor — Tomás, tu padre tiene cosas importantes que hacer.

Tomás — Uhm, si ahora al abandono se le dice hacer cosas importantes pues bien, como tú digas.

— le pone bastante café a la taza y luego le pone agua —

Alastor — Yo sé que tu padre volverá en algún momento...

Tomás — Mira papá, ¿Realmente quieres seguir creyendote el cuento de qué va a regresar?

Alastor — Él va a regresar.

Tomás solo suspiró y lo abrazó.

Alastor — Confía en lo que te digo...

Tomás — No quiero que él te siga dañando, estás bajo su sombra, ¿Acaso estarás toda la vida así?

Este no respondió y hubo un pequeño silencio incómodo.

Tomás — Como sea te dejo pensando, tengo planes con Yadael.

Alastor — ¿Otra vez?

Tomás — El idiota se metió con unos mafiosos y bueno, lo buscan para matarlo.

— toma algo de café —

Alastor — No quiero que te metas en eso.

Tomás — Descuida, por cierto, ¿Cuando vendrá la tía Rosie?

Alastor — Probablemente hoy, dijo que estaría desocupada.

Tomás — Bueno, trataré de llegar temprano entonces.

Alastor — Cuídate mucho Tomi, por favor.

Tomás — No te preocupes-

— suena su teléfono —

Un momento.

Se da la vuelta y contesta.

Yadael — TOMÁS

Tomás — ¿Qué?

Yadael — LOS MAFIOSOS ME ESTÁN PERSIGUIENDO POR TODO EL INFIERNO, SE LES UNIERON LOS BASTARDOS A LOS CUALES LES GANÉ HACIENDO TRAMPA EN EL CASINO AYER, ¿TE ACUERDAS?

Tomás — Uhmmm...no, pero espero puedas librarla eh.

— Dice mientras toma tranquilamente su café —

Yadael — DIJISTE QUE ME AYUDARÍAS.

Tomás — Sí, pero después de tomar mi café de todos los días, no sabes el insomnio que me dió anoche.

Yadael se escuchaba muy agitado ya que mientras lo perseguían este hablaba.

Yadael — NO ES MOMENTO DE CONTARME SOBRE TU INSOMNIO, ¿¡SABES!?

Tomás — Oye

Yadael — ¿¡QUÉ!?

Tomás — ¿Cuál era la raíz cuadrada de nueve?

Yadael — ¡LO VIMOS LA SEMANA PASADA!

Tomás — Pero cual era

Se cortó la llamada.

Tomás — ¿Cuál era la raíz cuadrada?

— Se queda pensativo mientras toma lo poco que le queda de café —

Alastor — ¿No qué tenías qué ir con Yadael?

Tomás — Ah, cierto, deja termino y ya voy.

Alastor ríe y cierra el album.

Tomás — La raíz cuadrada la raíz cuadrada...

— Este estaba concentrándose tratando de acordarse la respuesta —

Definitivamente necesito la respuesta y Yadael sabe cual es.

Dejó la taza en la mesa y salió rápidamente del castillo.

Alastor — Este niño por Dios.

Pocos segundos después tocaron la puerta.

Alastor algo desanimado abrió.

Rosie — ¡Al!

Alastor — ¡Rosie!

Yadael se encontraba saltando de edificio en edificio ya que aquellos mafiosos estaban disparándole.

Yadael — ¡HIJOS DE PUTA!

Una bala rozó su rostro.

Yadael — ERA BROMA.

Este ágilmente bajó del edificio y los perdió de vista un momento.

Yadael — Casi...

El demonio se dió la vuelta y Tomás estaba atrás de él.

Yadael — ¡¡AHH!!, AVÍSAME CUANDO APAREZCAS.

Tomás — ¿Cuál es la raíz cuadrada de nueve?

Los mafiosos aparecieron atrás de ellos y comenzaron a disparar.

Yadael se escondió atrás de la basura para que no le llegara alguna bala.

Tomás formó un escudo a su al rededor y lo miró.

Yadael — ¿¡QUÉ!?

Tomás — ¿Cuál era la raíz cuadrada?

Yadael — AH PUTA MADRE TOMÁS.

Tomás — Dime o no te ayudo.

Yadael — TRES IDIOTA TRES, ESA ES LA PUTA RAÍZ CUADRADA DE NUEVE.

Tomás — Ahh, pensaba que era cuatro.

Tomás usó su flexibilidad sobrehumana y comenzó a comerse a los mafiosos.

Yadael — Sádico de mierda, era matarlos, no comértelos.

Tomás — Me tomé solo un café esta mañana, tengo hambre.

— Dice mientras agarra a otro y lo mete a su boca —

El resto de mafiosos huyeron, otros se quedaron disparándole como si eso fuera útil.

Mientras tanto en el castillo Alastor y Rosie se encontraban tomando una tacita de té.

Rosie — ¿Tomi no está?

Alastor — Ah no, salió con Yadael.

Rosie — Es una pena, quería verlo.

Alastor — Volverá rápido, solo fue a ayudarlo a algo.

Rosie — ¿Qué hizo ahora Yadael eh?

Alastor — Se metió con unos mafiosos.

Rosie — Ay no, igualito a Mimzy.

Alastor — Su hijo perdido.

Rosie — ¿Cómo la has llevado sin Lucifer?

Alastor — Cada día lo extraño más.

Rosie — ¿Y ninguna sola carta te ha dejado?

Alastor — No.

Pasó al rededor de una hora y Rosie insultó a Lucifer de una y mil formas cuando de repente Tomás llegó cubierto de sangre y con una hoja en mano.

Rosie — ¡Tomás!

Tomás — ¡Tía Rosie!

Se abrazaron y Alastor sonrió, pero al ver esa hoja en la mano de su hijo se puso serio.

Alastor — ¿Qué es eso?

Rosie — ¿Uh?

Tomás — Ah, me lo encontré en la puerta del castillo, ten.

Le pasó la hoja.

Rosie — ¿A cuantos mafiositos te comiste?

— Dice orgullosa y emocionada —

Tomás — Unos 48, no habían muchos la verdad.

Rosie abrazaba a Tomás como a un muñeco.

Alastor — ¡ES DE LUCIFER!

Rosie y Tom se miraron para nada contentos.

Tomás — ¿Y qué dice?

Alastor — Lucifer quiere verte.

Tomás — Ay no, que pesadilla.

Rosie — ¿Solo eso?

Alastor — Bueno, dice que quiere hablar conmigo también...

Tomás — Ni siquiera le aceptes.

Alastor — Hizo una reunión para mañana, estará Sera, Charlie y Lucifer.

Rosie — Ni pienses en ir.

Alastor — ¡Sigue siendo mi esposo!

Tomás — Un esposo no abandona a su marido ni a su hijo.

— Este se fue enfurecido a su cuarto y dió un portazo —

Rosie — Tu hijo tiene razón.

Alastor — ¿Qué debería hacer...?

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