CAPÍTULO 18.

CAPÍTULO 18.

—¿Estás bien? —preguntó Joseph una vez dentro de la casa.

Ali lo abrazo fuertemente.

—Me siento tan aliviada de decirle todo lo que venía acumulando. —exclamó ella. —Gracias por esperarme y lamento que Nirv haya oído todo.

—No te preocupes. —exclamó él. —Pensamos que podíamos preparar el almuerzo y pasar el día contigo, si no tienes planes, por supuesto.

—De hecho planeaba ir a visitarlos, antes de que me interrumpan. —Sonrió.

—Entonces me pondré manos a la obra con el almuerzo. —exclamó él, sonriéndole.

—Yo llevaré a esta niña a mi habitación para buscar su regalo. —exclamó Alina y Nirvana gritó emocionada.

Alina y Nirvana corrieron hasta la habitación de la primera para buscar la muñeca. Apenas entraron, Nirvana observó el lugar con atención.

La habitación de Ali tenía paredes blancas y un fondo en color durazno en el cual tenía fotos y algunos cuadros decorativos. Su cama de dos plazas estaba ubicada en el centro de la habitación y junto a ella tenía una pequeña mesita con una lámpara de noche.

Del otro lado, había una puerta en la cual se encontraba el armario y un pequeño vestidor con espejo.

—Es muy bonito tu cuarto, Ali. —Exclamó Nirvana.

—¿De verdad te gusta?

La pequeña asintió.

Ali sonrió en respuesta y busco dentro del armario el regalo de la pequeña para entregárselo.

—La vi en el centro comercial y pensé en ti. —Exclamó Ali, dándole la Barbie a la pequeña, quien la recibió con una emoción que para Alina fue una caricia al alma.

—Gracias Ali. Es muy bonita. —Exclamó ella, abrazándola.

Alina le devolvió el abrazo a la pequeña niña y sintió como si se llenara un vacío en su interior que ni siquiera sabía que existía. Esa niña era tan tierna y amorosa que quizá sea una cura para el corazón herido de ella.

—¿Ese es mi papá? —preguntó la niña emocionada, señalando una foto en la pared del cuarto.

Ali miró en esa dirección y tomó a la pequeña en brazos, acercándose.

—Ese es tu papá. —Afirmó Ali.

—Mi papá es un príncipe. —Exclamó Nirvana.

—Lo es. Es un príncipe. —Le sonrió Ali.

—Y tú pareces una princesa. —dijo la pequeña, señalando a Alina en la misma fotografía.

—¿Te parece?

—Sí. —dijo la niña.

—¿Quieres conservar la foto?, tengo una copia.

—Sí. —dijo ella. —Le diré a papá que la ponga en mi mesa de noche.

—Me encanta la idea. —Dijo Ali, bajando a la niña y yendo en busca de la otra fotografía. —Incluso mira. —exclamó nuevamente. —Tengo un cuadro aquí para que pongas la foto.

Ali tomó un cuadro en el que tenía una foto suya con Christian y lo vació. Luego puso la foto de ella y Joseph y se la entregó a Nirvana.

—Ali, ¿tú sabías que yo no tengo mamá? —preguntó la niña, dejando a Ali impactada por aquello.

No se atrevió a responderle nada, sino que la abrazó fuerte y le acarició el cabello.

—No tienes una mamá, pero tienes un papá que te cuida el doble. Eres tan afortunada Nirv.

—¿Te gustaría ser mi mamá, Ali?

Alina no supo qué responder. Sin embargo, como caído del cielo, se oyó un carraspeo a espaldas de ellas.

—¡Papá!—gritó ella. —Mira lo que me regaló Ali. —Dijo enseñándole los obsequios.

—Vaya, qué bonitos. —Exclamó Joseph. —¿No me digas que ese soy yo? —preguntó observando la foto.

—Sí. —Dijo Nirvana. —Y Ali tiene una copia en su pared.

Joseph observó lo que su pequeña le mostraba y Ali notó cierta emoción en su rostro.

—¿Almorzamos?

Ambas chicas asintieron y fueron detrás del hombre hacia el comedor para degustar de las delicias que sabía preparar.

Ese día, unas horas más tarde y luego de haber visto una película de dibujos animados que quería ver Nirv, Joseph se levantó del sillón y luego dijo:

—Princesa, la abuela quiere verte. ¿Quieres ir?

—Sí. —exclamó la pequeña, entusiasmada. —¿Puedo quedarme a dormir con la abuela?

—Solo si ella quiere. —Exclamó Joseph. —Te dejaré allí y luego me iré, debo trabajar hoy.

Nirvana asintió y fue en busca de sus cosas.

—¿Quieres acompañarnos?

—¿Le gustará a tu madre?

—No tendrá problema, te lo aseguró. —Sonrió él.

Alina asintió.

Una vez que la pequeña se preparó, Ali y Joseph salieron junto a ella y subieron al coche para ir a la casa de su abuela.

Apenas llegaron, Joseph se aparcó junto a la casa y los tres bajaron del coche, ya que Nirvana quería enseñarle a Ali el cuarto que tenía en la casa de su abuela.

Nirvana corrió hacia la puerta y golpeó esperando a que salga Marina, la madre de Joey.

—¡Abuela! —Gritó la nena cuando su abuela salió finalmente a recibirla.

—Mi niña hermosa. —Exclamó la mujer, abrazándola. —Me alegra que vengas a visitarme.

—Abue, quiero contarte algo. —Exclamó Nirv.

—¿Qué quieres decirme?

—Me quedaré a dormir contigo.

—¿De verdad? —preguntó la mujer.

—Nirvana, amor, te dije que solo si la abuela quería. —Exclamó Joseph mientras él y Ali se acercaban a la mujer. —Hola mamá. —Saludo con un beso en la mejilla.

—Hola señora Marina. —exclamó Ali, corriendo un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—¿Alina? ¿Alina Levine? —preguntó ella.

—Sí, soy yo. —Exclamó Ali.

—Qué alegría verte, supe por Joseph que saliste en libertad. —dijo ella. —Anda, ven dame un abrazo.

Alina sonrió y se acercó a la señora para saludarla. Ella la abrazó fuertemente.

—Abue, ¿puede Ali conocer mi cuarto?

—Claro que sí. —dijo Marina. —Vayan, me quedaré con tu padre.

 Mientras Ali subía a la habitación de Nirvana, la cual era muy parecida a la que tenía en su casa, Joseph se quedó en el living hablando con su madre.

—Dime, hijo… ¿Qué hace Ali ahora que salió de prisión?

—Trabaja conmigo en el restaurante. —exclamó él. —Es una excelente cocinera y le fascina hacer postres. Así que se encarga de eso.

—Me alegra mucho. ¿Ha vuelto a ver a Christian?

—Sí. —Dijo él. —Las cosas no fueron bien entre ellos. Creo que Chris está arrepentido, pero le causo mucho daño a Ali.

—Debo decir que estoy del lado de la chica. —exclamo ella.

—Lo sé. —Dijo.

—Quiere mucho a Nirvana. —Observo la mujer, mirando a su hijo con picardía.

—Oh, sí… Ese dúo se complementa.

—¿Ya le dijiste la verdad Joseph?

—No sé de qué hablas. —Dijo él.

—Hablo del abogado. —Dijo ella.

—No… No necesita saberlo. —exclamo él.

—¿Y la otra verdad?

—Mamá, no sé a qué te refieres. —exclamo Joey poniéndose nervioso.

—Puedes mentirle a tus amigos. A Christian, a tu hija y a la mismísima, Ali, pero no a tu madre. ¿Crees que no me di cuenta de que siempre la amaste? ¿Qué clase de amigo pagaría un abogado durante siete años fingiendo que fue de parte de otras personas para que ella salga en libertad?

—Uno bueno mama. —Dijo él. —Me considero buen amigo.

—Eso es amor, Joey. —exclamo ella. —Aun después de irte de aquí a estudiar, no paraste de preocuparte por ella. Volviste cada año para el día de su cumpleaños con la esperanza de verla, aun sabiendo que no te dejarían.

—Ella estaba sola allí y…

—¿Y qué, Joey?, —interrumpió. —Tienes veintiséis años, eres joven. No desperdicies tus años. Si la amas, díselo.

 —Abue, ¿entonces puedo quedarme? —pregunto Nirvana, corriendo hacia el sillón. Por un momento, Joseph se asustó pensando que, tal vez, Alina había escuchado algo, pero ella apenas entraba a la sala.

—Claro que puedes quedarte. —exclamo Marina.

—Nosotros debemos irnos mama. —exclamo Joseph.

—Está bien hijo. —exclamo ella. —Llevaré a Nirv mañana por la tarde, así puedes tomarte un tiempo libre.

—Está bien mama. —Dijo. —Pero si ella llora o…

—Ya, vete. —exclamo Marina. —Estará conmigo, ¿sí?, estará bien.

Joseph suspiró.

—Está bien ma. —exclamo él. —Nos vamos.

Nirvana se despidió de su padre y Alina con un abrazo y luego, Marina abrazo a Alina y a su hijo. Finalmente, los chicos se fueron.

—¿Y bien? ¿A dónde vamos?

—Yo tengo el día libre, pero tú… tienes que ir al trabajo.

—Soy el jefe. —exclamo él. —Puedo faltar, si el plan es bueno.

—Se me ocurre una caminata por la playa y… tal vez un helado.

—Qué cliché. —Dijo Joseph riendo.

—¡Hey! —Reclamo ella, golpeando su hombro.

—Es broma, vamos. —Respondió él sonriendo.

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Comments

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Díselo,,porque yo creo que ella te va a responder igual

2024-04-19

0

Liliana Bonilla

Liliana Bonilla

WOW!!! Eso si que no me lo esperaba Joey es demasiado lindo

2024-03-26

3

Arminda Ovelar

Arminda Ovelar

sabía yo que ese cariño de amigo era algo más que aora es correspondido por Alina....dicelo Joseph dile tus sentimientos y sean felices

2024-03-09

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