El peor miedo

El alfa parecía solo apegarse más y más a mí, decía cosas en francés que no entendía para nada.

-¿Qué mierda estás diciendo?- Lo intenté empujar una vez más.

-Ah, hablas inglés, lo siento.- La sonrisa del alfa era claramente maliciosa.

-Me importa una mierda, suéltame.- Estaba demasiado enojado y también desesperado.

El alfa me agarró de la muñeca con fuerza y me metió a uno de los cubículos del baño, cubriendo mi boca.

-Si te mantienes callado es mejor, aunque si no, también está bien, me gustan los omegas ruidosos. Has estado dejando tu rastro por todas partes, te estás ofreciendo solo, ¿sabes? Por suerte soy yo quien corresponderá tus necesidades, seré gentil.- Comenzó a liberar sus feromonas para someterme.

De pronto mi cuerpo se sintió débil, tenía mucho miedo pero mi fuerza parecía haber desaparecido. Él comenzó a bajar mis pantalones, mis piernas temblaban, no quería hacerlo, no sabía que las feromonas de un alfa podrían someter a un omega tan fácilmente, que me someterían tan fácilmente, era demasiado angustiante. Mi rostro estaba cubierto por mis propias lágrimas, él me seguía tocando, como si estuviera torturándome antes de hacer algo aun peor.

La puerta principal del baño se abrió y ahí sentí que tenía una oportunidad para que me ayudaran, pero mi voz parecía no querer salir.

-¿Einar?¿Estás bien?- Era Lucas.

Probablemente porque me estaba tardando demasiado Lucas había venido, pero yo no podía hablar, ese tipo seguía teniendo su mano cubriendo mi boca.

Lucas sintió el aroma de ese tipo y el mío, guiándose hasta el cubículo en el que estábamos.

-¿Estás aquí?- Preguntó Lucas con seriedad.

-No molestes, amigo.- Respondió el otro alfa.

Lucas ahí entendió que algo andaba mal, así que sin pensarlo comenzó a empujar la puerta con su cuerpo para intentar romper el cerrojo. Después de varios intentos la puerta se abrió y el tipo me dejó caer al piso para ir donde Lucas e intentar aventarle un golpe a él, cosa que no funcionó, ya que Lucas logró esquivarlo y de paso agarrar su mano. Lucas golpeó con fuerza al tipo, empujándolo para alejarlo de mí, pero antes de que pudiera seguir golpeándolo, por todo el ruido que provenía, entro uno de los trabajadores a amenzarnos con que si no nos íbamos, llamaría a la policía. Lucas me ayudó a levantarme y a poner mi ropa bien de nuevo, cargándome hasta fuera del bar.

-Ya... ya bájame.- Dije ya sintiéndome un poco mejor al sentir el aire fresco, me empezaba a recomponer aunque claramente no estaba bien.

-Ah sí, lo siento Einar.- Con cuidado Lucas me bajó.

Seguimos caminando sin un rumbo específico, solo seguimos por la costanera, hasta que sin avisar comencé a caminar hacia la playa, quitando mis zapatos para poder pisar bien la arena. Lucas me siguió, pero se quedó detrás de mí.

-Tal vez deberíamos hacer una denuncia.- Dijo él con algo de duda.

-No, si denunciara, mis padres se enterarían que soy un omega, prefiero simplemente olvidarlo... de todas maneras denunciar no servirá de nada, no harían nada, las legislaciones para estas cosas son una mierda.- Me senté en la arena dejando mis zapatos a un lado y enterrando mis pies en la arena.

-Es tu decisión.- Lucas se sentó a mi lado y también quitó sus zapatos.

-Esto le tiene que pasar a los omegas aunque sea una vez en la vida, ¿no?- Reí, pero era una risa que buscaba ocultar toda la angustia que sentía, cosa que no sirvió de nada pues ya estaba llorando de nuevo.

-Es común, sobre todo para omegas jóvenes que no han sido marcados...- Me miró y se dio cuenta de que quizá no debió responderme.- Oye, ya pasó... Estoy aquí, no te va a pasar nada conmigo.- Me atrajo a su lado.

-Da igual, por cierto, aparte de políglota, futuro médico y alfa, ¿eres luchador? Vi como esquivaste a ese tipo.-

-Ah, entrené un tiempo, pero ya lo dejé.- Sonrió nervioso.

Lo miré a los ojos unos segundo, limpié mis lágrimas y apoye mi cabeza en su hombro, riendo un poco, no podía creer que este tipo era tan "perfecto".

-¿Puedo pedirte un favor?- Dije en voz baja.

-Claro... lo que sea.- Me sonrió.

-¿Puedes... puedes dejar tu aroma en mí? No pienses raro, es sólo que prefiero oler a ti que a ese alfa.- Estaba avergonzado de tener que pedir eso, nunca me había sentido tan rebajado en toda mi vida.

-Está bien, ven.- Me rodeó con su brazo y ahí noté que sus nudillos estaban ligeramente lastimados.

-Lo siento, por mi culpa estás herido.- Dije cabizbajo, acariciando su mano por un momento.

-Está bien, no es nada.- Me sonrió para tranquilizarme y me siguió abrazando.

De a poco comencé a sentir el aroma que desprendía Lucas en mí, se sentía bien, era reconfortante, ya no sentía miedo, al contrario, me sentía seguro.

Nos quedamos un rato así, mientras mirábamos el mar y la luna sobre él, nunca me había gustado la playa, pero en ese momento no quería irme de ahí, quería estar así para siempre.

Voltée un momento a mirar a Lucas y él me miró de vuelta, estaba tan cerca que podía sentir su respiración. En ese momento me detuve a ver su rostro con detalle, mis mejillas se tornaron rojas y me di cuenta de lo que estaba por hacer, así que me aparté y me levanté.

-Ya deberíamos regresar.- Sacudí un poco la arena en mi ropa.

-Ah, sí, tienes razón.- Se notaba lo incómodo que estaba Lucas, parecía que él también se dio cuenta de lo que estuvimos a punto de hacer.

-¿Qué dirás cuando Ellie vea tus nudillos?- Señalé sus manos.

-Diré que sin querer empujamos a un borracho y comenzó una pelea injustificada, ¿suena convincente?- Me sonrió.

-No mucho, pero servirá.- Le sonreí de vuelta de manera cómplice.

Nos pusimos nuestros zapatos y caminamos uno al lado del otro en silencio de vuelta al departamento, todo se había tornado un poco incómodo y no sabía si describir esa noche como una noche de mierda o la mejor hasta ahora.

Llegamos al departamento sin mayor problema, les contamos a todos nuestra historia inventada y yo me largué a mi habitación a encerrarme en mi cuarto, buscando algo con que distraerme para no pensar en esa noche, ni lo malo ni lo bueno.

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