II: ANOREXIA

Conforme fue creciendo Enna se fue sintiendo cada vez más frustrada por tener una responsabilidad tan grande, ella deseaba ser una niña normal, poder divertirse, hacer travesuras como sus hermanas menores, no sentirse presionada por las responsabilidades, ya que al estar al frente de sus hermanas, debía portarse lo mejor posible para que ellas trataran de emular su comportamiento. Lo malo era cuando los torbellinos de sus hermanas menores hacían de las suyas en casa, porque a la que culpaban sus padres era a ella por ser la mayor y no estar pendiente de que hacían sus hermanas, por lo cual no solo se llevaba el regaño de sus padres, sino, también el castigo.

Luciano y Amara, tenían la idea errónea que con solventar todas las necesidades de casa y de sus hijas, esto es, que tuvieran un hogar donde resguardarse de las inclemencias del tiempo, así como donde estar seguras, comida suficiente y nutritiva, educación en buenas instituciones, ropa bonita y a la moda, juguetes a su gusto, con esto sería suficiente. Cuando había días de descanso estaban tan cansados que solo querían olvidarse de todo y con tal de recuperarse del estrés y cansancio acumulado, solo querían dormir hasta tarde, relajarse, por ello le encargaban a Clarita que les echará un ojo a sus hijas en lo que ellos se tomaban un descanso, o bien, salían ellos dos solos para tratar de pasar tiempo de esposos de calidad, olvidándose que sus hijas también necesitaban amor y tiempo para sentirse que eran parte importante para sus padres.

Trataban de apartar varios días del año para pasar en familia con sus hijas, pero era difícil, ya que eran muy pocas las veces que coincidían todos juntos y el cansancio del día a día era mucho, aunado a que muchos planes se frustraron, porque cuando por fin estaban por ir a un viaje, parque, salida o simplemente hacer algo en casa todos, alguna de las hermanas menores se enfermaba y los papas debían andar entre médicos, exámenes de laboratorio y hasta hospitalización si era algo más delicado, siendo frustrado el día familiar programado, hasta parecía que el destino no quería que pasaran tiempo juntos. Esto afecto la estima de su hija mayor, que sentía que no era tan importante para  sus padres y que solo la veían como la niñera de sus hermanas.

Conforme las hermanas fueron creciendo, se ponían cada vez más bonitas, su alimentación era muy estricta, ya que para poder lucir la ropa debían tener un cuerpo sin grasa, estético, deportivo, digno de una mujer muy femenina, de pequeña Enna era la más gordita de las hermanas, por eso su madre le hacía mucho énfasis en que debía cuidarse en su alimentación y ejercicio, porque las mujeres llenitas no lucen la ropa y se ven feas, esto afecto mucho a la imagen de sí misma, marcando el inicio de su problema de autoestima entre otros más delicados.

Enna influenciada por las ideas de su madre empezó a comer menos desde pequeña, esforzarse por mantener un cuerpo esbelto, antes de acostarse hacía mucho ejercicio, ya que era el momento en que sus hermanas menores ya estaban dormidas y su hermana segunda, como era fanática de la lectura de cuentos infantiles, se sentaba a leer un cuento en su cama antes de dormirse, entonces Enna aprovechaba y se aventaba una rutina larga que había visto en internet para bajar de peso, siguiendo al pie de la letra tanto la rutina como la alimentación ahí establecida. Empezó su rutina desde los 9 años, por lo que conforme crecía, su cuerpo iba marcando los resultados de su esfuerzo, no podía comer ni un gramo o libra de más porque sentía que ya había subido varios kilos.

Enna empezó a desarrollarse, a sus 12 años de edad, su cuerpo empezó a mostrar los cambios que mostraban que empezaba a convertirse en una mujercita, pero por su alimentación y cantidad de ejercicio que seguía realizando, sus proporciones fueron muy pequeñas, teniendo un bajo peso que medicamente era marcado como con una leve desnutrición y su cuerpo no solo no creció mucho, sino que sus caderas y pecho tampoco crecieron mucho, pero todavía quedaba tiempo para que siguieran creciendo y que su cuerpo tomará un poco más de volumen en las áreas que seguían casi planas.

Los médicos, les indicaban a Luciano y Amara que Enna estaba baja de peso y debía de consumir vitaminas y comer un poco más para poder alcanzar su peso ideal, ya que si seguía así podía tener problemas futuros por su condición. Le cambiaron la alimentación a Enna y las vitaminas le empezaron a hacer que su cuerpo pidiera más alimentos para cubrir sus necesidades, por lo que su apetito aumentó considerablemente, ya que su organismo ayudado por los pastillas y complementos alimenticios que le incluían en la bebida le provocaban esta necesidad de comer, para cubrir sus necesidades, esto hacía que ella comiera más de lo que quería, por lo que cuando sentía que comía mucho, sin que se diera cuenta su familia se iba al baño y se provocaba el vómito para sacar el exceso de comida ingerida.

Esto la empezó a llevar a un problema de bulimia y anorexia, del que nadie estaba enterado en su casa por no ponerle mucha atención, al pensar que por ser la mayor no tenía necesidad de estar al pendiente de ella, sus padres la veían como una joven centrada, fuerte, madura, independiente, por lo que pensaban que no los necesitaba tanto, sino ellos a ella.

Enna a veces quería desaparecer, haber nacido en otra familia, veía que sus amigos hablaban maravillas de su niñez, su libertad que tenían como jóvenes, de sus salidas entre ellos, algo que ella no podía hacer porque ahora era ella la que apoyaba a su madre a recoger a sus hermanas menores y llevarlas a casa para seguir la rutina marcada desde que recordaba, no recordaba un día siendo niña, recordaba días felices con sus padres y hermanas, días no tan felices y días malos, pero ninguno donde actuara como niña, sentía que había estado perdida en el tiempo siendo quien no era.

Quería irse de pinta sin tener que pensar en quien recogería a sus hermanas, quien les daría de comer, quien se aseguraría que se bañaran ese día, que las tareas escolares estuvieran antes de terminar ese día, quería salir de la mano de un chico como sus amigas y saber lo que era tener un novio y pasarla bien en su compañía. Deseaba tanto haber sido de las menores, para no tener tan gran responsabilidad como era en su realidad.

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