CAPÍTULO 17.

CAPÍTULO 17.

La semana en el restaurante fue bastante movida, pero no hubo ningún evento extraño. Al menos no hasta el día viernes.

Mientras que Ali estaba entusiasmada hablando con sus compañeros, ya que el lunes comenzaría con el curso de cocina, una feliz Miranda Harrington ingresaba a la cocina del restaurante, dejando a todos impactados.

—Hola a todos. —exclamo ella.

—Miranda. —Dijo Joseph. —¿Qué te trae por aquí?

—Me gustaría hablar contigo y con Alina, en privado.

Joseph observó a Ali y luego asintió.

—Bien, pasemos a la oficina. —exclamo Joseph, guiando a ambas mujeres hacia una pequeña habitación en el local, la cual estaba ambientada como una oficina.

—¿Qué se te ofrece, Miri? —pregunto Joseph.

—Como ambos saben, pronto me casaré con Christian. —exclamo ella. —El próximo fin de semana haremos una pequeña reunión para anunciar la boda a los medios y nos gustaría que estén presentes.

—Lo siento Miranda. —exclamo Alina. —No creo que sea buena idea que vaya.

—Ali, por favor, eres mi invitada. —Dijo. —No me importa lo que piensen los demás, ni siquiera Christian.

—Te confirmaremos en la semana, ¿bien? —exclamo Joseph.

—Está bien. —Dijo Miranda. —Ali, de verdad me encantaría verte allí.

Una vez que miranda se fuera, Joseph y Alina se quedaron por unos minutos en silencio. Joseph miró a su amiga y noto su cara. El suspiro, por su mente, paso que tal vez, Alina aún tiene sentimientos por Christian, y el hecho de que su antigua amiga le traiga la invitación a su fiesta de compromiso, le afligía un poco.

—Ali, no tienes que ir si no te sientes cómoda.

—Creo que iré. —exclamo ella. —Estoy cansada de esconderme, quiero mostrarle al mundo que no soy la niña tonta de diecisiete años que enviaron a la cárcel.

—No tienes que demostrarle a nadie nada.

—¿Cuándo acabará esto, Joseph?

Joseph suspiró y la abrazo fuertemente. Últimamente, ambos sentían una conexión muy fuerte. Cuando ella no estaba, él solía extrañarla demasiado. A veces sentía que le faltaba el aire, pero todo volvía a la normalidad cuando ella le enviaba un mensaje de texto o simplemente lo visitaba.

Lo mismo le ocurría a ella.

Por las noches solía soñar con el abrazo de Joseph. Sobre todo después de la noche en la que durmieron juntos en su habitación. Sintió que, después de esa vez, no le sería posible dormir sola. Y la verdad era que sí podía dormir, pero su descanso no era el mismo. Lo extraña, eso es.

Siguiendo el abrazo con Joseph, Ali elevo su vista hacia el rostro de su amigo, lo observo viéndola. Sus rostros estaban un poco cerca y eso le causaba un poco de nervios.

Joseph estaba apoyado contra su escritorio y la sostenía con firmeza, como si tuviera miedo de que ella pudiera romperse. La veía como algo frágil.

Sus miradas permanecieron conectadas y sus rostros se acercaron cada vez más, hasta que no hubo más distancia. Los labios de Joseph chocaron tiernamente con los de Ali en un beso suave pero a la vez satisfactorio. Tanto el cómo ella suspiraron aliviados.

El corazón de Joseph, palpitaba como loco, mientras que el de ella, se derretía de amor.

Ambos sabían lo que les estaba pasando. Ahora lo veían con claridad. Lo de ellos era algo más que una amistad. ¿Cómo no lo vieron antes?, era amor. Amor sincero.

Cuando ambos se separaron, se observaron por unos minutos a los ojos antes de darse cuenta de lo que había ocurrido.

Ali carraspeó y se alejó un poco de él.

—Lo… Lo siento. —exclamo Joey avergonzado.

—No te preocupes, también fue mi culpa. —Dijo ella.

Ambos sonrieron y como si nada hubiera pasado, regresaron al trabajo. Las cosas siguieron igual, al menos por ese día.

Al día siguiente, Alina había pensado en ir a visitar a Nirvana y llevarle la muñeca que compro para ella. Así que, apenas se despertó, se dio una ducha y desayuno para luego comenzar a dejar su casa organizada y desocuparse por el día.

Cuando acabo con la limpieza, se sentó unos minutos para descansar, pero el timbre del apartamento interrumpió sus planes.

Ali se levantó y se acercó a la puerta para abrirla y recibir a quien fuese que se atrevió a interrumpir sus planes.

—¿Christian? —Exclamo ella, sorprendida al verlo apoyado en el marco de la puerta.

—Hola, Ali.

—¿Qué haces aquí?

—Quería… hablar. —exclamo. —¿Puedo pasar?

—Sí. —exclamo ella, haciéndose a un lado. —Creo que se te ha hecho costumbre venir aquí.

—Lo sé. —Respondió. —No sé por qué lo hago.

—Cuéntame. —exclamó Ali, ubicándose en el sillón frente a él.

—Supongo que sabes que me casaré en un mes. —exclamó él.

—Claro que lo sé.

—Siento mucha presión y ni siquiera estoy seguro de querer casarme.

—¿Sabes que no soy la persona indicada para darte consejos, verdad?

—Lo sé, pero… —Se tomó unos minutos para hablar. —Siempre que necesitaba hablar con alguien estabas tú y ahora…

—Mira, si vienes a pedirme que no vaya a tu fiesta de compromiso, tranquilo…

—¿Qué? No… no es eso.

—Mira, Christian… —exclamó ella.

—Te amo, Ali. —exclamó él. —A pesar de todo lo que ocurrió con nosotros, mi hermana y todo eso… Te amo. —Volvió a decir. —Quiero mucho a Miri y ella ha sido de gran apoyo para mí, ella me hace feliz y… nos casaremos y todo eso, pero no es lo mismo.

En ese momento, el timbre de la casa volvió a sonar. Ali estaba en shock, por lo que no respondió nada de lo que Chris le dijo anteriormente. Simplemente, se levantó de su asiento, suspirando y abrió la puerta. Se sorprendió mucho al ver a sus visitantes: Joseph y Nirvana.

—Hola. —Exclamó Ali sonriendo.

—Apenas se despertó y comenzó a insistir en venir a verte, así que pensamos en darte la sorpresa. —exclamó Joseph. —¿Estás ocupada?

—¡Tío Chris! —gritó la niña, corriendo a los brazos de Christian.

—Hola princesa. —exclamó Chris llenando de besos las mejillas de la niña.

—Veo que sí lo estás. —exclamó Joseph, cambiando su cara.

—No. —exclamó Ali, sosteniendo su mano. —Quédate, por favor. Pasa.

—¿Segura?, es que…

—Christian ya se iba. —exclamó Ali.

Entendiendo la indirecta, Christian asintió y se puso de pie. Se despidió de la niña y salió del apartamento.

—Ponte cómodo, vuelvo en un minuto. —exclamó ella, saliendo detrás de Chris.

Ali cerró la puerta para que la pequeña no escuche nada y decidió cortar de raíz el problema con Christian.

—Ali, yo…

—No. —Interrumpió. —No Christian. Entiende, lo nuestro se acabó el día que entré a prisión. El día que me diste la espalda. Ese día, se esfumó cualquier cosa que quedaba entre ambos.

—Pero Ali… —exclamó él. —Yo solo… Entiéndeme, la muerte de mi hermana…

—El suicidio de Sam querrás decir. —Dijo ella. —Tu hermana se suicidó, quiero que lo entiendas de una vez. ¿Sabes por qué? Porque salía con un hombre veinte años mayor, que no solo la embarazo, sino que divulgo esas fotos desnuda que vio todo el puto yate. Pero a ti no te importó para nada saber eso.

—¿Qué? —exclamó sorprendido.

—¿Sorprendido? —preguntó ella. —Tal vez si ese día me hubieras escuchado. Pero no, para ti era más importante tu puto concurso de chupitos que saber como estaba anímicamente tu hermana luego de que todos esos idiotas vieran esas fotos. Así que sí, tú también fuiste culpable.

—Pero es que yo no lo sabía…

—¡AHORA LO SABES! —Gritó ella.

—Ali… Yo lo siento mucho. —exclamó él, intentando tomar sus manos.

—Se acabó. —exclamó ella. —Nunca más pondrás una mano sobre mí, ¿entendiste?, lo nuestro se terminó. No quiero que vuelvas a buscarme. Vete, sé feliz con Miranda. Cásate y por lo que más quieras Christian, olvídate de mí.

—Pero Ali… Te amo. —exclamó derramando algunas lágrimas.

—¡YO YA NO TE AMO! —Grito. —Lee mis labios: Y-A N-O T-E A-M-O.

—Ali. —exclamó Joseph, abriendo la puerta. —Será mejor que venga luego, Nirvana está comenzando a asustarse.

—No… No, lo siento Joey. —exclamó ella. —Volvamos adentro.

Joseph asintió y Christian se quedó allí parado, reconociendo la derrota.

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Comments

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Pues yo no entiendo tu forma de amar a una persona😳😳🤷🏻‍♀️🤷🏻‍♀️

2024-04-19

0

Arminda Ovelar

Arminda Ovelar

te mereces eso y más Christian

2024-03-09

2

🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺

🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺

después de siete años sin saber nada ,la ves la insultas ,le viertes comida enzima y ahora dices que la amas . por Dios ya es tarde .

2024-02-10

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