Capítulo 13

Me mantengo en silencio procesando su amenaza hasta que la cercanía se lleva toda mi atención. Llevo las manos a su espalda para poder abrazarle y luego tocarle el trasero, pero solo hace que él se altere más forzándome a responder.

—No lo sé —digo sin querer alejarme.

—¿Cómo no vas a saber? —me dice como si lo exigiese.

—No sé mi pasado, si me lo preguntas ahora mismo no tengo algo que decirte más allá de que me sé todo el tuyo. ¿Es tan extraño? —le digo dejando escapar un largo suspiro.

Creo que lo de decirle que vengo de otro mundo no es una opción, aunque realmente no sé por qué no, lo máximo que puede pasar es que me diga loco o algo así y no creo que no lo haya pensado. Igual me va a amar, mi perfecto hombre.

—Cian, has el mínimo movimiento en falso, solo hazme creer que tus intenciones reales están ocultas y va a ser el último día que vivas —me comenta él mientras deja libre el cuello de mi camisa.

Bueno, sabiendo esto, debo deshacerme de Vicaria al volver. El hecho de que ella siga viva es lo que desgraciadamente me salvó, pero lo que hará que mi cabeza ruede como diga la verdad.

—Soy incapaz de mentirte, todo lo que hago es porque te amo —le comento acurrucándome en sus piernas, acto que le hace levantarse y dejarme solo ahí.

¿Por qué ahora te marchas? Oh, ya entiendo, todo el campamento nos está mirando de manera discreta los más educados—: no tiene que dormir lejos de mí solo porque hayan personas cerca.

Mis palabras hacen que Ahderon detenga sus pasos y parece que en su cabeza la mejor resolución es el ignorarme. Quizás, simplemente evitó que yo intentase llegar a más. Maldita marca, quiero abrazarlo y acurrucarme en su pecho. Próxima meta, dormir sobre él mientras se encuentra en su forma de lobo.

Me acurruco entre las pieles que me dio, sin embargo, prefiero dormir dentro del carruaje porque siento que ahí hay menos frío. Él decidió dormir afuera para evitar los rumores entre los demás sobre el hecho de que ciertamente soy su esclavo sexual y me trajo para aliviar su libido, cosa que no me molestaría.

En medio de la madrugada, siento un ruido que me despierta, unas manos rozan mis mejillas haciéndome sentir sumamente cómodo. El pulgar se posa en mi labio con suavidad para sentir una voz.

La persona posee una máscara de como si representase un cuervo. Sus atuendos y cabello son negros como la noche justo como en mis recuerdos, solo que la oscuridad hace todo más confuso.

Mi cuerpo reacciona a sus caricias y pedidos como si fuesen órdenes. Quita las pieles de mis hombros dejando el traje que me dio Ahderon al descubierto sin yo lograr poner resistencia. Es como si de un canto de sirenas se tratase.

Sus labios se acercan a los míos con suavidad, haciendo que yo también vaya en su búsqueda, pero algo en mi cabeza se rompe evitando que se complete el beso.

Ahderon...

Ahderon...

Mi Ahderon...

Coloco mis manos en el cuello del hombre para tratar de apartarle con la poca fuerza que me permite mi estado hacer, un estado cercano al deseo.

—¿Cómo es posible que alguien como él te posea, Cian? ¿Ya no me amas? —susurra ese desconocido de cabellos negros mientras golpeo con mis manos las paredes habiendo ruido.

La oscuridad y lo delgado de su silueta me hace saber que no es alguien que haya visto, justo cuando voy a atacarlo sale convirtiéndose en un cuervo negro por la ventana del carruaje.

—¡Da la cara, maldito violador!

Mi corazón se siente acelerado por alguna razón, como si más que algo desagradable, fuese lo que desease. ¿Qué mierda me pasa?

Por mis gritos parece que los demás vienen a mi espacio, sin embargo, el primero en entrar es Ahderon. Abre con gran velocidad la puerta del carruaje para acercarse a mí.

—Estuvo aquí, un cuervo, era extraño, sumamente invasivo. Me tocó el rostro y también los labios, lo peor de todo es que mi cuerpo lo deseaba —digo apretando fuertemente mis uñas a la palma de las manos y tratando de cubrir mi cuerpo con los mantos.

Ahderon se acerca a mí sin atreverse a tocarme hasta que le tomo los bordes de una de sus mangas pidiendo que se acerque más de esta forma subjetiva.

—Me quedaré aquí esta noche —comenta él sin yo pedírselo y cerrando la puerta a sus espaldas para alejar a los fisgones.

—¿No vas a ir a buscarlo para saber quien fue? —le comento ahora observando al hombre recostado al frente mío en este reducido espacio.

—Me pediste que me quedase con tu gesto, pero si fue de esta manera, parece que alguien te está siguiendo. ¿Cian, realmente no recuerdas nada de tu vida? —pregunta Ahderon haciéndome caer en algo.

¿Quién demonios fue Cian antes de yo ocupar su cuerpo? ¿Quién es ese alfa que lo está persiguiendo?

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